Alertan sobre el consumo de un hongo silvestre altamente peligroso para la salud

Es similar al champiñón. Crece durante diciembre, cuando comienzan las lluvias más intensas, en las sierras cordobesas.

Alertan sobre el consumo de un hongo silvestre altamente peligroso para la salud.
Alertan sobre el consumo de un hongo silvestre altamente peligroso para la salud.

Para quienes no lo conocen en profundidad, el hongo Amanita phalloides podría confundirse con un champiñón y, de todos los que crecen en el territorio nacional, es el único cuya ingesta puede ocasionar la muerte. En Córdoba, se registraron casos de personas intoxicadas que quedaron con severos daños hepáticos, dializados e incluso algunos con desenlaces fatales.

Este hongo crece desde diciembre hasta mayo (verano–otoño), en coincidencia con la temporada de lluvias. "Se encuentra generalmente en las sierras. No crece en cualquier lado, sino que lo hace asociado a determinados árboles. Esto es así porque establece una relación simbiótica, una relación de asociación con las raíces de pinos, cedros, álamos y robles", explica Carlos Urcelay, investigador del Instituto Multidisciplinario de Biología Vegetal (Imbiv), dependiente de la Universidad Nacional de Córdoba y Conicet, a UNCiencia.

Lo curioso es que ni el hongo, ni los árboles pertenecen a la flora nativa de Córdoba. Ambos son especies exóticas traídas del hemisferio norte, que se instalaron y se adaptaron a las condiciones locales. De hecho, el primer reporte del hongo en la región data de la década de 1970.

Alertan sobre el consumo de un hongo silvestre altamente peligroso para la salud.
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“Lo que llamamos hongo, en realidad es el cuerpo de fructificación del hongo, como si fuera la manzana del árbol. Los equivalentes a las ramas y las hojas, en el caso de los hongos, están en forma de unos filamentos microscópicos muy desarrollados debajo de la superficie del suelo, de la hojarasca. Generalmente no los vemos. Y esos filamentos se asocian, en este caso, con las raíces de algunas especies de árboles”, explica Urcelay.

El principal riesgo radica en que quienes carecen de un ojo entrenado pueden confundir Amanita phalloides con especies de Agaricus, la misma familia del champiñón, y Lepiota, que pueden ser comestibles.

Amanita phalloides tiene un color blanco crema, con algunas tonalidades amarillentas verdosas, anillo y una especie de saquito en la base del pie, llamado volva. "El champiñón y otros parecidos tienen colores similares, anillo debajo del sombrero, pero no tienen el saquito abajo”, apunta Urcelay.

Este tipo de hongo posee distintas toxinas, entre ellas una que es muy nociva, conocida como amatoxina (fundamentalmente amanitinas). "Son peptidos cíclicos que dañan las células afectando la producción de proteínas. Estas toxinas afectan particularmente el sistema digestivo y las células del hígado, hasta dejarlo sin funcionamiento", apunta el investigador.

Los primeros síntomas son náuseas y diarrea, hasta atacar el hígado. Suelen aparecer a las cuatro o cinco horas después de haberlo consumido, aunque en otras ocasiones pueden presentarse hasta en las 12 horas posteriores.

En estos casos, las recomendaciones son precisas: concurrir al hospital más cercano. "Lo fundamental es que no hay que evitar las náuseas ni la diarrea, porque es el modo de eliminar la mayor cantidad de toxinas posibles", concluye Urcelay.