La invasión de tapiocas complica a los turistas en Pinamar y Villa Gesell

El simple roce con una tapioca genera un prurito que da mucha picazón e irrita la piel. 

Tapiocas.
Tapiocas.

Una invasión de tapiocas condiciona el descanso de los turistas que llegaron a las localidades balnearias de Pinamar y Villa Gesell.

Las altas temperaturas de los últimos días fueron ideales para sambullirse en el mar, pero unas pequeñas molestias similares a las aguavivas los obligaron a alejarse del agua.

Las tapiocas miden entre uno y dos centímetros, son transparentes y tienen ocho tentáculos de los cuales cuatro son los que tiene veneno.

¿Qué provocan? El simple roce con una tapioca genera un prurito que da picazón, pero no es para alarmarse. Suele atacar generalmente en zonas sensibles del cuerpo como en los genitales, axilas, párpados o en la boca.

¿Cómo aliviar la molestia? El ardor suele irse en unas horas y se alivia con agua dulce. El vinagre es otro buen aliado para calmar la zona afectada.

"Se recomienda una ducha de agua dulce, no refregarse las partes sensibles y en caso de que continúe el ardor, consultar con un médico", aconsejó Juan Manuel Martínez, subdirector de las playas de Villa Gesell.

¿Qué las atrae? El viento que sopla desde el continente hacia el mar, el de tierra, y a juzgar por el pronóstico del tiempo se quedarían un tiempo más.