El Maracaná, un templo donde a Talleres le faltaba jugar

En abril próximo Talleres hará su ingreso en el mítico Maracaná. Como hace 20 años lo hacía en el imponente Azteca en el Distrito Federal de México, o como le tocó jugar en el Centenario, el monumento al fútbol en Montevideo, y hasta en el mismísimo Morumbí de San Pablo en tiempos más recientes.

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Son cuatro de los estadios con más historia y halo de grandeza en el continente. Y Talleres, pese a su todavía incipiente participación en torneos internacionales pero con el objetivo de que se torne más continua, dejó huellas en las alfombras de esos campos de juego.

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Conocidos los rivales para la fase de grupos de la Libertadores 2022, en el Mundo Talleres resultó impactante que el poderoso Flamengo, con su fama a cuestas, comparta la zona. Porque es un equipo que despierta la inquietud lógica de tener que enfrentar a un gigante de Brasil, el vértigo de codearse con un campeón de la Copa y subcampeón vigente, y la adrenalina de competir contra un adversario de ese fuste y en el ominoso Maracaná. O para llamarlo de otra manera, el grandioso Maracaná. Según el punto de vista. O Maracanazo, según hasta donde se atreva a soñar.

Museos a cielo abierto

• Copa Libertadores 2002: América 2-Talleres 0, estadio Azteca (Mexico)
• Copa Mercosur 2001: Peñarol 1 - Talleres 3, estadio Centenario de Montevideo (Uruguay).
• Copa Libertadores 2019 (fase previa): Sao Paulo 0 - Talleres 0, estadio Morumbí (San Pablo, Brasil).

El Kempes, un bastión

En mayo Talleres será anfitrión de Flamengo, en su primera presentación oficial en el estadio Kempes. En 2019 vino otro coloso del fútbol brasileño, el Sao Paulo, y Talleres lo despachó con un 2-0 que le daba medio pasaje para pelear un lugar en la fase de grupos (0 a 0 en Brasil y posterior eliminación ante Palestino de Chile).

Más atrás en el tiempo, el viejo Estadio Córdoba también fue escenario de otro cruce entre Talleres y escuadras brasileñas de las más coperas, en este caso el Gremio, por cuartos de final de la Copa Mercosur 2001. Empate 0 a 0 como local y derrota 2-0 en Porto Alegre.

Será una Copa inolvidable para el club de barrio Jardín, ante el desafío de una proeza que será imponer condiciones ante un candidato como el Flamengo, y la inédita posibilidad de alcanzar los 60 mil socios para darle marco a una hazaña.