Juan Gil Navarro: "Hacer Copi me tiene cautivado"

El actor está disfrutando este viaje distinto que le propone la profesión: protagonizar Eva Perón-El homosexual, o la dificultad de expresarse, del controvertido autor. Comprometido socialmente, también se refiere a nuestra realidad y hace una fuerte crítica a la clase política.

Juan Gil Navarro
Juan Gil Navarro

Por Javier Firpo

jfirpo@larazon.com.ar

Juan Gil Navarro es de esos actores que hacen sentir cómodo a su interlocutor. Está pendiente de que todo esté en condiciones para conversar, para dialogar, algo que disfruta y para lo cual se toma su tiempo, que a decir verdad le escasea.

Inmerso en el mundo de Copi, el destacado actor -que ayer cumplió 44 años- se brinda por entero para describir cómo es zambullirse en la obra de Raúl Natalio Damonte Taborda, el controvertido autor argentino -radicado en París, y fallecido en 1984-, al que se conoció con aquel seudónimo. "Por empezar es algo distinto, con todo lo que eso significa. Y a lo diferente se le suma una locura, una prueba de destreza interpretativa, que es lo que termina siendo este viaje lisérgico", ilustra Gil Navarro, protagonista del díptico "Eva Perón–El homosexual o la dificultad de expresarse", que se exhibe en el teatro Cervantes hasta el 9 de septiembre.

Se habla de Copi con mucho conocimiento, pero la mayoría de los menores de cuarenta no lo conocen… ¿Qué sabías vos, Juan?

Muy poco. Mi vieja, que era muy lectora, tenía en su biblioteca el libro “Los pollos no tienen sillas”, editado en 1968. Lo recuerdo bien porque el título siempre me sonó raro, llamativo, pero no lo había leído.

Hasta que, de a poco, quedaste atrapado en sus redes...

Con estas obras sentí la necesidad y curiosidad de saber quién era Copi, y me impresionó descubrir que fue nieto de Natalia Botana –fundador del diario Crónica-, un artista que actuaba, dirigía, escribía, fotografiaba, pero todo con un sello personal, corrosivo y sexual.

Gil Navarro integra los dos elencos: En “Eva Perón” encarna a Ibiza, una suerte de ministro, mano derecha de Evita, mientras que en “El homosexual…” está travestido aunque su criatura no es femenina, más bien parece un cavernícola desfigurado, que intenta sobrevivir en... ¡una Siberia polar! Sí, extrañísimo.

¿Cómo resultó tener que hacer un casting para entrar al mundo Copi?

Necesario porque arrancamos todos de cero y el director Marcial Di Fonzo no nos conocía, por lo que el casting había que hacerlo sí o sí.

¿Cuesta hacer una audición con tanto camino recorrido?

Para mí fue y es todo positivo, una experiencia necesaria en este momento de mi carrera donde innovar resulta fundamental. Y en cuanto al casting, creo que son útiles porque, a veces, el actor desconoce si es capaz de alcanzar tamaña exigencia.

Una vez elegido Gil Navarro, junto a un sólido elenco en el que también está Benjamín Vicuña, el “huracán” Copi arrancó con ensayos durante un mes en Francia y terminará en octubre con una gira por el Viejo Continente, “que me tiene muy ilusionado. Si bien no quiero que se terminen las funciones en el Cervantes, saber que cruzaremos el charco el 27 de septiembre nos tiene a todos ansiosos. Esto es un lujo”, señala el intérprete sobre el tour cuyo puntapié inicial será en Caen (Normandía).

¿Cuál sería el balance que hacés hoy a más de un mes del estreno de las piezas teatrales?

Que fue mucho más de lo que esperaba. Sobre todo en lo que refiere a la gente. Pensé que iba a tener cierta resistencia especialmente en “El homosexual...”, pero sin embargo me equivoqué. Es más, me sorprendió escuchar las reacciones del público. Y remarco el placer de trabajar a sala llena, lo que es una bendición.

¿Qué está disfrundo más ese actor que llevás en el alma?

Todo en general y en particular “El homosexual...”, donde estoy detrás de una máscara y, por momentos, me parezco al Guasón, lo que me permite hacer y decir cosas dentro de esa criatura, que no podría con otros roles. Es catártico.

Siendo un tipo de teatro que no vemos habitualmente, ¿en qué aspectos sigue trabajando el director?

Mirá, Marcial (Di Fonzo) se volvió a Frnacia en los primeros días de julio, pero nosotros, el grupo, no dejamos de buscar y pulir detalles, porque somos tan obsesivos como él. Y vamos encontrando cosas como, por ejemplo, que la obra termina tres o cuatro minutos antes, por la dinámica que le fuimos imprimiendo al cabo de un mes de funciones.

Cuenta Juan que uno de los compromisos que tuvo que dar, una vez convocado para las obras de Copi, fue estar disponible ciento por ciento, lo que no le quita pensar a futuro. “Tengo en mente la segunda temporada de ‘La fragilidad de los cuerpos’, hay algo de teatro dando vueltas y estoy con dos amigos productores pensando unas ficciones, pero para una plataforma digital”.

Tenés una presencia atinada y comprometida en Twitter, con frases como: "Recordá que el fracaso no es lo opuesto del éxito, sino parte de él". ¿Se lo decís a alguien en particular, al colectivo de actores, o es un recuerdo para vos?

Yo sigo a Banksy -artista británico callejero- y creo que es una frase suya. Me pareció interesante recordarla en una sociedad tan exitista como la nuestra, que no permite lugar al fracaso. O no le da al fracaso la importancia que tiene para aprender.

Todavía estamos con los coletazos de un fin de semana de elecciones. Vos habías escrito antes: "Se cerró la grieta. Todos los políticos se juntaron para prometerte lo mismo: que creas más en ellos que en vos mismo". ¿A qué se debe?

El otro día miraba los afiches políticos y veía gente sonriendo. Desde que tengo memoria todos sonríen y Alfonsín también sonreía en 1983. Pero lo que había detrás era otra cosa... Hoy veo sólo marketing, todo es imagen. Los políticos no toman el subte, no caminan la calle, sólo les importan las encuestas. Por ahí alguno cae de madrugada en un hospital, para ver en carne propia como están las cosas. Pero lo que siento es que toda la dirigencia pide que creamos más en ella que en nosotros mismos. Y para mí, la única posibilidad de salir de esta espiral, de ese adn político del “es lo que hay” o “roban pero hacen”, es creyendo justamente en nosotros. Mientras creamos en nuestros políticos nos vamos a decepcionar todo el tiempo.

Comprometido social y políticamente, Gil Navarro es un crítico acérrimo de la superficialidad . “El otro día tomé un taxi y en el asiento de atrás había un cartel que decía: ‘El diario de la calle es el único que dice la verdad’. Y lo retuiteé porque son frases que están en línea conmigo”, dice afligido.

¿Estás muy atento a lo que dice la calle?

Teniendo un padre periodista y sintiendo fascinación por Arturo Pérez Reverte, que fue corresponsal de guerra para TVE, creo que la voz de la calle es el lugar verdadero de lo que está pasando. No miente la calle, puede exagerar, equivocarse, pero no miente. Evocando a mi viejo, el diario de la calle es crudo, real y no cuida su línea editorial.

¿Qué pensás que necesita la política argentina?

Sin duda que a tipos como Copi, que se la jugaron, rompieron los moldes, fueron valientes y sin caretas.

Lo firma Juan Gil Navarro, un actor consagrado, que se la juega, y dice lo que piensa. Siempre.