En medio de la sequía, esperan que haya un aumento del 42% en la producción para la campaña fina

Las estimaciones llegan para la siembra de cereales que se dará en las próximas semanas son más auspiciosas que los bajos números que dejó la cosecha de soja y maíz.

Apuestan por un buen año del trigo para mejorar las condiciones que dejó la sequía.
Apuestan por un buen año del trigo para mejorar las condiciones que dejó la sequía.

Después de una cosecha de soja y de maíz casi catastrófica para el campo, ahora empieza un escenario un poco más auspicioso para el campo que dio las primeras proyecciones de cara a la campaña fina que se llevará a cabo entre los meses de mayo, junio y julio.

La siembra de trigo y cebada tiene proyecciones que apuestan a las 23 millones de toneladas, con 18 millones que vendrán del trigo y los cinco restantes de la cebada, según proyecciones presentadas por la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, en el tradicional Lanzamiento de la Campaña Fina en el marco de Agrotendencias 2023.

Las proyecciones del Trigo para este año, ponen en jaque a las necesidades financieras de los productores.
Las proyecciones del Trigo para este año, ponen en jaque a las necesidades financieras de los productores.

El presidente de la Bolsa de Cereales, José Martins, advirtió que en el sector “tendremos que extremar la imaginación para vislumbrar el futuro contexto político-económico nacional” y que se enfrentará la campaña “con muchas más incertidumbres que certezas”.

En tanto que enfatizó: “Necesitamos de la política, un entendimiento de nuestra actividad. Nada de subsidios y prebendas. Solo un escenario de reglas claras, sostenibles en el tiempo que den previsibilidad a un sector que invierte y genera divisas, empleo y riqueza de manera federal”.

En ese sentido, el foco estuvo puesto en las proyecciones que hay para los cultivos que durante este ciclo podría registrar un aumento del 3,3% interanual, aumentando a las 6,3 MHa en el trigo y 1,3 MHa en la cebada.

Respecto a las proyecciones, Cecilia Conde, Jefa del Dpto. de Estimaciones Agrícolas de la Bolsa de Cereales, expresó que “las mismas estarán sujetas a la evolución en las lluvias durante la ventana se siembra y el período de definición de rendimiento en cada una de las zonas PAS”.

Al presentar las cifras de aporte económico de ambas cadenas, Ramiro Costa destacó que las 23 millones de toneladas de cosecha fina 2023/24 se traducen en US$ 5.427 millones de contribución al PIB, 33% más que la campaña pasada.

La cosecha fina traerá mejores condiciones que en 2022, pero temen que no alcance.
La cosecha fina traerá mejores condiciones que en 2022, pero temen que no alcance.

Todo esto, en un contexto donde las proyecciones para este año sostienen que, con una caída del 50%, la soja 2022/23 llegaría a 21,5 millones de toneladas a nivel país, mientras que el maíz alcanzaría los 32 millones de toneladas, un 40% menos que lo esperado a la siembra.

De esta manera, la Bolsa de Comercio de Rosario calculó que el ingreso neto de divisas del agro estará 20.000 millones de dólares por debajo del ciclo anterior, siendo este el segundo más bajo desde al menos 2010.

Preocupación por las condiciones del suelo tras la sequía

En medio de la presentación de las proyecciones que tiene la entidad, señalaron que la campaña fina 2023/24 se verá un estado de “La Niña” que evolucionará a “El Niño”, donde podría haber mejores precipitaciones y condiciones para el mes de junio.

Eduardo Sierra, Especialista en Agroclimatología, señaló que estas lluvias que se mueven en el mes de junio como lo que resta de mayo, “podrían mejorar las condiciones de humedad para la siembra de fina en el centro-este del área agrícola nacional”.

“En conclusión, se trata de un escenario de transición ya que el inicio de la campaña está marcado por reservas hídricas ajustadas, pero con posibles mejoras durante la primavera que podrían apuntalar los cultivos de esta nueva campaña de fina 2023/2024″, concluyó.

Estimaciones agrícolas
Estimaciones agrícolas

En ese sentido, hace una semana, la Bolsa de Comercio de Rosario señaló que las malas condiciones en las que se encuentra el suelo, apuntan a un escenario tan seco como en 2009 y sostienen que se van reduciendo las áreas trigueras en la zona de Córdoba, Santa Fe y Buenos Aires.

“Por la necesidad financiera que tiene el sector productor, 2023 debería ser el gran año del trigo. Si las lluvias de abril hubiesen acompañado al productor con los niveles estadísticos medios, esta primera estimación de trigo posiblemente hubiese reflejado una intención de siembra de más de 7 millones de hectáreas”, remarcó el informe.

Pero, alertó: “Tras la extrema falta de agua en los perfiles de suelo que dejó la campaña gruesa 2022/23 y las escasas lluvias registradas en abril de 2023, precipitaciones inclusive muy por debajo de abril de 2022, el potencial de concretar las intenciones de siembra en gran parte de la región pampeana está limitado”.