Yhosva Montoya continúa en La Voz Argentina: el chubutense volvió a sorprender a La Sole

Cuando el joven chubutense Yhosva Montoya se subió al escenario, las expectativas de los jurados de La Voz Argentina se mantuvieron altas y sus oídos expectantes. Como era de esperarse, su interpretación deslumbró nuevamente y Soledad Pastorutti votó para que continúe en su equipo.

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El muchacho, de 23 años, cantó la famosa canción de Abel Pintos “Pájaro cantor” en medio de los Playoffs. Al terminar, los coaches le aplaudieron por su indudable talento.

Marley le dio la voz a Lali Espósito para que arranque dando una devolución. “Sole querida, de tu team él es de mis favoritos”, atinó la estrella pop. De esta manera, aseguró que le gustó el show de Montoya y lo felicitó.

Cuando le tocó a Pastorutti hablar, en seguida reconoció tener “una debilidad por él”, ya que al cantar le transmite muchos sentimientos. Según expresó, Yhosva es una persona que le muestra toda su alma cuando lo hace.

El cariño de La Sole a Yhosva y una divertida anécdota

“Sos muy sincero en tus formas. Es increíble cómo la gente lo recibe, hasta le pintaron todo un auto”, contó La Sole. Hizo referencia a todas las caravanas que han organizado los vecinos e incluso el personal de la municipalidad de Gaiman por sus victorias en el concurso.

En esa oportunidad, Montoya recordó entre risas que, tras pasar las audiciones a ciegas y quedar en el team de la cantante, sus vecinos le pegaron unas calcomanías en su fitito, al cual él llamó la “Yhosvaneta”. Luego, se subieron todos al auto y festejaron.

Volviendo al tema del concurso, La Sole finalizó: “Estuviste fantástico y te quiero un montón. Me encanta la onda que le ponés a cada cosa que haces y sé el esfuerzo y todo lo que significa para vos estar acá. Por eso me alegra que lo aproveches de esta manera”. Así, el muchacho continúa en el concurso.

Cabe recordar que en los Knockout, el chubutense resaltó al lado de su contrincante arriba del escenario. Si bien ya se sabía que tenía talento, en esa oportunidad los jueces quedaron boquiabiertos y Pastorutti no pudo evitar emocionarse hasta las lágrimas.