El tenso ida y vuelta de Max Verstappen con su equipo: “Fue una ejecución de…”

Max Verstappen alcanzó una nueva victoria este domingo en el circuito de Spa-Francorchamps para anotar su tercer triunfo consecutivo en el Gran Premio de Bélgica y el octavo seguido en la temporada 2023, donde acumula diez visitas a lo más alto del podio en 12 rondas disputadas.

El piloto neerlandés había sido el más rápido en la clasificación del viernes, pero una penalización por reemplazar la caja de cambios lo hizo iniciar sexto, aunque rápidamente avanzó en el clasificador hasta adelantar a Sergio “Checo” Pérez en la 17ª vuelta de la carrera.

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El mexicano había tenido un gran inicio desde el segundo lugar al superar a Charles Leclerc en la primera vuelta y liderar con solidez la parte inicial de la carrera, pero luego nada pudo hacer para responder al impresionante ritmo de Verstappen.

El segundo puesto, sin embargo, marca el segundo podio consecutivo para Pérez tras su tercer lugar en Hungría la semana pasada y es su mejor resultado desde mayo pasado en el GP de Miami.

Leclerc, en tanto, subió al podio por tercera ocasión en la temporada para Ferrari, con la curiosidad de que cada uno de sus tres finales entre los tres primeros fueron en fines de semana de carrera sprint.

Verstappen suma 314 puntos en el campeonato de pilotos, seguido por Pérez con 189, mientras que Fernando Alonso y Lewis Hamilton están ahora separados por solamente una unidad, 149 a 148. Entre los constructores, Red Bull tiene 503 puntos y Mercedes lo escolta con 247.

La Fórmula 1 ahora entrará ahora en receso antes de volver a competir en el Gran Premio de los Países Bajos del 25 al 27 de agosto en el circuito de Zandvoort.

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El tenso cruce entre Verstappen y sus equipo

Pese a estar arrasando carrera tras carrera, Verstappen es conocido por querer ir siempre al límite y forzar todo para lograr los mejores resultados. Esas actitudes le han llevado a tener cruces, no solo con otros pilotos dentro de las pistas, sino también con su propio equipo, como pasó este fin de semana.

En la sesión de clasificación del GP de Bélgica de F1, después de una Q2 muy delicada, con una pista que empezó mojada y que terminó para neumáticos de seco, Max Verstappen terminó enfadado. El compuesto de seco tardaba en entrar en la ventana correcta de uso y el piloto terminó pasando a Q3 por los pelos, marcando el tiempo de corte en la 10ª posición, la última que da acceso a la sesión final de clasificación. El neerlandés terminó con un crono 1″250 más lento que el mejor de la Q2, Oscar Piastri, y con solo 64 milésimas de margen sobre el 11º, Tsunoda.

Es por eso que Verstappen le recriminó a su ingeniero no haber ido a hacer dos giros al final con el compuesto blando. “Deberíamos haber empujado dos vueltas seguidas, como dije”, le recordó.

“Has entrado, Max”, le respondía Gianpiero, destacando que pese a lo que pensara, el objetivo era meterse en Q3 y lo había conseguido. “Me importa una mierda (si entro) si termino en la 10ª posición. Fue una ejecución de mierda”, contestó, superando los límites del respeto con su ingeniero de pista, su trabajo y la planificación de los estrategas del equipo.

“Está bien, y luego, cuando la pista era 2 segundos más rápida en tu última vuelta y no te hubiese quedado energía, ¿cómo habría ido?”, replicó el ingeniero. “Pero dime qué quieres hacer en la Q3 y lo haremos. Hazlo. Juegos de neumáticos, combustible, plan de ejecución...”, contestó Lambiase.

Finalmente, con la pista ya seca y pudiendo abrir su potente DRS en la Q3, Max Verstappen se hizo con la pole con 8 décimas de ventaja sobre el segundo clasificado, Charles Leclerc. Ahí, Max, ya contento con la primera plaza, pedía perdón a su ingeniero por hablarle en manos términos.