La actividad física, una aliada en la lucha contra el estrés

"Voy al gimnasio así descargo la tensión". Esta frase podría ser tranquilamente la más escuchada tras cada jornada de trabajo. La presión y las exigencias diarias hacen que el nerviosismo se apodere del cuerpo y aparezca un actor muy famoso: el estrés. Pero la actividad física es el caballito de batalla para darle pelea.

¿Qué es el estrés?

Según el doctor Jorge Franchella, Director del Curso de Especialista de Medicina del Deporte de la UBA, "es un proceso natural que nos salva de situaciones circunstanciales. Cuando uno está ante una situación de riesgo, nuestro cuerpo se prepara y está en la primera fase de alerta. Si la condición que nos preocupa ocurre, tomamos algún tipo de medida: corremos, peleamos, discutimos, es decir, la acción".

Luego de este momento, comienza el regreso a la situación de comodidad: "Esto termina con la recuperación. Es un mecanismo que se llama euestrés, que es sano porque nos previene de un riesgo. Pero si la situación se prolonga mucho tiempo o estamos preocupados de manera prolongada, nos agota; eso se llama diestrés, mal llamado estrés, y puede derivar en un problema, físico o psicológico", explica Franchella, que también es Director del Programa de Actividad Física y Deportes del Hospital de Clínicas y Presidente de su fundación, en diálogo con ViaPaís.

Lo que provoca este problema es el cortisol -hormona producida por la glándula suprarrenal​ que se libera como respuesta al estrés-, una sustancia que hace que las alarmas del cuerpo se enciendan y adviertan la situación: "Producimos esa hormona, que nos permite estar alerta; en el caso de tener mucho estrés, eso aumenta y deteriora nuestro cuerpo".

Además, Franchella brinda consejos para contrarrestar el estrés. "Un estilo de vida activo y saludable es importante; hacer actividad física moderada tiene la capacidad de ir ayudándonos a responder de una manera más sana. Lo perfecto sería identificar la causa del estrés y eliminarla".

Y agregó sobre la alimentación: "Las vitaminas del grupo B y la C, el magnesio y el zinc son cuatro elementos que están en la naturaleza y que nos ayudan a manejar el estrés".