Caso Ángeles Rawson: detuvieron al primo de Jorge Mangeri, que estaba prófugo y condenado por falso testimonio

Se trata del expolicía Cecilio Antonio Saettone, de 62 años. En 2017 fue condenado a cuatro años de prisión por “falso testimonio agravado” en la causa de femicidio de la adolescente.

Cecilio Antonio Saettone
Cecilio Antonio Saettone Foto: Twitter

El primo expolicía de la esposa del asesino de Ángeles Rawson, Jorge Mangeri, fue detenido este lunes en la localidad bonaerense de El Talar luego de permanecer prófugo de la Justicia casi un año.

Se trata de Cecilio Antonio Saettone, quien no se presentó a cumplir los cuatro años de cárcel a los que fue condenado por haber incurrido en falso testimonio en dos oportunidades para favorecer al portero femicida.

Jorge Mangeri, el asesino de Ángeles Rawson.
Jorge Mangeri, el asesino de Ángeles Rawson.

Saettone, de 62 años, fue apresado esta tarde en la vía pública por personal de la División Captura de Prófugos de la Policía de la Ciudad y bajo las directivas de la Unidad Fiscal Especializada en Investigación Criminal Compleja (Ufecri) de la Procuración General de la Nación.

La búsqueda estuvo dirigida por la Secretaría de Capturas de la Ufecri, a cargo de Juan Pablo Bello, y a través de distintas diligencias determinaron que podía encontrarse en su domicilio de El Talar.

Los investigadores lo observaron salir de allí a bordo de una camioneta Volkswagen Amarok que no estaba a su nombre y a las pocas cuadras lo interceptaron y, tras confirmar su identidad, lo detuvieron.

Por qué fue condenadó Cecilio Antonio Saettone

Al momento del crimen de Ángeles, se desempeñaba como oficial mayor de la Policía bonaerense destinado en la comisaría de General Pacheco y a la vigilancia de la planta de la automotriz Ford en esa misma localidad del partido de Tigre.

Saettone fue condenado a cuatro años de prisión el 6 de diciembre de 2017, en un juicio realizado ante el juez Luis Salas del Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 1 porteño por dos hechos de “falso testimonio agravado”, tal como lo había solicitado la fiscal de ese juicio, Mónica Cuñarro. En ese momento, quedó en libertad hasta que la condena quedara firme.

Luego, la Sala 2 de la Cámara Nacional de Casación en lo Criminal y Correccional confirmó la sentencia el 18 de diciembre de 2020, pero la defensa de Saettone formuló nuevos planteos que finalmente fueron rechazados por completo en 2022.

El expolicía nunca se presentó a cumplir su condena yvquedó formalmente prófugo desde el 16 de septiembre de 2022, cuando el tribunal oral dictó su captura.

Saettone presuntamente asesoró a Mangeri para que inventara que había sido apremiado por policías y para que enmascarara con quemaduras los arañazos que la adolescente de 16 años le provocó en distintas partes de su cuerpo cuando quiso defenderse del portero.

El expolicía colaboró con Mangeri antes de que este fuera detenido y mintió para favorecerlo en dos oportunidades: en 2013 cuando fue a declarar ante el juez de instrucción Javier Ríos y en 2015 cuando lo hizo ante el TOC 9 en el juicio al portero.

El hecho puntual sobre el cual para la fiscalía y el tribunal mintió es un encuentro que Saettone tuvo con Mangeri el 14 de junio de 2013, horas antes de que terminara detenido por el crimen de Ángeles, en General Pacheco, donde el ahora condenado trabajaba vigilando la fábrica de Ford.

Según Saettone, en ese encuentro, Mangeri le preguntó qué haría si él tuviera algo que ver con el crimen de Ángeles y él le contestó “te meto preso”, aunque luego el concubino de su prima le negó cualquier vinculación con el hecho y le dijo que estaba amenazado.

La fiscal Cuñarro probó en el juicio que, al declarar sobre ese encuentro, Saettone mintió cuando dijo que había durado “entre 15 o 20 minutos”, cuando en realidad duró al menos dos horas, según los registros de la tarjeta SUBE que Mangeri utilizó ese día para llegar a General Pacheco.

Cuñarro argumentó que era imposible que habiendo dialogado cara a cara, en una camioneta, Saettone haya dicho que no vio las heridas que Mangeri tenía en su cuerpo, especialmente un rasguño en una de sus mejillas que, según se estableció, la víctima alcanzó a provocar durante el ataque.

En el juicio, Cuñarro dijo que Saettone “se presentó a declarar como un testigo imparcial” cuando en realidad su propósito fue “mejorar la situación procesal del marido de su prima”, que planeó una “estrategia encubridora” y que asesoró a Mangeri porque su familia le pidió que “le diera una manito”.