Murió el físico y filósofo argentino Mario Bunge a los 100 años

Vivía en Canadá desde 1966. Por sus investigaciones recibió 16 doctorados honoris causa.

EFE/Juan Francisco Moreno
EFE/Juan Francisco Moreno

El físico y filósofo argentino Mario Bunge falleció este lunes por la noche a los cien años en Montreal, Canadá. Su muerte fue comunicada esta mañana por la Fundación Princesa de Asturias, que en 1982 le concedió el galardón de Comunicación y Humanidades.

Bunge nació en Florida oeste, Vicente López. Estudió física y matemática en la Universidad Nacional de La Plata hasta 1966, cuando debió exiliarse y se instaló en Canadá, donde se hizo cargo de la cátedra Frothingham de Lógica y Metafísica en la Universidad McGill.

Recibió una formación de corte humanista y filosófica basada en la lectura de los clásicos de la literatura y de autores como Hegel, Marx, Freud y Rusell, de los que más tarde se distanciaría críticamente.

Foto de archivo tomada en 2009. (EFE/Javier Cebollada)
Foto de archivo tomada en 2009. (EFE/Javier Cebollada)

Fue fundador de la revista de filosofía Minerva (1944-45), fue cofundador de la Asociación Rioplatense de Lógica y Filosofía Científica (1956), de la que fue presidente. Además, irrumpió como autor en 1959 en el campo de la Teoría de la Ciencia con su obra "Causality: The Place of the Causal Principle in Modern Science", traducida a siete idiomas, y en la que defiende un principio ampliado del determinismo en la ciencia moderna.

En 1967 publicó su tratado de teoría de la ciencia, "Scientific Research", traducido dos años después al castellano, y cuya repercusión entre los estudiosos de la filosofía de la ciencia fue notoria. Entre sus obras en lengua castellana destacan además "Teoría y realidad", "Filosofía de la física", "Epistemología, Materialismo y ciencia", "El problema mente-cerebro" y "Economía y filosofía".

El académico fue distinguido con dieciséis doctorados honoris causa y cuatro profesorados honorarios, en 2009 recibió el Guggenheim Fellowship y en 2014 el Premio Ludwig von Bertalanffy después de que en 1982 le fuera concedido el premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades en la segunda edición de los galardones que llevan el título del heredero de la Corona española.