El Sapito Coleoni, el técnico cordobés del momento ante su hora más gloriosa

Este viernes enfrentará al River de su admirado Marcelo Gallardo, por la Copa Argentina. Con un Central Córdoba en el apogeo por su mérito.

La felicidad del Sapito. Se fue metiendo en la historia de Central Córdoba y jugará una final para el recuerdo.
La felicidad del Sapito. Se fue metiendo en la historia de Central Córdoba y jugará una final para el recuerdo.

En apenas una semana se abrazó con un ídolo, Diego Maradona, y lo hará con su espejo, Marcelo Gallardo. Un momento incomparable para Gustavo Coleoni, quien con su Central Córdoba dispustará este viernes la final de la Copa Argentina nada menos que ante River.

En julio de 2017 descendió al Federal A con el club santiagueño, pero se quedó al frente e inició el ciclo más ganador en la historia de los Ferroviarios. Y para convertirse en el técnico cordobés más exitoso de los que dirigen en el fútbol argentino.

Respaldado por su trayectoria en el ascenso, con más de 400 partidos dirigidos, el Sapito ascendió con Central Córdoba dosa veces seguidas, lo puso por primera vez en Superliga con hasta ahora una campaña digna, y en una final inédita para los santiagueños en Copa Argentina.

Con su picardía de cordobés y ex jugador, el diminuto entrenador se agrandó por su capacidad para moldear equipos rendidores con escasos recursos. Y se ganó el respeto en general.

Desde su debut en Racing de Nueva Italia en 2006, el recorrido lo llevó por el trunco paso por Talleres, el equipo de sus desvelos donde llegó para disputar su "Mundial" en 2011 (sacar a la T del Argentino A)... y gastó en vano una bala de plata.

Se rehizo en la dirección técnica, arribó a más finales, perdió un mano con Iván Delfino (él en Santamarina de Tandil, el ex Instituto en Patronato) y este 2019 tuvo desquite al ascender con los santiagueños ante Sarmiento.

Y en al Copa Argentina a la que clasificó militando en la Primera B, se cruzará por todo con el Muñeco Gallardo, a quien más admira como entrenador.

La fábula sería de Sapito a Príncipe. El cuento cordobés, con gracia, es la superación de un técnico que trabaja en serio y dio el salto de calidad.​