Erika Halvorsen, la madre de la criatura

Conocida por su libro El hilo rojo, ahora redobla la apuesta con Desearás, su novela que también llegará al cine, el jueves, repleta de imágenes de alto contenido erótico. (De La Razón)

Erika junto a Pampita.
Erika junto a Pampita.

Javier Firpo
jfirpo@larazon.com.ar

Después del estreno de "El hilo rojo", hace un par de años, la imagen y continuidad laboral de la santacruceña Erika Halvorsen cambiaron rotundamente. No es famosa, pero sí reconocida gracias a su escritura fluida, efectiva, sensible y osada. Su obra se hace presente en teatro, televisión y cine. Es autora y directora de piezas como "Bisniestas" y "Ser ellas", está escribiendo la historia de la próxima tira de Telefé, y espera con ansias el estreno de "Desearás al hombre de tu hermana" -de la que es guionista-, basada en "Desearás" a secas, su novela editada en agosto por Sudamericana, que llega a los cines este jueves.

Y lo hará rodeada de un erotismo sin precedentes y con un tridente femenino que intimida: Andrea Frigerio, Mónica Antonópulos y Carolina Ardohain, quien tendrá su debut en la pantalla grande. "Trabajo con figuras, pero no me pertenece el mundo mediático", dice la autora que en los últimos años se codeó con Dalma Maradona, China Suárez, Vicuña, Andy Kusnetzoff, y ahora con Pampita

¿Te afecta que se hable de vos como una advenediza?

Mi función no pasa por ser más o menos conocida, ni tener más o menos seguidores en las redes sociales. Yo sé que no soy una recién llegada, pero a quién le importa eso...

¿Por qué decís que no tenés que ver con el mundo mediático?

Por que sólo es una casualidad que haya trabajado con actores talentosos y famosos. Yo hice “La hija de Dios”, pero no tengo nada que ver con la familia Maradona. Escribí “El hilo rojo” pero no soy responsable de lo que se generó alrededor, como ahora tampoco tengo nada que ver con lo que produce Carolina (no le dice Pampita) en su debut en cine. Es un efecto natural de mi trabajo, pero no de mi persona.

Qué modesta para estos tiempos...

Es que yo soy una escritora y los momentos de exposición no son un reconocimiento a mi trabajo, sino coletazos que tienen que ver con los artistas que protagonizan mis historias.

Erika se instaló como una escritora en la vidriera, gracias a un patrón audaz y transgresor, que abarca el deseo y la sexualidad, con una literatura sin tapujos, explícita...

Con vos no van los eufemismos...

(Sonríe con timidez.) Me gusta utilizar las palabras que corresponden, sin rodeos. Y creo que fui construyendo una relación sensual y erótica con la escritura, logrando historias intensas.

¿Qué buscás cuando escribís?

Reacciones físicas más que mentales. Intento desde mis palabras generar otro tipo de vivencias, sobre todo lo más democráticamente posibles.

¿"Democráticas"? ¿Cómo?

Dicen que utilizo un fuerte lenguaje y yo me remito a describir con palabras puntuales una relación sexual entre un hombre y una mujer. Sucede que hay algo en la sexualidad femenina que todavía produce represiones y tabúes, por eso en “Desearás” decidí pararme en el vínculo de dos hermanas, Ofelia y Lucía (Ardohain y Antonópulos), y contar el descubrimiento de la sexualidad desde pequeñas.

Situación que ya levantó polvareda...

Me llama la atención cómo a los hombres les sorprende que una nena pueda tener un orgasmo cuando es algo natural. Así como los varones tienen su despertar sexual, y no pasa nada, choca mucho que una nena pueda estar teniendo un orgasmo.

Incomoda, ¿pensás?

Hay algo con el placer femenino, con la mujer como el objeto deseante, y no deseado, que perturba y molesta.

¿Estimulás la igualdad de condiciones?

Sólo me surge una necesidad de paridad sexual a la hora de dar como de recibir placer. En mis historias busco que la mujer no anestesie su deseo, porque es ahí cuando se transforma en objeto del deseo, o cuerpo de alquiler para el placer del otro.

Hay expectativa y morbo alrededor de las escenas prohibidas de "Desearás…". ¿Tan fuerte es?

Las chicas tienen escenas muy subidas de tono, pero los que más muestran son los varones. Para el placer del público femenino hemos decidido cosificar a los actores para que la igualdad se manifieste en todo sentido.

¿Cómo definirías a la película?

Incómoda, extrema, no es familiar, ni comercial. Yo no sé lo que espera la gente, lo que sí sé es que hicimos una película arriesgada y sin ataduras ¿Qué te pasó a vos al verla?

Me incomodó a mí, imaginate... Cuando vi el primer crudo me levanté y me fui. No podía creer que yo fuera la autora de esta criatura.