"Gracias al policía estamos todos contándola", dijo el chofer del colectivo asaltado en Barracas

Pablo Ramírez contó cómo fue el ataque de dos delincuentes a la unidad que conducía el lunes a la noche.

Colectivo Línea 100
Colectivo Línea 100

"Veníamos por Vieytes y me hacen parada dos tipos. Subió uno y el otro tardó un poquito en subir, se agarró de las dos barandas, miró para los dos lados y subió. No me dijo nada, pasó, y cuando miré por el espejo dijo 'bueno, están todos regalados´, sacó el arma y empezó a los tiros". Así relató el chofer del colectivo el hecho que ocurrió el lunes a la noche en el que fueron asesinados un policía y un pasajero del colectivo de la línea 100, en Barracas.

Pablo Ramírez tiene 45 años y hace más de 13 que es chofer de colectivo. Esta fue la segunda vez que se enfrentó a un robo en la unidad que conducía, pero la primera con tanta violencia, y con dos muertos. Los delincuentes, que el calculó que tendrían uno 45 y el otro alrededor de 25 años, mataron a dos personas.

Una de las víctimas fue Esteban Lagos, un efectivo de la Policía Federal que viajaba uniformado e intentó detener a los delincuentes. Cuando él dio la voz de alto, recibió tres disparos y murió. Los asaltantes le robaron su arma reglamentaria.

Esteban Lagos, el policía federal asesinado en Barracas (Twitter)
Esteban Lagos, el policía federal asesinado en Barracas (Twitter)

Otro pasajero, Roberto Bonifacio, también fue herido de un disparo en la espalda y luego del ataque fue llevado al hospital Argerich, donde murió este lunes a la mañana.

Roberto Bonifacio (Twitter)
Roberto Bonifacio (Twitter)

"Uno ligó en una pierna, en la canilla. Otro ya en la comisaría le encontramos un golpe en el empeine, lo salvó el zapato de trabajo", enumeró Ramírez en radio La Red.

"Gracias al policía estamos todos contándola", agregó el chofer, y contó que en total nueve personas declararon en la comisaría tras el hecho. "Todos estamos diciendo que subieron por gusto, por matar", agregó, e indicó que los hombres no robaron nada más que el arma del oficial asesinado.

"Yo cuando empezaron los tiros me agaché con el colectivo en marcha y cada vez que disparaban me tocaba a ver si me habían pegado. No sabía qué hacer, abrí la puerta, saltó el primero, la volví a cerrar, el otro vino, me apuntó y me dijo 'abrime'. De los nervios no me abría la puerta, hasta que se abrió y salió", recordó.

"Gracias al policía estamos vivos, él se llevó la peor parte, sin él no sé qué hubiera sido, porque éstos estaban locos", sostuvo Ramírez en TN.