Se conocieron en Córdoba, se mudaron y ayudan a argentinos a radicarse en Brasil: “Es gente que ya no soportan más”

“En los 8 años que vivo en San Pablo, jamás me robaron. En cambio, cuando vivía en Córdoba, me asaltaron 4 veces”, graficó Silvia.

Marcelo y Silvia Taormina se conocieron en Córdoba, tienen siete hijos y colaboran con argentinos que quieren emigrar a Brasil. (Foto: Infobae)
Marcelo y Silvia Taormina se conocieron en Córdoba, tienen siete hijos y colaboran con argentinos que quieren emigrar a Brasil. (Foto: Infobae) Foto: Infobae

Se puede decir que la solidaridad es la característica principal que define al matrimonio de Marcelo y Silvia Taormina. Ambos se conocieron en Córdoba, en una fundación. Luego crearon su propia fundación y en 2013 emigraron a Brasil. Ahora buscan ayudar a argentinos que quieren emigrar al vecino país.

Marcelo nació en Brasil, pero prácticamente se crió en Córdoba de donde es Silvia. Ambos llevan 25 años de casados y tienen siete hijos. Justamente un mejor futuro para sus hijos fue lo que los hizo emigrar a Brasil. Es que tres de sus hijos querían dedicarse a la música y por consejo de un empresario de la industria decidieron partir al vecino país. Ahora, dos de sus hijas son reconocidas cantantes y pianistas.

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Según contó la propia Silvia a Infobae, el matrimonio y los hijos llegaron a Itanhaém, San Pablo en una combi, “solo con la ropa y los instrumentos musicales. Teníamos 10 dólares y vivimos 30 días en la calle, durmiendo en la camioneta y vendiendo artesanías. Al mes, pudimos alquilar un departamento pequeño y, al siguiente, estábamos vendiendo alfajores en la calle, pero facturábamos mil dólares mensuales. Al poco tiempo, surgió la posibilidad de abrir nuestro propio restaurante. No teníamos dinero, pero una persona confió en nosotros porque había visto la manera en la que trabajábamos en la calle, desde la mañana hasta la noche. No importaba si llovía, siempre estábamos trabajando”.

Luego de años de arduo trabajo lograron acomodarse y fue allí donde empezaron a compartir su experiencia a través de YouTube. A través del canal “Viviendo en Brasil - ¿Qué se siente?” cuentan cómo es vivir allí y brindan datos claves para todos aquellos que estén pensando en emigrar. El canal tomó tanta repercusión que hasta los mismos brasileños comenzaron a acercar ayuda, donaciones y hasta ofrecer trabajo.

“Con su ayuda, podemos apoyar a las familias argentinas que emigran y lo hacemos con alimentos, con muebles, con ropa, con electrodomésticos, con trabajo, con medicación, con todo lo que necesitan”, detalló Silvia al medio.

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Por otra parte, Marcelo se sorprendió y dio un detalle de las familias argentinas que se contactan con ellos. “La mayoría de la gente que está llegando es la que estaba muy bien en la Argentina, tenían empresas o fábricas, y lo han perdido todo. Es gente a la que en toda la cuarentena se les prohibió trabajar y ya no soportan más las restricciones que hay solo en la Argentina y en ningún otro país. La gente quiere poder moverse tranquila y no pagar tantos impuestos”.

“Los argentinos que vienen son de clase media y están desesperados. Cerraron sus negocios, no tienen posibilidades y la mayoría es gente emprendedora, que tuvo que bajar la cortina. El argentino está sin plata, malvendiendo las cosas que le costó años poder comprar, junta lo que puede”, agregó.

Oportunidades de trabajo e inseguridad en Brasil

Uno de las consultas que más le hacen al matrimonio es lógicamente sobre las oportunidades de trabajo y también sobre el nivel de inseguridad en Brasil. Sobre esta situación, Marcelo aseguró: “Brasil está trabajando a full, ha crecido muchísimo y nadie se quedó parado, ya que la cuarentena fue bastante desobedecida. El país no cayó, al contrario, el PBI creció más que el año pasado y el anterior. No falta trabajo, al contrario... Recibo más de 150 ofertas diarias, que me llegan a través de un sitio web y que provienen de distintas ciudades. La mayoría de los anuncios requieren una cartera de trabajo y documentación argentina. Lo ideal es venir y emprender”.

Y detalló: “Lo más práctico que hacen todos apenas llegan es vender empanadas, pastafrola, alfajores, dulces o cualquier otro tipo de comestibles. Los orientamos para que empiecen a moverse y así comienzan a relacionarse con el brasileño para manejar el idioma, porque eso les abre las puertas para seguir consiguiendo trabajos mejores”.

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“La clave es manejar un poco el idioma y no tener miedo, porque está difícil en Argentina y en Brasil, pero acá hay posibilidades, hay libertad, hay oportunidades. Nada te viene de arriba y hay que respetar porque estamos en casa ajena, tenemos que adaptarnos, ser honestos, y dejar la soberbia y el racismo de lado”, enfatizó Silvia.

Justamente sobre esto, Marcelo hizo una importante aclaración: “La cultura es diferente, la gente confía, tiene mucha fe y te ayuda. No está ese pensamiento de ‘¿qué me van a sacar?’ o ‘¿qué les puedo sacar para mí?’. El brasileño respeta, ayuda y quiere mucho al argentino. Realmente, nos quieren mucho. Por eso, es importante sacarse ese chip”.

Por otra parte, Silvia utilizó una comparación con Córdoba para poder definir los niveles de seguridad en el vecino país. “Brasil es muy grande, pero es seguro y hay sitios muy tranquilos. Rio de Janeiro es un poco peligroso, pero, en los 8 años que vivo en San Pablo, jamás me robaron. En cambio, cuando vivía en Córdoba, me asaltaron 4 veces. Tenés un policía en cada esquina, tienen autoridad sobre los ladrones y eso hace que no salgan armados porque tienen miedo. Fuera de las grandes ciudades, no hay motochorros. Hay noticias muy amarillistas sobre la inseguridad en Brasil y no es así”, enfatizó Silvia.

Alquileres en Brasil

Por último, también brindaron detalles de los gastos que se tienen al llegar al país y la cantidad de dinero con la que se puede emigrar. “Alquilar no es caro y la comida es barata. Nosotros llegamos con 10 dólares, pero trabajamos mucho y nos fue bien. Les recomendamos que traigan lo máximo que puedan, pero que vengan con muchas ganas de trabajar. El alquiler de una casa cuesta 120 dólares mensuales. Entonces, hasta una persona que llega con 600 dólares puede arrancar. Es muy poquito dinero, pero se puede empezar. Claro, quien viene con 2 mil o 5 mil dólares, está tranquilo”, explicó Marcelo.