Miguel Angel Pichetto advierte que el Presidente debe “cambiar el rumbo para reconstruir autoridad”

El ex compañero de fórmula de Mauricio Macri renovó sus críticas contra la gestión del gobierno nacional y habló sobre los desafíos de Juntos por el Cambio.

Entrevista Miguel Angel Pichetto en la Auditoría General de la Nación 
Foto Federico Lopez Claro
Entrevista Miguel Angel Pichetto en la Auditoría General de la Nación Foto Federico Lopez Claro

Miguel Angel Pichetto advirtió que el presidente Alberto Fernández “va a tener que cambiar el rumbo si quiere reconstruir autoridad y liderazgo para encarar los dos años que vienen”, se sumó a las voces de Juntos por el Cambio que reclaman una reforma laboral y también se anotó en la carrera hacia 2023.

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En una extensa entrevista con este medio, el ex compañero de fórmula de Mauricio Macri y actual auditor general de la Nación opinó sobre los cambios en el Gabinete nacional, sobre los desafíos de la coalición opositora hacia las legislativas y hacia la contienda por volver a la Casa Rosada e incluso consideró “certera” la carta pública de la vicepresidenta Cristina Kirchner que forzó los cambios en el Gobierno nacional tras las Paso.

Pichetto renovó sus críticas contra “el modelo de la ideología del pobrismo, donde la cuestión se resuelve con planes, donde están los curas rezando para que el reino de los cielos sea de los pobres, está Francisco diciendo que la propiedad es un derecho secundario para que los Grabois y los mapuches puedan tomar tierra”.

La entrevista completa:

- ¿Por qué cree usted que el Gobierno tuvo tan mal resultado en las PASO?

- Creo que la derrota del oficialismo estuvo centralizada en el tratamiento de la pandemia. En el mundo hubo pandemia para todos, la diferencia está en cómo se trató desde el punto de vista de la política sanitaria, de las restricciones y cómo impactó en la economía. Cuando eso se analiza, se empieza a encontrar el sentido de la derrota del oficialismo. Los 10 meses de cuarentena provocaron un impacto económico demoledor, especialmente en los sectores más pobres. Casi un año y medio sin escuela, con los chicos en las casas. La pérdida de la changa, de la obra pública que recién se restableció en el mes de noviembre. La locura en la provincia de Buenos Aires se acentuó por un esquema mucho más rígido por parte del gobernador (Axel) Kicillof y su ministro (de Salud Daniel) Gollan y su subsecretario de Salud el doctor (Nicolás) Klepak. Aplicaron casi con rigor modelos sanitarios que yo denomino “cubanos”, de fuerte control social, rigidez, no apertura, restricciones, pérdida de la libertad, cierre de comercios y crisis social.

- ¿Cómo quedó Juntos por el Cambio después de las primarias?

- Sale fortalecido, con un dato: hemos mantenido nuestro electorado. Lo hemos aumentado en un muy bajo porcentaje, porque en el 2019 con Macri dejamos sentada una base electoral realmente muy importante en la Argentina, de 40,5 ó 40,6 puntos. Macri perdió pero dejó una base electoral muy potente con municipios y gobernadores de signo radical. Ese electorado volvió a votar, hemos sacado aproximadamente el 41%. Hay que trabajar fuerte, no hay que dormirse en los laureles, ha habido un amplio sector del electorado que no votó y hay que volver a fortalecer la tarea en la provincia de Buenos Aires no solamente con las recorridas e ir al corazón profundo del conurbano con las propuestas sino también con una propuesta en expectativa de cara al 2023, sobre qué vamos a hacer con este país, por dónde se sale de la crisis argentina.

- ¿Por dónde se sale para usted?

- Tenemos que salir por el lado del trabajo. El plan (social) no aguanta más, ya no sirve, la gente está demandando trabajo que es el verdadero mecanismo de salida. Para generar trabajo hay que sostener un mundo de ideas totalmente contrario al de este gobierno. Es cierto lo que dice (Alberto) Fernández que hay dos modelos de país: está el modelo de la ideología del pobrismo, donde la cuestión se resuelve con planes, donde están los curas rezando para que el reino de los cielos sea de los pobres, está Francisco diciendo que la propiedad es un derecho secundario para que los Grabois y los mapuches puedan tomar tierra, y está el mundo capitalista, el sector empresarial esperando que se baje la carga impositiva, esperando que se modernicen las normas laborales para tomar trabajadores, hay que derrotar al narcotráfico. En fin, un mundo de ideas capitalistas.

- ¿Cuál es su posición sobre la reforma laboral que ya reclaman varios dirigentes de JpC?

- Fundamentalmente hay que hacer un abordaje del mundo PyME que requiere una mecánica laboral y normas laborales totalmente distintas a las grandes empresas. Hay que lograr modernizar las normas laborales con sistemas de ingreso y egreso en el mundo PyME mucho más flexibles, algo parecido a lo que tienen los trabajadores de la construcción, que tienen la libreta de desempleo a la que aporta el empleado y el empleador, y cuando termina la obra se va con el depósito de la libreta del fondo de desempleo. En la PyME debería existir un sistema laboral distinto al de una gran fábrica, no es lo mismo un taller mecánico del conurbano bonaerense que tiene 10 empleados que la fábrica Toyota; o no es lo mismo Siderar o la empresa de (Paolo) Rocca que un taller de tornería. Lo que digo es que la Argentina requiere y necesita de un sistema de modernización de las leyes laborales en todos los planos para que pueda generarse trabajo, lo mismo que necesita bajar los impuestos. Y el modelo educativo, que ha sido un pilar para el país, no puede seguir siendo propiedad de los sindicatos. La educación tiene una característica que es esencial, con lo cual la proliferación de estos sindicatos que permanentemente están en paro o que no vuelve la escuela porque (Roberto) Baradel no quiere, que es lo que ha pasado en la provincia de Buenos Aires durante un año y medio, es dramático para la Argentina, está liquidado el destino argentino.

- ¿Para consolidar la unidad de JpC se requiere avanzar con el diseño de un programa de gobierno?

- Por supuesto, en eso estamos trabajando. Hay tres fundaciones: la mía, del Peronismo Republicano que se llama Consenso; Pensar, que es la del Pro, y hay una fundación radical que tiene una larga trayectoria. Estamos trabajando en un programa de gobierno sustentable para la salida del país. El núcleo de ideas tiene que ver con un modelo capitalista en la Argentina, porque los países que crecen son los que tienen una acción capitalista. Después tenés el marco de las políticas sociales, pero hay que ir saliendo de la patria del pobrismo.

- El gobierno de Alberto Fernández se define como capitalista y acusa al gobierno de Mauricio Macri de haber practicado un capitalismo financiero en exceso.

- El gobierno ha demostrado en sus principales gestos un sesgo anticapitalista. Hay algunos ejemplos, uno es el de la creación del impuesto a la riqueza ridículo que le impactó a los empresarios sobre los activos, no sobre la riqueza personal sino sobre el valor de la fábrica. Ese impuesto es totalmente ridículo, ni Chile, ni Uruguay, ni Brasil aplicaron impuestos como ése porque es con los empresarios con los que vos tenés que salir adelante después de una crisis pandémica como la que hubo. Incluso hablan de prorrogarlo, lo cual sería realmente muy grave. El otro tema es la creación de 16 nuevos impuestos. Y hay otro tema que preocupa que tiene que ver con la última sanción de la Corte respecto al impuesto de salubridad e higiene que lo toman los municipios y que la Corte le dio carta blanca para cobrarlo sobre la base de utilidades empresarias. ¿Quién va a venir a invertir si tiene una triple carga impositiva, de municipios, provincias y Nación?

- ¿En qué consistiría ese programa?

- Una propuesta de gobierno para que después no haya contradicciones y para que los argentinos sepan cuál es el camino, que es un camino ligado al esfuerzo, a la creación de trabajo, a que hay que ir bajando la carga impositiva a empresarios, productores, emprendedores, comerciantes, para que puedan tomar trabajadores, a que va a haber que sentarse con los empresarios y con los sindicatos para generar acuerdos. Hay que generar normas de competitividad laboral y los sindicatos tienen que entenderlo porque si no están perdiendo empleo permanentemente, cada vez se quedan con menos empleados.

- Gerardo Morales dice que JpC debería alinearse hacia la centroizquierda.

- Es un debate que está abierto. Yo políticamente me ubico más en la centroderecha, porque para centroizquierda, socialdemocracia, PC, partidos de izquierda, movimientos sociales, está el gobierno. Entiendo la lógica de Gerardo Morales porque son hombres que se han formado en el radicalismo, en la socialdemocracia, han venido con (Raúl) Alfonsín, entiendo la lógica de pensamiento. Lo que creo es que la salida de una coalición opositora tiene que ser amplia, tiene que estar parada en el centro, pero tiene que también recoger también visiones de los dos laterales para tener posibilidad de ser gobierno y después gobernar. Y hay que gobernar con eficacia, no con gente sin experiencia.

- ¿Esto último que dice también fue una de las cuestiones que fallaron en el gobierno de Cambiemos?

- Creo que hubo algunos funcionarios que fueron buenos y otros que no funcionaron, como diría la Vicepresidenta (Cristina Kirchner). Creo que había una lógica de algunos actores, digamos el CEO o el gerente que tiene la lógica incorporada del concepto de renta, de ganancia y de utilidad, y en algunos lugares del Estado nacional hay que mirar las cosas con otra visión. De todas maneras, destaco la orientación del gobierno de Mauricio Macri, el perfil del gobierno, las relaciones con el mundo. Nadie pensaba en irse de la Argentina. Había problemas en la economía pero los jóvenes no estaban huyendo por Ezeiza, sabían que había una perspectiva, un futuro. Tal es así que ahora hay una reivindicación de la figura de Macri. Digo, había una visión de país capitalista.

- ¿Cómo observa al presidente Alberto Fernández?

- Creo que el Presidente ha perdido en este período de tiempo cuotas significativas de autoridad y de legitimación. Tiene una legitimidad de origen que nadie desconoce porque ganó las elecciones, pero está también la legitimidad de gobierno. Y va a tener que cambiar el rumbo si quiere reconstruir autoridad y liderazgo para encarar los dos años que vienen. De persistir en este camino, el proceso cada vez va a ser peor.

- ¿Qué opina sobre Horacio Rodríguez Larreta que ya inició su carrera presidencial?

- En esta primaria exitosa, sus apuestas han salido bien. Ha tomado riesgos y ha demostrado cierta audacia, lo cual es valorable en la política. La audacia y la suerte, decía Napoleón, son datos centrales para los generales que quieren conducir un ejército. Indudablemente es un activo muy potente que tiene Juntos por el Cambio. Maneja el distrito de mayor visualización de la política. Creo que lo ha hecho bien. Después hay también gobernadores que han sido muy exitosos. Alfredo Cornejo, exgobernador de Mendoza y candidato a senador ha tenido un resultado muy fuerte. Morales y Valdés también. El radicalismo tiene algunas figuras muy interesantes.

- ¿Coloca a Facundo Manes en esa lista?

- Como figura novedosa, también, sí. Creo que hay un conjunto de hombres y mujeres, Bullrich, y también el que habla. No descarto competir democráticamente en la primaria. De mi trabajo depende la construcción del ala peronista en la coalición, por lo cual si no hay una motivación en términos de expectativas, ese sector no se sumaría. La política tiene que tener siempre la visión de la expectativa de un futuro y creo, además, tener un núcleo de ideas muy claro y muy consolidado respecto al futuro como para poner a consideración de la ciudadanía. Hay muchos que escriben en los diarios que me copian ahora. Descubrieron el pobrismo gracias a que yo lo puse sobre el tablero del debate a principios del 2020. Descubrieron lo pernicioso de algunas ideas de la Iglesia. Había muchos que me decían “no, no te metas con la Iglesia. Yo soy católico pero creo que la Iglesia tiene un rol espiritual, de ninguna manera tiene que intervenir en la política.

- Usted propone para el 2023 una interna con nombres muy potentes.

- Lo que ha quedado demostrado es que Juntos por el Cambio ha competido en la primaria. Eso le ha dado una plusvalía. No ha hecho lo mismo que el Frente de Todos, que presentó una lista única. Las primarias son para competir en términos de las personas y también de las ideas. Y eso le da a la fuerza política una mayor centralidad y una mayor capacidad de maniobra y de trabajo, de movilidad, de control de los fiscales. Es muy positivo que eso ocurra para un sistema ya no de partidos, sino de coaliciones. Creo que las coalición en la Argentina han venido para quedarse.

- ¿En qué momentos se sintió fuera de lo que era el Frente para la Victoria?

- A partir del año 2016. Lo dije en el famoso discurso de los holdouts. Había redefinido mi rol. Antes yo pertenecía a un gobierno, era el presidente de un bloque y tenía que ser coherente con las ideas de mi gobierno. En ese momento, ya un plano más horizontal de la política, estaba en la construcción de un espacio que era Alternativa Federal con muchos compañeros del peronismo y donde ya respondía por mis ideas. Yo dije: “recuperé la capacidad de definir y opinar desde mi propia entidad” y así lo hice durante cuatro años. No fue un proceso que empezó el día en que yo decidí acompañar a Macri, sino que fue un proceso de evolución y de fracaso también de la construcción de Alternativa Federal después de la aparición de Lavagna (verano del 2019) con su candidatura, sin primarias, decisiones que se tomaron equivocadas.

- ¿Cree que Alternativa hubiera terciado entre Cambiemos y el peronismo kirchnerista?

- Hubiera sido una fuerza política muy trascendente. Fundamentalmente para la segunda vuelta. Yo creo que estábamos en la segunda vuelta. Con una conducción política capitalista, con una visión totalmente distinta (al kirchnerismo). Mi mundo no tiene nada que ver con Cuba y Venezuela. Yo lo dije a esto en la campaña hasta el hartazgo. Algunos decían que no había que hablar de eso. ¿Cuáles son las relaciones que tiene Argentina en política internacional? Con Cuba y con Venezuela. Y con Nicaragua.

- Argentina también está en el G.20…

- No, no, no abandonó el mundo oscuro. Vos tenés que mandar señales al mundo. Dónde estás parado. Tus votos son importantes; cómo votás en la OEA, cómo votás en Naciones Unidas…

- Fernández hizo dos giras por Europa y se entrevistó con los principales mandatarios…

- Sí, pero vos podés pertenecer al G.20, donde Argentina ingresa en la época de Menem, pero vos tenés que tener previsibilidad en materia internacional; no podés hacer vínculos con países que no tienen reglas democráticas. El gobierno no ha logrado salir de ese mundo. El gobierno acaba de nombrar a Cafiero, un pibe que no tiene experiencia para ser Canciller de la República, cuando la política internacional es la más importantes de las políticas, como día el General Perón. Felipe (Solá) más allá de su accionar como Canciller, no merecía ser eyectado así del gobierno.

- ¿Qué opina de la carta de Cristina Fernández?

- Desde el punto de vista de la construcción histórica del Frente de Todos, la carta es certera. Cómo se originó el poder, cómo se diseñó ese poder, quién lo hizo. ¿Quién tenía más poder que la vicepresidenta? Ninguno. Eligió al Presidente casi por Twitter. Fernández es producto y consecuencia de esa coalición de gobierno, donde los sectores evidentemente más identificados en la centro-izquierda, en el kirchnerismo más duro, en la vicepresidenta y en la organización La Cámpora, son el sector de mayor poder de esa coalición. Por lo tanto el Presidente a veces tiene que negociar, ceder y lógicamente retirarse o replegarse o producir cambios como el que hizo en las últimas dos semanas que son consecuencias del debate público. Antes se disimulaba eso de manera más razonable…

- En la Casa Rosada dicen que los cambios persiguen el objetivo de “peronizar” la gestión…

- Yo creo que los cambios tienen una sola lógica. Creo que el gabinete es un “gabinete de emergencia”, consecuencia de los acuerdos que se pudieron forjar en esta etapa de crisis. Crisis que por otra parte fue pública, donde la carta de la vicepresidenta es muy fuerte, y además interesante desde el punto de vista de la recuperación de la epístola como un elemento de la lucha política. En los tiempos del whatsapp y los 140 caracteres de las redes, la señora vicepresidenta recupera un instrumento viejo que es la carta. Era un activo de los principales dirigentes de la Argentina. Perón escribía muchas cartas desde el exilio. Lo que digo es que esto es lo que pudieron hacer. Y tiene dos componentes la toma de decisión. Uno es la designación del jefe de gabinete para restablecer el vínculo con el Estado federal, porque Fernández gobernaba para el AMBA o para la República del AMBA. Su mirada estaba limitada al conurbano. La visión federal estuvo ausente y cuando tomaron decisiones de carácter federal cometieron errores graves como la estatización de Vicentin. Fue una pésima señal para el sector agropecuario. Las restricciones a la exportación de carnes, también, porque carece de la visión federal, de lo que es importante para provincias agropecuarias. Es muy probable que el nuevo ministro de Agricultura (Julián Domínguez), el “viejo y nuevo ministro de Agricultura”, conocedor de las demandas del campo, tome algunas medidas. Van a intentar flexibilizar pero el campo no le va a creer porque no le cree nada a este gobierno. Van a entender que estas medidas son en función del resultado electoral para tratar de modificarlo y que en enero van a volver de nuevo con controlar el precio de las carnes, cerrar las exportaciones, la mesa de los argentinos, todas imbecilidades del pasado que fracasaron.

- ¿Cómo cree que se resuelve el tema de la inflación?

- Primero, con un plan de estabilización, con orden fiscal. No puede seguir la Argentina con el gasto de seguridad social que tiene. El gasto planero o el aumento de jubilados sin aportes. Esto es letal porque es un gasto permanente. Repartir heladeras es un gasto circunstancial, en cambio aumentar el número de jubilados sin aportes de 55 años de edad es un gasto permanente. Aumenta la fragilidad del sistema previsional e impacta en aquellos jubilados que han aportado muchos años y tienen derecho después a tener una remuneración razonable.

- Quizás sea prematuro, pero ¿tiene ya plan para el 2023?

- Sí, la construcción el Peronismo Republicano dentro de la coalición opositora.

- ¿Lo anunciará a fin de año?

- En realidad, eso existe de hecho. Si uno analiza el resultado electoral de 2019, donde hubo mucho voto peronista también, esto se acentuó ahora; hay muchos peronistas decepcionados con el rumbo que lleva el país, hay muchos jubilados peronistas históricos que también están decepcionados, y hay muchos jóvenes que ya no son camporistas, que miran al peronismo republicano y al peronismo de centro como un punto de interés o miran más las construcciones de derecha. Nosotros tenemos el deber de construir el instrumento político; el espacio está. Yo estoy recorriendo el país. El espacio; nos falta el instrumento político.

- ¿En ese espacio peronista hay una convivencia por ejemplo con Emilio Monzó?

- Con ellos tengo diálogo. Los conozco a todos. De todas maneras, la trayectoria de Emilio, si bien viene del peronismo, tiene un mayor compromiso en más largo tiempo con el PRO. Igual que (Rogelio) Frigerio, que viene de una visión más desarrollista con afinidad con el peronismo. Hay muchos sectores del peronismo que hoy no encuentran un liderazgo. Hay hechos como el de Córdoba. Hay sectores que vienen más de centroderecha del peronismo que se pueden sumar. Y también hay un componente en esta elección que viene en donde esperamos tener equipos de publicidad que desarrollen la idea del voto útil. Es milagroso a veces Juntos por el Cambio. El concepto de voto útil es muy importante frente a la fragilidad del ‘voto Randazzo’, que apenas consiguió pasar el piso; sacó menos que el voto en blanco. El voto a Centurión que no entró, el que votó a Moreno que no entró… hay que hablar de la utilidad del voto. “Muchachos, se dieron el gusto en las primarias, bueno, ahora voten por el que pueda ganarle al gobierno”. Esto es lo que estoy diciendo.

- Otro referente del peronismo es el gobernador de Córdoba Juan Schiaretti, que quiere nacionalizar su modelo de gestión.

- Me parece muy interesante la gestión que ha hecho el gobernador Schiaretti. Además, yo tengo un aprecio personal por él. Junto con él, con Sergio Massa y con Urtubey construimos un espacio importante del Peronismo Republicano que era Alternativa Federal. Creo también que si él hubiera sido candidato de ese espacio a Presidente en el 2019 había un lugar para tener posibilidades de triunfo. Me parece bueno que él decida y me parece significativo también que Schiaretti vaya con lista propia, lo que implica también diferenciarse con claridad del kirchnerismo duro que va con la candidatura del actual senador (Carlos) Caserio. Creo que se va a consolidar la posibilidad de nuestro triunfo, porque la ventaja que tiene Luis Juez y los candidatos de Juntos por el Cambio es que representamos a un modelo nacional que es el que está contraponiéndose al modelo del Frente de Todos. En Córdoba la fórmula Macri-Pichetto ganó con el 63% de los votos contra 19%. ¿Qué quiere decir eso? Quiere decir que el mundo oscuro de los planes, el mundo de Venezuela, Cuba, de los curitas que rezan, de los que dicen que la propiedad es secundaria, todo eso, no corre en Córdoba.

- En la UCR distintas voces hablaron de ‘jubilar a Macri’…

- Yo estuve contra. Considero que Macri se está recuperando en la imagen pública. La gente está revalorizando la gestión de Macri. Además, Macri no terminó con 20 puntos. Terminó cuatro años de gobierno con el 41 casi. El mismo electorado que sacó hoy la coalición opositora. Hay un capital político que Mauricio Macri tiene. Hay una identidad con sus ideas con las que muchos sectores de la sociedad se identifican. El expresidente en la Argentina es un sujeto político que hay que tener en cuenta, no es fácilmente sustituible. En la Argentina, los expresidente son figura poderosas y tienen vuelta como lo demostró la señora vicepresidenta.