Obra pública y vacunación, las cartas del peronismo para la campaña bonaerense

El Gobierno incrementó su presencia en la provincia de Buenos Aires, principal distrito electoral del país. Cristina Fernández hará valer su peso, pero será Máximo Kirchner quien estará en el día a día de la campaña.

Diferencias. Máximo Kirchner y Cristina Fernández, con posiciones distintas por los biocombustibles. (Télam)
Diferencias. Máximo Kirchner y Cristina Fernández, con posiciones distintas por los biocombustibles. (Télam)

Obra pública, vacunación y alivio al bolsillo. Montado en estos tópicos, el oficialista Frente de Todos, con mayor peso en la responsabilidad para el kirchnerismo por su influencia territorial, se prepara para transitar los próximos meses de campaña electoral. Más que en el carisma de los eventuales candidatos de la boleta, el oficialismo se apoyará en la ascendencia popular de Cristina Fernández de Kirchner en el conurbano, aún cuando el día a día de la campaña recaerá en Máximo Kirchner y los intendentes y en las acciones que desde la Nación aportará el ministro Gabriel Katopodis con la obra pública.

Algo de todo esto se observó en los últimos días. Desde el Gobierno nacional se informó que este año en el territorio bonaerense se desarrollarán obras viales con una inversión de 82 mil millones de pesos. Casi un IFE mensual. Son diez obras plasmadas en más de 500 kilómetros en toda la provincia: desde la sureña Bahía Blanca y la Costa Atlántica, pasando por la continuidad de las autopistas Luján-Junín y Pilar-Pergamino; el viaducto Puente La Noria que comunica CABA con Lomas de Zamora, hasta un anillo de circunvalación que cruza el populoso tercer cordón del conurbano (atraviesa San Isidro, San Martín, La Matanza y Florencio Varela, entre otros distritos).

A la par, el miércoles, en la Casa Rosada, se anunció un programa para infraestructura municipal bonaerense por 5 mil millones de pesos. El plan llegará a los 135 municipios de la provincia. El anuncio incluyó una puesta en escena con ricas aristas políticas. En el centro se ubicó Sergio Massa, referente del bonaerense Frente Renovador y socio jerarquizado del Frente de Todos en el distrito, y a sus costados se ubicaron los camporistas Máximo Kirchner y el ministro Wado de Pedro, el gobernador Kicillof y el jefe de los diputados de Juntos por el Cambio, Cristina Ritondo, ex ministro de Vidal, e invitado en representación de todos los municipios gobernados por la oposición.

El ministro Katopodis también salió en la foto. La representación del “albertismo”. El titular de Obras Públicas, ex intendente de la populosa San Martín, siempre repite: “El presidente pidió que de cada ventana de un vecino se pueda ver alguna obra en ejecución”. Se insiste: la obra pública (con sus actos y anuncios) es la gran esperanza en la campaña electoral del oficialismo bonaerense.

En el gobierno de Kicillof evalúan que el episodio del “vacunatorio VIP” irá disipándose a medida que avance el plan de vacunación a cargo del ministro provincial, Daniel Gollan, el último ministro de Salud de Cristina Fernández. El objetivo, dijo Gollan, es terminar abril con 2,5 millones de vacunados entre los habitantes de mayor riesgo (unos cinco millones).

Junto a la obras pública y el plan de vacunación, el gobierno busca apuntalar el bolsillo de los bonaerenses. De acuerdo a estimaciones del massismo, el proyecto del referente del Frente Renovador que busca un “nuevo piso” de $150 mil para el Impuesto a las Ganancias beneficiará a unos 569 mil bonaerenses. Una medida de impacto electoral directo, dicen.

“Cohesión política”. Esa es la clave, dicen en el Frente de Todos. En “la Provincia”, el primer distrito electoral del país con el 38 % del padrón nacional, y en donde el oficialismo espera ganar tantas bancas como para acercarse al número del quorum propio en diputados, los socios jerarquizados de la alianza de gobierno rubricaron el compromiso de la unidad. Sergio Massa le reconoció a Cristina Fernández el decisivo peso electoral que tiene en el distrito; Máximo Kirchner, que busca presidir el tradicionalista PJ bonaerense, le respetó al referente del Frente Renovador las cuotas territoriales bajo su influencia. La cohesión política comprende también a los movimientos sociales referenciados en el Presidente, igual que los sindicatos, también aliados de la Casa Rosada.

“No, no creemos que Cristina sea eje de la campaña”, dicen en el oficialismo. Ya en las presidenciales de 2019, le dejó el protagonismo al candidato que había designado y se embarcó en una campaña electoral paralela con la gira nacional para presentar su libro “Sinceramente”. La vicepresidenta, se espera, realizará presentaciones muy puntuales, con discursos fuertes.

Alberto Fernández y Máximo Kirchner. (Archivo)
Alberto Fernández y Máximo Kirchner. (Archivo)

El que va a ser protagonista será Máximo. En La Cámpora entienden que la justicia allanará el camino para que dirija el PJ bonaerense. Kirchner deberá aglutinar a los intendentes y tendrá la lapicera cuando haya que llenar las listas del Frente de Todos. Sostener la cohesión política será un desafío.

En su último informe de coyuntura, el consultor Gustavo Marangoni dice que el oficialismo debe “ganar tiempo”. Lo explica: “Tiempo para que la recuperación se consolide, tiempo para que los indicadores de precios vengan mejor, tiempo para que la economía no registrada genere lo que le falta por la destrucción de empleos del año pasado y, particularmente, tiempo para que la mayoría de la población pueda introducir el voto con el brazo vacunado. La clave de cualquier estrategia política pasa por administrar los tiempos de acuerdo a las propias necesidades”.