Quiso sacarle el arma a una policía de Tribunales de Rosario y el video se viralizó

Un video difundido este lunes en redes sociales reveló la historia de un procedimiento inusitado en los Tribunales provinciales de Rosario. Una mujer intentó sacarle el arma reglamentaria a una policía y otros siete agentes tuvieron que ayudarla para neutralizar el peligro, de modo que el clip se viralizó en cuestión de horas.

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El forcejeo ocurrió el último jueves al mediodía, cuando la agresora estaba sentada cerca de la entrada al palacio judicial por calle Balcarce. Después de la reacción de los uniformados, quedó internada en el Centro Regional de Salud Mental Agudo Ávila.

El video tuvo gran repercusión en redes sociales por el resultado que tuvo el descuido de una de las uniformadas mientras charlaba con su compañera. Si bien la mujer no llegó a quitarles el arma, ambas requirieron ayuda de otros efectivos para controlarla y dejarla tendida en el piso.

¿Por qué internaron a la mujer que forcejeó en los Tribunales de Rosario?

De acuerdo al registro de las fuerzas de seguridad provinciales, la mujer de 30 años fue internada por una orden judicial que había incumplido antes del episodio del video viral. El forcejeo se produjo luego del traslado de la paciente desde María Susana, un pueblo ubicado 170 kilómetros al oeste de Rosario.

Caterina E. ya había estado en el centro de salud mental de Suipacha y Córdoba, pero se fue sin autorización. Fuentes consultadas por Infobae precisaron que el tratamiento en el efector se dispuso el mismo 18 de abril y la habían citado a los Tribunales provinciales para resolver el conflicto.

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La situación dio un giro inesperado y alarmante cuando la protagonista del video se levantó de su silla y trató de agarrar una pistola Bersa Thunder Pro de 9 milímetros. La subinspectora que tenía el arma de fuego logró reaccionar a tiempo, pero no tuvo la fuerza suficiente para neutralizar el peligro junto a su compañera.

Segundos después del inicio del forcejeo, un policía se acercó y tomó a la mujer por el cuello con uno de sus brazos mientras otros compañeros la rodeaban. Así, los uniformados lograron recostarla y ponerle las esposas para que volviera a sentarse en el mismo lugar.