"Perdí mi vida, perdí todo": quedó parapléjico y pide justicia

Sergio García, de 40 años, padre de cinco hijos, quedó parapléjico tras caer con su moto en una zanja que no estaba debidamente señalizada en una calle de Santa Rosa, La Pampa.

Sergio García
Sergio García

El accidente ocurrió el 1 de abril de 2011 y desde entonces lleva adelante un reclamo judicial por daños y perjuicios contra el gobierno provincial, la municipalidad local y la constructora ILKA.

Hace casi dos años que vive en una carpa instalada en la Ciudad Judicial pampeana esperando una resolución. Y aunque la justicia falló a su favor todavía no recibió su indemnización. Ahora comenzó una huelga de hambre.

"Hasta el día en que caí dentro del pozo, yo era técnico mecánico. Tenía una familia, una casa modesta, un taller, dos autos, una moto y creía vivir una vida común y corriente. Ahora, a la distancia, me doy cuenta de que era feliz y no lo sabía". Con estas palabras, Sergio Francisco García resume el calvario que comenzó hace más de siete años y que hoy continúa con una disputa legal de la que aguarda una solución.

Posted by Sergio Garcia on Tuesday, July 18, 2017

Recuerda que aquella noche salió con su moto para hacer un auxilio mecánico. Circulaba por el barrio Santa María cuando en la esquina de Arriaga y Ferreira lo sorprendió un montículo de tierra y un pozo abierto, de dos metros de profundidad, sin carteles o luces de advertencia, producto de una obra municipal a cargo de la empresa vial. "Caí dentro del pozo junto a mi moto y cuando desperté estaba en un hospital, rodeado de caras con gesto de mucha preocupación. No sentía las piernas", declara.

El siniestro le generó una incapacidad física-neurológica permanente de un 90%. Estuvo dos años en terapia intensiva. "Mi situación pasó por diferentes estados de gravedad. No hubo una evolución rápida, las complicaciones se sucedían unas a otras", apunta. Mientras tanto su familia decidió iniciar acciones legales a las tres partes.

Luego de abandonar el hospital, Sergio tramitó la pensión por discapacidad pero no pudo conseguirla y quedó archivada. "La única alternativa que me quedó es gestionar una jubilación mínima y adelantada que apenas me alcanza para unos días", señala. Su ausencia laboral se sintió en la economía del hogar. Por la falta de ingresos la familia debió vender los vehículos, las herramientas de trabajo y varios enseres domésticos. Perdió también su matrimonio y quedó sin hogar. "Quedé literalmente en la calle".

por favor amigos. les agradecería de corazón si me ayudan a compartir el video. tengo miedo de morir aca en el olvido y sin justicia. hoy los necesito mas que nunca. es un segundo para ustedes compartirlo y para mi la ]posibilidad de vivir. mi salud esta empeorando muy de prisa. los necesito hagámoslo viral. que dios los bendiga gracias. gracias y gracias a todos.

Posted by Sergio Garcia on Thursday, October 11, 2018

Sin lugar donde acobijarse, se planteó dos opciones: "Continuar mi vida como indigente en la vía pública o defender mi causa hasta las últimas consecuencias". Se inclinó por lo segundo. Entonces decidió ir hasta el Centro Judicial y quedarse allí "hasta que haya un veredicto o muera en el intento". Desde el 1 de noviembre de 2016 el hombre acampa en un asentamiento precario -que más tarde dejaría asentado como su domicilio en el Registro Civil– ubicado en la entrada del complejo. "Vine nada más con la ropa que tenía puesta y la silla de ruedas", recuerda.

Sin bienes propios, al damnificado no le quedó más remedio que aferrarse a la situación judicial para aspirar a un mejor futuro. Tras cinco años, la demanda penal prescribió. Por su lado, la causa civil se dilató más de lo previsto. Finalmente, el 8 de mayo de 2017 la jueza en lo Civil María del Carmen García hizo lugar a la demanda y ordenó indemnizarlo por la suma de $ 2.648.000 más los intereses devengados. La defensa apeló la sentencia, pero la Cámara de Apelaciones ratificó el fallo a fines de agosto de 2018.

De acuerdo a los cálculos actualizados, con los intereses, Sergio deberá percibir más de 13 millones de pesos. Esta es la traba que demora la conclusión: las partes condenadas impugnaron la planilla que determina montos y rubros, ya que consideran que no se aplicó correctamente la liquidación.

Sergio dice que debió haber cobrado la indemnización hace más de un mes. Para cuando lo haga espera tener nuevamente una casa digna que pueda compartir con sus hijos y también poder realizar una rehabilitación en Cuba: "Tengo como un exoesqueleto de metal en la columna y me duele todo el tiempo. Allá me aseguraron que voy a tener una vida sin dolor. Eso para mí que sé lo que siento es algo grande", dijo.

"Cansado de tanta injusticia estoy en huelga de hambre", escribió en una bandera que colgó sobre su refugio. "No me voy a mover hasta que esto se termine", asegura.