Abusó y asesinó a una nena en Córdoba: ahora, pide a la Justicia quedar en libertad

Claudio Moyano cometió el crimen en 2002 y está cumpliendo reclusión perpetua.

Unidad Penitenciaria de San Francisco (La Voz)
Unidad Penitenciaria de San Francisco (La Voz) Foto: Nicolás Albera

En marzo de 2002, Claudio Moyano violó y asesinó a Gabriela Pimentel, una niña de 10 años. La pequeña había salido durante la noche a comprar pan y cigarrillos cerca de su casa, en barrio Villa Urquiza de la ciudad de Córdoba. Moyano fue condenado a prisión perpetua y desde el año pasado, solicita salir bajo libertad condicional.

Según la investigación policial, en 2002 el hombre interceptó a Pimentel en la calle y la convenció para irse con él. La llevó a la costanera del río Suquía, a la altura de la calle Sagrada Familia. En ese punto apareció el cuerpo de la menor con evidencias de abuso sexual y golpes.

Cómo fue la detención y posterior condena de Moyano

Varios vecinos de la zona declararon haber visto al hombre esa noche por el barrio. Esto motivó la pegatina de carteles en la zona con su rosto. Más tarde, una pareja declaró que observaron a un hombre subir desde el río el mismo día del crimen. También dieron detalles sobre la apariencia del sujeto, que coincidió con Moyano.

Tras su detención, se realizó un análisis de ADN que fue clave en la causa. Un año después del crimen, Moyano fue juzgado y condenado a prisión perpetua por abuso sexual con acceso carnal y homicidio criminis causae. Cumplió condena en la ciudad de Córdoba, pero desde hace siete años se encuentra en la Unidad Penitenciaria 7 de San Francisco.

Luego de 20 años preso, Moyano quiere la libertad condicional

El régimen de prisión perpetua en Argentina admite la posibilidad de pedir la libertad condicional luego de un período entre rejas. Hoy ese beneficio se otorga a los 35 años de prisión si existe, por ejemplo, buena conducta. Asimismo, tras 10 años en libertad condicional bajo vigilancia, la pena se extingue.

Debido a esto, Moyano pidió dos veces acceder a este beneficio, pero el Juzgado de Ejecución Penal de San Francisco se lo negó en ambas. Entre las causas, se destaca que el hombre no reconoce haber cometido ese crimen. Además, una fuente calificada de la Justicia lo describió como una persona con “rasgos psicópatas”.