Argentina fabricará la vacuna de fiebre amarilla

Será en el predio del instituto Anlis-Malbrán en Barracas. Estiman producir cinco millones de dosis a fines de 2019.

Fiebre amarilla en Brasil
Fiebre amarilla en Brasil

Argentina fabricará la vacuna de fiebre amarilla en el predio del instituto Anlis-Malbrán, en Barracas, con una previsión de producir cinco millones de dosis a fines de 2019, anunció hoy la interventora Claudia Perandones junto a los ministros de Salud, Adolfo Rubinstein, y de Ciencia y Tecnología, Lino Barañao.

"Planeamos producir cinco millones de dosis en el último trimestre de 2019 para responder a la demanda local" -teniendo en cuenta que 1,8 millones de personas viajaron en verano a Brasil- y regional, informó a la agencia Télam la interventora de la Administración Nacional de Laboratorios e Institutos de Salud "Carlos Malbrán" (Anlis-Malbrán), Claudia Perandones.

"Tuvimos en cuenta las personas que viajaron a Brasil por temas laborales o vacacionales y además tuvimos que tener en cuenta a la población argentina limítrofe, donde también es relevante mantener la cobertura", precisó.

A esa estimación se agrega "la posible provisión de nuestro país para Paraguay y Uruguay, que también están siendo afectados, teniendo en cuenta que Brasil no puede hacer exportaciones por el requerimiento interno de vacunas desde febrero".

"Eso hizo que nos propusiéramos como primer objetivo una producción inicial de cinco millones de dosis para el último trimestre de 2019", afirmó Perandones.

La producción nacional se da a partir de un convenio con la brasileña Fundación Oswaldo Cruz (Fiocruz), que transfirió al país gratuitamente la tecnología, en el contexto de déficit global de la sustancia para inmunizar contra la enfermedad reemergente en la región.

El director de Fiocruz, Félix Rosenber, argentino de nacimiento, consideró que el acuerdo "es apenas un símbolo de la cooperación que debe existir entre nuestros institutos para nuestros pueblos, con el magnífico equipo de Argentina y de Brasil".

El anuncio se desarrolló en un pabellón del Instituto Bacteriológico Malbrán, en la Avenida Vélez Sársfield y Suárez, emplazado en un predio que sirvió de depósito nocturno de cuerpos de los muertos por fiebre amarilla en la epidemia de 1871, que conecta el barrio porteño de Barracas con la ciudad bonaerense de Avellaneda, región sur predominantemente afectada.

Con un total de muertes estimadas en 14.000, la Ciudad soportó en el pico de la epidemia una cifra de 500 muertes diarias, en una localidad en que los decesos no superaban diariamente los 20 fallecimientos.