Crucero ARA Belgrano: ¿fue un acto de guerra o un "crimen"?

A 38 años del ataque y hundimiento del Crucero, la polémica continúa. Opinan un veterano de guerra británico y uno argentino.

El Crucero ARA General Belgrano, durante su hundimiento el 2 de mayo del ´82, tras ser atacado por un submarino nuclear británico, en la guerra de las Malvinas.
El Crucero ARA General Belgrano, durante su hundimiento el 2 de mayo del ´82, tras ser atacado por un submarino nuclear británico, en la guerra de las Malvinas.

El entonces teniente Paul McKay, de la Armada Real (Royal Navy, en inglés) tenía 28 años -con 9 de experiencia naval- cuando sirvió en la Fragata tipo 22 HMS Brilliant durante la guerra de las Malvinas en 1982. Era el piloto del helicóptero Lynx del barco.

McKay tenía una amplia experiencia de vuelo en el Teatro de Operaciones del Atlántico Sur; anteriormente, había servido en el buque HMS Endurance, patrulla de hielo antártico desde 1979 hasta 1981, volando el helicóptero Wasp de la nave. Incluso, en esos años había estado visitado Mar del Plata y compartido gratos intercambios con marinos argentinos contra los que poco después tendría que pelear. “Aquello parecía surrealista. Me costaba creerlo”, recuerda.

Paul McKay, durante su servicio en la Royal Navy, en la guerra de las Malvinas.
Paul McKay, durante su servicio en la Royal Navy, en la guerra de las Malvinas.

Durante la contienda, voló largas horas en peligro considerable durante las batallas bajo el fuego antiaéreo y de armas livianas argentinas, especialmente en las Georgias y en Fox Bay (Bahía Zorro, Isla Gran Malvina). Sobrevivió al ataque de la Fuerza Aérea Argentina contra el HMS Glasgow, cuando una bomba sin explotar golpeó el barco cerca de su posición, y también al ataque del submarino ARA San Luis, cuando el torpedo que disparó contra su fragata no funcionó después del lanzamiento.

McKay sobrevivió a la guerra. Pero, como muchos veteranos, ha sufrido el trastorno de estrés postraumático (TEPT). Si bien reconoce que los veteranos de ambos lados cumplieron con su deber, lamenta enormemente la gran pérdida de vidas y recientemente se ha sentido capaz de hablar sobre sus experiencias.

El teniente McKay, a bordo del helicóptero Lynx del Brilliant.
El teniente McKay, a bordo del helicóptero Lynx del Brilliant.

Consultado por Vía País, recuerda los acontecimientos alrededor del ataque y hundimiento del Belgrano y brinda sus sensaciones sobre la polémica de si aquello fue un acto de guerra o un "crimen", por el hecho de que, en el momento del ataque, la nave argentina se encontraba fuera de la Zona Total de Exclusión (200 millas náuticas, desde el centro y alrededor de las Malvinas), determinada días antes por Gran Bretaña.

ESTRATEGIAS E INCERTIDUMBRE
​El sábado 1° de mayo del '82, jornada que en el planeamiento británico se conoció como el Día "C", marcó la primera ofensiva enemiga en las posiciones argentinas, a través de una combinación de bombardeos navales costeros, además de ataques con aviones Sea Harrier y Vulcan sobre el aeropuerto de Stanley (Puerto Argentino, para Argentina), la capital isleña.

Habla McKay: “Tanto el 30 de abril como el 1° de mayo y al comando del helicóptero del HMS Brilliant, se me ordenó realizar vuelos de vigilancia de superficie de largo alcance hacia la dirección general del sospechoso portaaviones argentino ARA 25 de Mayo, que en una estrategia de pinzamiento sobre la flota británica avanzaba hacia las islas por el noroeste mientras el ARA General Belgrano lo hacía por el suroeste".

A continuación, detalla: “Un avión Sea Harrier, lanzado el sábado por la tarde desde uno de los portaaviones británicos, detectó emisiones de radar de un destructor argentino Tipo 42 (probablemente, provenientes del ARA Santísima Trinidad, que escoltaba al ARA 25 de Mayo). Las reglas de enfrentamiento británicas vigentes en ese momento establecían que cualquier buque de guerra o avión argentino que amenazara la seguridad de los barcos británicos y los aviones que se acercaban a las islas podrían ser atacados”.

El portaaviones argentino ARA 25 de Mayo. Lo escoltaban los destructores ARA Santísima Trinidad y ARA Hércules, naves gemelas del HMS Sheffield británico.
El portaaviones argentino ARA 25 de Mayo. Lo escoltaban los destructores ARA Santísima Trinidad y ARA Hércules, naves gemelas del HMS Sheffield británico.

Y advierte: “No teníamos dudas de que las armas argentinas también estaban autorizadas a ser utilizadas contra los británicos, por lo que cualquier avión que se acercara a un barco argentino, sin importar su posición, podría ser atacado”.

Al anochecer del sábado 1° de mayo, los barcos británicos se habían acercado al borde de la zona de exclusión hacia el este. Se suponía que Argentina sabía sobre la disposición general del grupo de tareas británico, a través del reconocimiento de señales e inteligencia. Asimismo, los británicos asumieron desde su inteligencia la disposición de los grupos navales argentinos; especialmente, el portaaviones ARA 25 de Mayo, el grupo de destructores y fragatas armados con misiles mar-mar Exocet hacia el noroeste, y el ARA General Belgrano con sus escoltas de superficie hacia el suroeste.

Para ese mismo día, la fuerza de tareas británica se encontraba a unas 300 millas al sureste del grupo del 25 de Mayo, mientras que el Belgrano patrullaba a 50 millas al este-sureste de la Isla de Los Estados. Los grupos de buques de superficie argentinos constituían una amenaza significativa para los británicos, que más tarde descubrieron que ese día había muy poco viento para permitir que aviones Skyhawk de la Armada despegaran del portaaviones con combustible suficiente para alcanzar y atacar a sus barcos.

Los preparativos a bordo del portaaviones ARA 25 de Mayo, para el ataque a la flota británica previsto para el 1° de mayo. Las condiciones del tiempo imposibilitaron que se concretara.
Los preparativos a bordo del portaaviones ARA 25 de Mayo, para el ataque a la flota británica previsto para el 1° de mayo. Las condiciones del tiempo imposibilitaron que se concretara.

“Después de la guerra, supimos que no había autorización para que los submarinos atacaran en este momento. Pero se suponía que el HMS Spartan (submarino nuclear) localizaría y atacaría al ARA 25 de Mayo cuando se le pidiera que lo hiciera”, analiza Paul.

El marino británico cuenta: “En el HMS Brilliant, se discutieron tácticas para la probabilidad de un combate naval entre buques de superficie. Para eso, nos habíamos entrenado en el paso de 6.000 millas al sur de Gibraltar”.

La fragata británica Tipo 22 HMS Brilliant, en la que estaba designado McKay.
La fragata británica Tipo 22 HMS Brilliant, en la que estaba designado McKay.

Y describe: "El capitán del HMS Brilliant, John Coward, buscaba activamente el permiso del almirante John Woodward (comandante de la fuerza de tareas británica), para llevar su nave al enemigo y participar en una acción naval de superficie que no se había visto desde la Segunda Guerra Mundial"

"Si se lo hubiesen ordenado, lo habría resuelto con barcos armados con Exocet y cañones 4.5, para luchar con el grupo del Belgrano. El ataque, idealmente, se llevaría a cabo en la noche, o antes, si tanto la posición como el movimiento previsto del Belgrano sugirieran que éste y sus escoltas fueran una amenaza directa para los portaaviones británicos", asegura.

EL OTRO PLAN QUE EXISTÍA DE ATAQUE AL BELGRANO
McKay detalla cómo era el plan alternativo de ataque al Belgrano. "Era de tipo coordinado y preveía una acción aérea y una naval en cuatro fases: la primera era la ubicación e identificación positiva del Belgrano a través del helicóptero Lynx; la segunda, un ataque de saturación de helicópteros armados con misiles Sea Skua desde múltiples direcciones; la tercera, denominada "Objetivo Lynx sobre el horizonte", que consistía en un ataque con misiles Exocet lanzados desde el barco; y por último, el enfrentamiento del barco con su propia artillería".

McKay tuvo su rol en ese plan: "En papel, era algo que los británicos habían practicado una y otra vez", dice. "Estudiamos las capacidades de armas y sensores del Belgrano y sus escoltas; y evaluamos a los tres como objetivos viables para los misiles Sea Skua, en un ataque sorpresa multi-Lynx, bien practicado por las tripulaciones de helicópteros. Los Lynx podían ser armados hasta con cuatro misiles Sea Skua. Calculamos que un ataque con ocho a 12 misiles disparados simultáneamente desde direcciones y ángulos múltiples causaría un daño significativo de ´primer golpe´, para luego seguir con las siguientes fases".

Un helicóptero Lynx armado con misiles Sea Skua, en la cubierta del portaaviones británico Hermes durante la guerra de las Malvinas.
Un helicóptero Lynx armado con misiles Sea Skua, en la cubierta del portaaviones británico Hermes durante la guerra de las Malvinas.

El sábado 1° de mayo, Día "C", el grupo de batalla de barcos británicos ingresó a la TEZ y comenzó a bombardear ofensivamente el Aeropuerto de Stanley (Puerto Argentino, para Argentina). La respuesta fue inmediata con las salidas de ataque de la Fuerza Aérea Argentina desde el continente.

Tanto el HMS Brilliant como el HMS Yarmouth fueron enviados a la costa para interceptar al submarino ARA San Luis, en una acción que continuó durante la mayor parte del día hasta la una de la mañana del día siguiente. Mientras tanto, hacia el sudoeste, el HMS Conqueror vio un petrolero que reabastecía al grupo del Belgrano; y luego, siguió a los tres buques de guerra.

Sigue McKay: "La sensación en el HMS Brilliant era que aún era probable un ataque de superficie coordinado al estilo de la pinza de la Armada Argentina. El Belgrano se encontraba en un área submarina y se informó que los barcos estaban realizando cambios de rumbo en zig-zag antisubmarinos, pero un paso rápido a través del poco profundo Banco de Burwood por la noche habría dificultado el seguimiento con submarino".

El ARA San Luis lanzó un torpedo SST-4 contra el HMS Brilliant, pero enseguida la guía del proyectil falló. Los británicos, mientras, lanzaron cerca de 30 cargas de profundidad contra el submarino argentino.

"El 2 de mayo, había una extraña e inesperada calma. El portaaviones 25 de Mayo según los informes de inteligencia había ingresado a la zona de exclusión hacia el noroeste", continúa. "El grupo de portaaviones británico navegó entonces hacia el este para alejarse del máximo rango operativo de los aviones Skyhawk que llevaba el 25 de Mayo. El HMS Conqueror informó que el Belgrano zigzagueaba y mantenía una posición frente al Banco Burwood, que estaba a 180 millas náuticas de nosotros. Todavía no se había producido un ataque coordinado desde Argentina, aunque creíamos que la Armada argentina estaba tratando de buscar a los británicos y lanzar un ataque masivo".

"Ese domingo 2 de mayo, yo estaba preparado para la tarea de volar por la noche en busca del Belgrano", confiesa. Y analiza: "Si los tres buques de guerra argentinos ingresaban a la zona de exclusión al amparo de la oscuridad y rompiendo el rastro submarino, entonces los buques de guerra tendrían que ser reubicados antes de que amenazaran a la flota británica. Ansioso por la incursión que nunca sucedería, logré dormir un poco".

EL HUNDIMIENTO DEL BELGRANO Y LAS SENSACIONES EN LA FLOTA BRITÁNICA. Más tarde, McKay se enteró del hundimiento del Belgrano, atacado por el submarino Conqueror. "Para ser sincero, no había euforia a bordo del Brilliant. Después de que estallaron las hostilidades el 1° de mayo, sabíamos que habría víctimas en ambos lados. Como marineros, sentimos profundamente la pérdida de la vida de otro marinero", admite.

El Crucero ARA General Belgrano, durante su hundimiento el 2 de mayo del ´82, tras ser atacado por el submarino nuclear británico Conqueror.
El Crucero ARA General Belgrano, durante su hundimiento el 2 de mayo del ´82, tras ser atacado por el submarino nuclear británico Conqueror.

McKay recuerda que la noche de aquel 2 de mayo fue muy fría, con chubascos de lluvia helada en alta mar. "Muy poco se dijo entre la tripulación del Brilliant. Sabíamos que los esfuerzos argentinos para buscar y rescatar a los sobrevivientes con un factor de enfriamiento del viento por debajo de cero grados sería una experiencia muy angustiante y que muchos de los sobrevivientes, siendo muy jóvenes, morirían", rememora.

Y concluye: “La causa británica a nivel internacional se vio debilitada por el ataque al Belgrano, pero no había duda de que un hundimiento podría haber ocurrido el día anterior en el lado británico, si el torpedo del submarino argentino ARA San Luis hubiese funcionado bien, o si desde el portaaviones 25 de Mayo o desde el continente los ataques aéreos hubiesen cumplido con su objetivo".

48 horas después del ataque al Belgrano, el 4 de mayo, Argentina contraatacaría con sus aviones navales Super Étendard armados con misiles Exocet, provocando el hundimiento del destructor británico Tipo 42 Sheffield y dos decenas de muertos.

"NO SE VA A LA GUERRA PIDIENDO QUE A UNO NO LE PEGUEN"
​Del lado argentino, una fuente militar (también veterano de guerra) le expresó a Vía País su propia opinión acerca de si el ataque al Belgrano fue un acto de guerra o un "crimen".

“No hay ningún crimen de guerra en el ataque a un buque de guerra. La zona de exclusión era una medida impuesta por el enemigo, que jamás aceptamos ni tuvimos en cuenta para navegar o volar. Es absurdo pretender, entonces, escudarnos en ella ahora para decir que un ataque fuera de esa zona tiene algo de ilícito”, aseguró.

Y agregó: “Uno no va a la guerra para pedir que el enemigo no le pegue a los nuestros. Si hubiéramos podido hundir un portaaviones o incluso al Queen Elizabeth 2 (transatlántico confiscado por el Gobierno británico para el transporte de tropas), lo hubiésemos hecho. Con toda tranquilidad y legitimidad. Mientras se respeten las leyes de guerra, todo vale”.

El destructor británico Sheffield. Fue alcanzado por un misil Exocet lanzado por un avión Super Étendard de la 2a Escuadrilla Aeronaval de Caza y Ataque de la Armada Argentina el 4 de mayo del ´82. Se hundiría horas después durante su remolque.
El destructor británico Sheffield. Fue alcanzado por un misil Exocet lanzado por un avión Super Étendard de la 2a Escuadrilla Aeronaval de Caza y Ataque de la Armada Argentina el 4 de mayo del ´82. Se hundiría horas después durante su remolque.