Johana Chacón jugaba con el celular de Mariano Luque

Así lo aseguró ayer ante el fiscal una excompañera de Johana.

Johana Chacón
Johana Chacón

Ayer se llevó a cabo una nueva jornada del juicio oral por la muerte de Johana Chacón y la declaración de su hermana, Beatriz Chacón, fue fundamental. Ella asegura que aquel 4 de septiembre cuando la niña de 13 años llegaba a la finca de los Curayanca solamente estaba Mariano Luque y Beatriz. Ella declaró que la niña ingresó, fue atrapada por Mariano Luque en la cocina del domicilio y ahorcada con una soga ante sus ojos. Ella estaba imposibilitada de hacer algo porque cursaba un embarazo de gemelos. La mujer dijo haber sido testigo de cómo Mariano Luque mató a su hermana, luego la trasladó en una carretilla hacia el fondo de la casa donde enterraban a mascotas y habría quemado el cuerpo y enterrado. Ese es el testimonio fundamental de la causa que permite tener a Mariano Luque como acusado de homicidio simple, a pesar de la no aparición del cadáver.

Aunque se está evaluando caratular el caso como homicidio criminis causa. Beatriz en su testimonio señaló que habría dicho Mariano Luque a Johana minutos antes de asesinarla "no voy a ir a la cárcel por tu culpa". Por eso se entiende que Johana sabía algo que comprometía a Luque.

Además, ayer estuvo el testimonio de una compañera de Johana en esa época y apunta a que la niña le comentó que jugaba habitualmente con el celular de Mariano Luque y además había leído mensajes que vinculaban a Mariano con Soledad Olivera. Por esto último Mariano fue juzgado y condenado por ser el asesino de Soledad con 12 años de prisión. Esta compañera de Johana dijo que le daba miedo comentarle esto a Beatriz. Para la querella es una información fundamental, por lo que abona la teoría de que Johana sabía algo que podía comprometer a Luque.

Además pasó el chofer del colectivo que dejó a Johana en la finca Curayanca, como así también otros testigos que ratificaron lo que ya se sabe de la investigación. Es decir que la chiquita llegó a esa finca hace seis años.

Tanto el caso de Soledad como el de Johana no hicieron más que dejar entrever la desidia del Estado para investigar la desaparición y muerte de ambas. De no haber sido por la presión por parte de la escuela Virgen del Rosario, su directora y los medios quizás no hubieran llegado nunca a investigarse.