En Argentina, la mitad de los hogares no logra solventar los gastos escolares

La pandemia del coronavirus no solo impactó en la salud de todos, sino que sus efectos devastadores se ven reflejados en diferentes espacios de la vida cotidiana; y el impacto más severo se ve es para las infancias y las adolescencias. Los bajos ingresos y la inestabilidad laboral, impactan de lleno en la escolaridad de los menores: la mitad de los hogares no logre solventar los gastos escolares, como la compra de libros y útiles, según detalla una encuesta realizada por UNICEF en junio del 2022.

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Esta realidad económica de los hogares en los que viven menores de edad, hace que el trabajo en adolescentes aumente: el 24% de las y los chicos de 13 a 17 años participa del mercado laboral y un 11% busca trabajo. Y esta situación afecta directamente en la situación escolar de las y los adolescentes: uno de cada 10 que realiza actividades orientadas al mercado, no asiste a la escuela.

Si bien ya en junio 2022 el 100% de los hogares con chicas y chicos tuvo clases presenciales, el 3% informó que alguno abandonó la escolaridad. Y en hogares numerosos, en aquellos que perciben AUH y/o que están endeudados, el abandono escolar asciende al 5%.

Las tareas de cuidado, en manos de las infancias

“La disminución de ingresos, combinado con la falta de un sistema público de cuidados, impacta además en estas tareas y tiene efectos directos sobre la situación de las niñas y los niños”, explicó Sebastián Waisgrais, Especialista en Inclusión Social y Monitoreo de UNICEF Argentina. Las tareas de cuidado se trasladó a los hijos mayores, y es otro de los fenómenos que afectan a los menores.

Según el relevamiento, el 44% de las y los adolescentes realiza tareas de cuidado de otros miembros del hogar. Y cuando las personas adultas salen a trabajar, el 10% de las niñas y los niños quedan al cuidado de un hermano o hermana menor de 18 años, situación que se agrava en los hogares monomarentales (13%), y el 13% se queda sola o solo (17% en hogares monomarentales).

En este marco, millones de chicas y chicos hoy están en peligro de quedar atrás. Por eso, UNICEF convoca a toda la sociedad a que se sumen a la generación que los proteja, donando mensualmente con tarjeta al 0-810-333-4455 o ingresando a la web UNICEF.ORG.AR/UNSOL.

El impacto de la pandemia de COVID-19 en la educación argentina

En octubre de 2021, para comprender el impacto de la pandemia en la Educación, UNICEF consultó a personas adultas sobre las causas del abandono escolar. “Para muchas chicas y chicos fue difícil sostener el ritmo de clases y de estudio luego de mucho tiempo sin asistir presencialmente”, reveló Cora Steinberg, Especialista en Educación de UNICEF Argentina.

Además, en muchos hogares se suma una problemática: aunque entre 2021 y 2022 se identifica una mejora en los hogares en el acceso a una tablet, computadora o celular para la realización de las tareas escolares, aún uno de cada cuatro hogares no cuenta con ningún dispositivo disponible para ese fin.

“El impacto de la pandemia trajo enormes desafíos para sostener rutinas de estudio y aprendizajes y mantener vínculos con las escuelas. Los últimos resultados de las pruebas de aprendizajes nacionales en primaria – las pruebas Aprender 2021 - fueron contundentes: aumentó el porcentaje de chicos y chicas que no alcanzan los mínimos aprendizajes troncales esperados para poder comprender un texto y resolver problemas matemáticos”, remarcó Steinberg.

Los resultados de la Encuesta Rápida sobre la situación de la niñez y adolescencia 2022 de UNICEF arrojaron que en casi un cuarto de los hogares las personas adultas indican que no se está pudiendo avanzar con contendidos que quedaron pendientes debido a la pandemia, y la mitad considera que se terminará el nivel con menos aprendizajes de los que deberían haber logrado.

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Es decir, el futuro de las niñas y los niños como estudiantes, se verá afectado. “Resulta urgente acelerar la transformación de la educación con eje en el fortalecimiento de las capacidades y recursos de las escuelas, directivos y docentes para asegurar que ninguna chica ni chico quede atrás”, concluyó la especialista.