Condena por abuso sexual en Jardín América: “hace años que no le digo papá. No puedo”

Se trata de un docente que aceptó la culpabilidad en un juicio abreviado, en el cual se acordó una condena de 10 años.

Condena por abuso sexual en Jardín América: “hace años que no le digo papá. No puedo”.
Condena por abuso sexual en Jardín América: “hace años que no le digo papá. No puedo”.

Un docente de la localidad de Jardín América fue condenado a 10 años de cárcel por abusar de su propia hija desde los 12 hasta los 18 años. La condena se acordó en el marco de un juicio abreviado, donde el acusado admitió la culpabilidad de los terribles hechos.

No obstante, la víctima no se mostró conforme con la cantidad de años dictada ayer por el Tribunal Dos de Posadas. “Para mí es poca la pena, pero al menos va a pagar lo que me hizo”.

La víctima, cuya denuncia data de enero de 2019, se presentó ante la Comisaría de la Mujer de Jardín América para relatar su calvario, aunque la detención del acusado sólo se hizo efectiva una vez que cobró relevancia pública en julio de 2020.

A fines de marzo, el acusado había acordado firmar un juicio abreviado para evitar la exposición pública, pero a último momento decidió dar un paso atrás, designó un nuevo defensor particular y se programó el debate oral.

La víctima declaró el martes pasado y ratificó la acusación sobre su progenitor. Precisó que su padre comenzó a someterla desde los 12 años y el abuso continuó hasta los 18, cuando se mudó a Posadas para estudiar. Además del abuso sexual, su padre también controlaba cada detalle de su vida.

“Hace años que no le digo papá. No puedo, no me sale más”, manifestó la víctima. “Me violaba en nuestra casa. Yo le veía la cara y ya sabía qué quería”, añadió.

Los abusos de su padre continuaron hasta que en septiembre de 2016, la joven asistió al cumpleaños de su ahijado y su padre comenzó a enviarle mensajes exigiéndoles que regrese a la casa. En ese momento, abandonó su hogar y buscó apoyo en su entorno.

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Por tantos años de y temor, la víctima llegó a naturalizar el comportamiento de su padre. “Llegué a tener tanto miedo que no sentí el cuerpo. No podía caminar”, dijo.

En el transcurso del tiempo, se enteró de que su prima había sufrido la misma situación: “Me sentí culpable por no haber hablado antes para prevenir a otras víctimas”.

Cabe recordar que el hermano del condenado también está imputado por abuso sexual en perjuicio de su hijastra, y la causa está próxima a ser elevado a juicio.

Fuente: El Territorio