Manos abiertas: 25 años junto a personas solas

Por Gabriela Martín.

Suena el timbre y luego de unos minutos de espera, Ramón se asoma detrás de la puerta. El vínculo es tan grande que, en ese mismo instante, Juan estaciona su auto. Se estrechan la mano y el dueño de casa dispara: "Somos grandes amigos".

Ramón Posse tiene 87 años y vive solo. A raíz de una diabetes, perdió las dos piernas y se moviliza en una silla de ruedas. Juan Scarponetti es docente jubilado y voluntario de la Obra Madre Teresa de la Fundación Manos Abiertas Córdoba; todos los jueves visita a Ramón, quien lo recibe felizmente, valorando su compañía.

"A Juancito me lo trajo una amiga del barrio (Isabel), una muy buena vecina. Nos conocemos hace 50 años. Él se presentó y yo lo recibí; parece que le gustó la forma en que uno es, sencillo, bastante bien educado para conversar", dice a Tu Día don Posse, quien acumula experiencia de infinidad de trabajos y durante 20 años realizó tareas en el Cementerio San Jerónimo.

Y agrega Juan: "Tengo el privilegio de estar acompañando al muchacho. Normalmente le hago algún trabajito que necesita, alguna comprita, pero fundamentalmente es la compañía, la contención. Escucharlo. Es un arsenal inagotable de anécdotas, con sus descripciones y con todos los detalles".

El muchacho, como le llama Scarponetti, está solo. No tiene mujer ni hijos. Roxana lo acompaña todos los días, cuatro horas. En ese tiempo ella se dedica a prepararle la comida, hacer la limpieza, lavar y planchar su ropa y acompañarla adónde quiera ir.

"Ella es muy buena persona. Yo soy solo, por no decir que mi vida es una historia muy rara, increíble. Soy casado dos veces con una mujer y otra, con otra mujer", dice Ramón, mientras la perrita que llegó de regalo desde el norte de la provincia salta y le hace notar su compañía.

Sí, se casó dos veces con la misma mujer. Y lo relata con una precisión y descripción admirable. Corría el año 70 y Ramón quería comprar la casa en la que recibe a Día a Día; inició los trámites en el Banco Hipotecario y al salir el crédito acude al llamado del empleado bancario.

"Cuando tenía que llenar los papeles y me pregunta el estado civil, me dice: 'casado, ¿no?. Yo le respondo que no, que era soltero. La respuesta fue: 'No señor Posse, el banco le presta solo a las personas casadas, vaya y cásese ya. Tiene una semana Yo no sabía y me dijeron que me esperaban una semana", cuenta.

Y continúa su relato: "Fui al Registro Civil (no había CPC en esa época) y me dieron turno para dentro de un mes y 10 días. Yo vivía en pareja, pero todavía no tenía intención de casarme. Ese mismo día viajé a Salta porque allá había un abogado que te llevaba a casarte a Bolivia".

Ramón y su futura (por partida doble) esposa viajaron a Salta. Al día siguiente del arribo, el abogado y la pareja cordobesa salieron temprano hacia Bermejo, Bolivia. Llegaron al juzgado y el propio cónsul los casó. El abogado salteño y un empleado (jardinero) del diplomático, los testigos.

"Yo llevaba un juego de alianzas que tenía porque tenía previsto casarme desde el mismo día que la conocí a mi mujer. Por ella abandoné a mis padres, mis 10 hermanos y me junté".

Historias compartidas

Como la historia del viaje a Bolivia para casarse por primera vez, don Posse tiene miles y Juan lo escucha. Pero, además lo acompaña y lo trata como a un par. Se ven los jueves y se comunican varias veces a la semana. El voluntario de Manos Abiertas está siempre presente en la vida de Ramón, como aquel día que llegó y lo encontró descompensado, dentro de su casa y con el pasador de la puerta cerrado. Juan se encargó de saltar desde un patio vecino, romper un vidrio (que lo dejó con algunos cortes), abrir la puerta y permitir el ingreso a la ambulancia.

Scarponetti llegó a Manos Abiertas Córdoba hace más de dos años. Hizo el curso y cuando le tocó optar por un brazo de la Fundación pensó en la hospedería Padre Hurtado (se recibe a personas en situación de calle) y el equipo Madre Teresa, "Eran los dos que más me atraían y me parecía que, de algún modo, más coincidían con el tenor de mi personalidad, de mis apetencias".

Como cada jueves, ellos seguirán encontrándose. Uno tendrá nuevas historias para contar, el otro, el oído siempre atento a escuchar. Se darán la mano y la compañía le dará un empujón a la soledad.

25 años en la comunidad

En 2017, Manos Abiertas Argentina cumple 25 años y lanzó una campaña de recaudación y captación de fondos a través de donantes particulares mensuales (promedio $150 por mes). Los interesados para sumarse como donante mensual pueden hacerlo, a partir de $5 diarios, llamando al 0810 122 0224 o ingresando a www.manosabiertas.org.ar.

La Fundación ayuda a más de 9 mil personas que se encuentran en situación de pobreza, dolor y exclusión en Buenos Aires, Córdoba, San Juan, Entre Ríos, Chaco, Salta, Mar del Plata, Jujuy, Santa Fe y Neuquén.

Obras en Córdoba:

1. Casa de la Bondad: Hogar de cuidados paliativos para enfermos terminales en su fase final.

2. Madre Teresa de Calcuta: Acompaña y visita a personas solas.

3. Hospedería Padre Hurtado: Hogar para hombres en situación de calle.

4. Caminar de Nuevo: Acompañamiento a mujeres, adolescentes y niños con HIV/SIDA.

5. Hogar de Niños J. Bainotti: Hogar para niños de 0 a 5 años.

6. Equipo Cura Brochero: Visita y acompaña a personas privadas de la libertad.

7. Predio Santa Isabel de Hungría: Casa de retiros espirituales.

8. Escuela Albergue Nuestra Señora del Valle, Los Gigantes: Viven y estudian alumnos de nivel inicial, primario y medio. Educación para adultos y acompañamiento a familias de la zona.

9. Mama Antula: Ejercicios espirituales destinados a personas con menos recursos.

10. Misioneros San Francisco Javier: Obra nacional que trabaja en comunidades marginales.

11. Nuestra Familia Siria: Recibe y cobija a familias de refugiados sirios.

Voluntarios. En Córdoba hay 800 voluntarios. El próximo taller informativo para nuevos voluntarios es el primer lunes de septiembre.

Mirá también: La hospedería Padre Hurtado, el refugio para los hombres en situación de calle