La ultraderecha podría volver al Gobierno de España tras casi medio siglo

Las elecciones del domingo próximo podrían sumar al país a la lista de la Unión Europea que gira hacia la derecha extrema de la mano del PP. Salió del Palacio de la Moncloa en 1975 con la muerte del dictador Francisco Franco.

Un gigantesco cartel electoral muestra al presidente del gobierno español y candidato del Partido Socialista, Pedro Sánchez, arriba, y al líder del conservador Partido Popular, Albert Núñez Feijóo, y del grupo de ultraderecha Vox, Santiago Abascal.  (AP Foto / Manu Fernández)
Un gigantesco cartel electoral muestra al presidente del gobierno español y candidato del Partido Socialista, Pedro Sánchez, arriba, y al líder del conservador Partido Popular, Albert Núñez Feijóo, y del grupo de ultraderecha Vox, Santiago Abascal. (AP Foto / Manu Fernández)

España podría unirse a la lista de miembros de la Unión Europea (UE) que gira hacia la derecha populista tras las elecciones generales del domingo próximo, un cambio que sería radical tras cinco años bajo un gobierno de izquierdas.

Cabe recordar que el jefe del gobierno español, Pedro Sánchez, convocó a elecciones anticipadas después de los pobres resultados de su Partido Socialista (PSOE) y su socio minoritario de coalición, Unidas Podemos, en las elecciones regionales y municipales de mayo último.

El Partido Popular (PP) de centroderecha fue el más votado en los comicios del 28 de mayo. Los sondeos de las elecciones generales muestran al PP en primer lugar, aunque probablemente necesitaría apoyo del partido de ultraderecha Vox para formar gobierno.

Esa coalición supondría el regreso de una fuerza de ultraderecha al gobierno español por primera vez desde la transición democrática española tras la muerte en 1975 del general Francisco Franco, el dictador que gobernó España durante casi 40 años.

Acuerdo para gobernar

El Partido Popular y Vox acordaron gobernar juntos en unas 140 ciudades y pueblos desde mayo, así como añadir otras dos regiones a las que ya gobernaban en coalición. El senador Alberto Núñez Feijoó, líder del PP, no descartó un acuerdo a nivel nacional.

Vox, dirigido por el exmiembro del PP Santiago Abascal, de 47 años, se opone al derecho al aborto, niega el cambio climático y rechaza la necesidad de que el gobierno combata la violencia de género. Los sondeos electorales indican que el partido podría ser el tercero más votado este fin de semana, lo que convertiría a Abascal en un socio decisivo.

Nagore Calvo Mendizabal, profesora de política y sociedad española y europea en el King‘s College London, sostiene que la probabilidad de que Vox entre en el gobierno plantea las elecciones parlamentarias del domingo “en términos de que lo que está en juego es el futuro de la democracia en España”.

El programa de Vox es prácticamente “un copia-pega de los principios del régimen de Franco”, advierte Calvo. Por ejemplo, promete un regreso a un gobierno centralizado eliminando las 17 comunidades autónomas, que se formaron tras la muerte de Franco.

Tendencia en alza

Más allá de España, el gobierno del PP-Vox supondría que otro miembro de la UE ha virado drásticamente a la derecha, una tendencia que ya se ha visto en Suecia, Finlandia e Italia. Países como Alemania y Francia están preocupados por lo que supondría eso para la política migratoria y climática comunitaria, plantea Calvo.

España asumió el turno de presidencia de la UE el 1 de julio. Sánchez había confiado en utilizar el mandato de seis meses para mostrar los avances de su gobierno antes de unas elecciones nacionales previstas en principio para diciembre.

Las preocupaciones de los votantes sobre inmigración y costo de la vida, así como la frustración con la interferencia percibida de la UE en asuntos nacionales, se menciona a menudo para explicar el aumento del apoyo a la derecha en otros países.

En España, sin embargo, el tema dominante es la “honorabilidad” del líder socialista, que gobierna desde junio de 2018, opina María José Canel Crespo, profesora de comunicación política en la Universidad Complutense de Madrid.

Campaña agresiva

Durante la mayor parte del año, el PP ha hecho una agresiva campaña parlamentaria y mediática sobre la necesidad de derrotar lo que llama el “sanchismo” y describe al presidente como un mentiroso por sus cambios de postura en temas importantes.

Sánchez dijo que nunca formaría gobierno con Unidas Podemos, al que describió como demasiado radical, pero después lo hizo en 2019. También dijo que no indultaría a nueve separatistas condenados por sedición tras un intento de secesión de la región catalana, pero luego lo hizo.

El PP afirma que su gobierno en minoría traiciona a España al aliarse con extremistas en partidos regionales vascos y catalanes que aspiran a la independencia.

Sin embargo, el mayor desliz de la coalición de gobierno llegó con lo que pretendía ser una de sus iniciativas estrella de legislación progresista. Una ley de consentimiento sexual aprobada en octubre permitió de forma involuntaria que más de 1.000 delincuentes sexuales condenados vieran reducidas sus penas y unos 100 salieron libros antes de lo previsto.

Sánchez se disculpó y la ley fue enmendada para cerrar el agujero legal, pero el episodio dio un material de valor incalculable a los partidos de derechas y medios de tendencia conservadora.

El mandatario de 51 años también tuvo una intervención desastrosa en el único debate televisado antes de las elecciones con Feijóo, de 61 años. Los análisis políticos muestran que el sentimiento contra Sánchez y el temor a que Vox entre en el gobierno han hecho que unos 700 mil votantes socialistas se pasen al PP, según Canel.