Desde una ONG buscan integrar a través del deporte a chicos y adultos con discapacidad intelectual

Corazones solidarios agrupados por la Fundación Baccigalupo contienen y enseñan a chicos con capacidades especiales.

Los voluntarios intentan transmitir sus conocimientos y aprendizaje para que los chicos se sientan mejor.
Los voluntarios intentan transmitir sus conocimientos y aprendizaje para que los chicos se sientan mejor.

Por Matías Candoli.

Mirar al otro. Ponerse en su lugar. Tratar de entender sus códigos y sus formas de comunicarse. Hacer todo lo posible para darle herramientas de que se sientan bien. Transmitirles conocimientos y recibir aprendizaje para mejorar. Hacer que el deporte sea el camino para mostrarles a esos chicos que pueden practicar como uno más y disfrutar la experiencia. Eso, que parece poco, pero que realmente es mucho es lo que hacen en el Centro de Desarrollo Deportivo Pucará las chicas y chicos que voluntariamente participan de la Fundación Baccigalupo.

Esta ONG, todos los viernes de 9.30 a 12, en el Gimnasio Pucará, trabajan y entrenan con chicos y adultos con discapacidad intelectual para que, mediante la práctica deportiva, mejoren su calidad de vida. Coordinada en Córdoba por Nadia Coraglia esta ONG, fundada por Cecilia Baccigalupo tricampeona mundial de Padel, tiene un trabajo que viene desde hace más de una década en la tarea de acercar a los chicos al deporte y organizan distintos eventos.

Y, casi a diario, renuevan objetivos. "Queremos resaltar la construcción de un nuevo vínculo de la sociedad con esta temática. Desde una visión desde los derechos. Apuntamos a borrar las miradas de pena y cambiarlas por las de alegría", dijo con firmeza la coordinadora.

Y, haciendo una reseña de la historia de la fundación, agregó: "Cecilia Baccigalupo fue tricampeona mundial de Padel sin tener un estilo muy refinado en su juego pero sin embargo lo logró. Y, en un torneo de atletismo, donde ella tenía que ser abrazadora (se ponía detrás de la meta) donde los chicos y personas con Síndrome de Down corrían los 100 metros. Ella tenía que llamar por su nombre al que le tocaba hasta que llegara y abrazarlo. A partir de ese abrazo, dijo: 'voy a enseñar a dar lo que tengo a personas que por ahí la sociedad piensa que no pueden llegar a determinadas cosas a través del deporte' y empezó con la Fundación". Luego se fue sumando gente y hace 13 años que tiene estatuto como ONG.

"Ella empezó a dar clases de padel gratis y luego fue creciendo y hay sedes en Buenos Aires, Salta, Bahía Blanca y en algunos lugares más. "Son escuelas deportivas gratuitas para personas con discapacidad intelectual y movilidad propia. Dentro de lo que es discapacidad intelectual, es algo muy amplio. Pueden entrar personas Síndrome de Down, con autismo, personas con Asperger aunque tengan un elevado coeficiente intelectual. Es muy amplio lo que abarca", contó Nadia.

SENTIRSE DEPORTISTAS. La Fundación es apadrinada a nivel nacional por Emanuel Ginóbili. La sede Córdoba tuvo sus eventos con José María Pechito López, piloto internacional, como cabeza visible y, alguna vez también Ángel Di María colaboró con alguna camiseta de la Selección firmada para vender rifas con el fin de recaudar fondos.

El Estado, mediante la Agencia Córdoba Deportes, les presta las instalaciones del Gimnasio Pucará para que puedan desarrollar sus actividades.

"Es importante el aporte de todos. De los deportistas famosos, para la difusión y, del Estado como de los privados que siempre aportan", agradeció la coordinadora. El complejo donde trabajan está en calle Agustín Garzón 1252 de barrio San Vicente.

El gran fin de esta fundación está en esta breve explicación que dio Nadia Coraglia: “Los días de entrenamiento puntualizamos en que el objetivo es que todos tengan la oportunidad de ser y sentirse deportistas, eso es lo que trabajamos. No importa cómo. No hace falta, para ser deportista, que uno tenga que picar la pelota con la mejor técnica. Cada uno empieza como puede y, a partir de eso, trabajamos. El año pasado empezó un chico que se llama Lolo que tiene autismo y llegaba a la clase el primer día y aplaudía, corría y caminaba por cualquier lado. Después agarró la pelota y eso fue todo, al otro día la agarró y la soltó, y otro día le pega. Ahora ya da pases cortos y pases largos. Nosotros aprendimos a comunicarnos con él y esa es la clave”.

En la comunicación con los chicos, está la verdadera llave para abrir muchas puertas internas para la evolución en el deporte.

“A veces pensamos que el otro no entiende y es al revés. Es uno que no entiende cuáles son los códigos del otro, cuál es la manera de comunicarse. Por ejemplo con Lolo aprendimos que con los aplausos él se comunicaba. El aprendizaje es mutuo, siempre”, admitió la coordinadora. Y añadió: “Si uno se conecta con el otro, creo que no hacen falta protocolos o comunicarse de una manera ‘normal’. Por ahí uno de afuera te puede ver que estás hablando con un chico como Martín, por ejemplo. Vos le hablás y no te da bola. Pero le hablás en su sonido (pone voz aflautada): ‘iii, Martín, dale dale’, así y Martín hace todo. Es conectarte con el otro. Y poder romper las barreras de lo convencional”.

También da su opinión basada en su experiencia de 10 años integrando la Fundación: "Me empecé a dar cuenta que uno no discrimina o niega, rechaza o tiene miedo del otro porque está convencido. Sino porque hay un desconocimiento. Creo que la sociedad, cuando se contagia, cuando ve que hay un otro, cuando ve a una voluntaria con un alumno aplaudiendo y dándose pases de la pelota y riéndose, es como que hay algo que se afloja en cada ser humano".

Y, sobre el método de enseñanza que no es tal, Coraglia resaltó: "No hay recetas para nada. es descubrir qué nos puede enseñar al equipo cada niño, cada adulto que participa y a partir de eso es una nueva experiencia que te pueden servir para una persona y hay cosas que no. Que es sólo con esa persona. Hemos aprendido mucho".

APUNTAN A LA PARTICIPACIÓN. En Córdoba, hay dos eventos importantes que organizará y participará la Fundación. Uno, es una experiencia con 600 estudiantes de psicología organizados por esa facultad que constará de un juego donde participarán los chicos. Melanie Gorgerino, voluntaria y encargada de prensa, anunció: "No nos importa que funcione o no el juego. Lo que nos importa de verdad es que esos 600 estudiantes puedan conocer que los chicos de la Fundación son personas. Después vamos a hacer una peña para recaudar fondos para el viaje al torneo nacional que es para 13 chicos, para Buenos Aires que son tres días donde los chicos juegan fútbol, basquet y tenis".

Y el otro gran evento se llevó a cabo junto con Hora Libre, una institución que trabaja con personas con dificultad de entablar lazos sociales en el club Hindú. Fue el 3 de setiembre pasado, de 15 a 18, abierto para el público en general en Pringles y Sarmiento, la sede del club. Allí se llevó a cabo una maratón de pique que consistió en hacer un kilómetro picando una pelota. También hubo juegos masivos y números musicales.

“La idea es que participe toda la comunidad. Implícitamente está la inclusión pero también es la idea llamar a toda la comunidad, que sea un evento para todos. En donde aprendamos a convivir en la diversidad. Ahí es donde se resume todo”, cerró la coordinadora.