La peor denuncia contra los curas del Próvolo: hoy declara la víctima violada 'en manada'

El joven habría sido atado y vejado grupalmente por Corradi, Gómez y J.O., declarado inimputable en 2018.

Italian Catholic priest Nicola Corradi and Argentinian Catholic priest Horacio Corbacho (L) are escorted as they leave a courtroom after the beginning of their trial over allegations of sexual abuse in Mendoza, Argentina, on August 5, 2019. - Corradi, Corbacho and former gardener Armando Gomez were accused of sexually abusing children at the Antonio Provolo Institute, dedicated to the education of deaf children in Mendoza. (Photo by Andres Larrovere / AFP)
Italian Catholic priest Nicola Corradi and Argentinian Catholic priest Horacio Corbacho (L) are escorted as they leave a courtroom after the beginning of their trial over allegations of sexual abuse in Mendoza, Argentina, on August 5, 2019. - Corradi, Corbacho and former gardener Armando Gomez were accused of sexually abusing children at the Antonio Provolo Institute, dedicated to the education of deaf children in Mendoza. (Photo by Andres Larrovere / AFP)

Un joven proveniente del Litoral se pondrá hoy a disposición del Tribunal Colegiado N°2, en el juicio por los abusos sexuales y episodios de corrupción de menores registrados en el instituto religioso Próvolo.

La víctima denunció haber sido atado y vejado en "manada" por los imputados Nicola Corradi (83), Horacio Corbacho (61) Armando Gómez (51) y J.O. (41). En la jornada de hoy, el joven ampliará su denuncia y responderá alguna consulta después de que se reproduzca su Cámara Gesell.

El exjardinero Armando Gómez, uno de los acusados por el joven que declara hoy.
El exjardinero Armando Gómez, uno de los acusados por el joven que declara hoy.

La víctima, que actualmente tiene 26 años y es hipoacúsica, fue protagonista de una de las entrevistas más estremecedoras que tuvo el equipo de psicólogos y de intérpretes de lenguaje de señas al relatar que, cuando era menor, fue sometido sexualmente por varias personas en una oportunidad y que pudo salir del Próvolo, donde quedó internado a los 8 años, "cuando le hizo entender a su familia que en ese lugar le hacían daño".

El muchacho provenía de un hogar de muchas carencias y pocas veces recibía la visita de sus familiares mientras estaba de pupilo en el colegio religioso de Carrodilla.

Su historia, que "raya la tortura y la violencia más extrema" –en palabras de su abogado, Oscar Barrera– cerró un capítulo en el 2010 cuando regresó a su provincia.