Oftalmología: la diabetes puede producir patologías oculares

Se calcula que el 25% de los pacientes diabéticos pueden desarrollar problemas visuales.

La diabetes es un trastorno metabólico frecuente, caracterizado por elevados niveles de glucosa (azúcar) en sangre, de forma sostenida en el tiempo. Esto provoca daños a nivel de los vasos sanguíneos y de los nervios y, en ocasiones, puede conducir a patologías oculares como la retinopatía y el edema macular diabético.

La retinopatía es la enfermedad ocular diabética más común. Ocurre cuando hay cambios en los vasos sanguíneos en la retina. A veces, estos pueden hincharse y dejar escapar fluidos (edema macular) o, inclusive, taparse completamente. En otros casos, nuevos vasos sanguíneos anormales crecen en la superficie de la retina.

En el edema macular, en tanto, aumenta la permeabilidad de los vasos sanguíneos del ojo, un deterioro que provoca la filtración de fluidos y sangre a la retina, hinchazón en la mácula (responsable por la visión central y detallada) y un impedimento para que el paciente pueda ver correctamente.

Esta filtración es consecuencia de la liberación de sustancias inflamatorias debido al daño causado por el avance de la diabetes, por lo cual, el desarrollo del edema está asociado con la falta de control de la patología de base.

El edema macular diabético es la principal causa de ceguera en el mundo industrializado. Se presenta durante la edad activa, es decir, entre los 40 y 60 años, en pacientes que se encuentran en una etapa plena de la vida. Lo primero que se observa es una baja en la calidad de vida, dado que disminuye la visión. La primera alteración que se registra es en la manera de apreciar las formas. Si este cuadro evoluciona sin tratamiento, es irreversible. Por ello, cuanto antes se consulte al médico, mejor será el pronóstico.

La enfermedad se desarrolla de manera más agresiva cuando se presenta en jóvenes, mientras que en personas adultas es común que avance sin ser registrada; por lo tanto, cuando se diagnostica algún tipo de diabetes, posiblemente ya haya consecuencias oftalmológicas.

Si bien la pérdida de la agudeza visual es irreversible, cuando el paciente realiza el tratamiento correcto para la diabetes tiene un 95% de posibilidad de estabilizar la visión e impedir el avance. La primera opción de tratamiento es la aplicación del agente anti-VEGF (anti-factor de crecimiento endotelial vascular), cuyo objetivo es frenar las sustancias que producen las filtraciones en el ojo. Sin embargo, algunos pacientes no responden a los anti VEGF y, en esos casos, se utilizan implantes de esteroides.

Para adelantarnos a estos posibles problemas, es fundamental realizar controles periódicos con el médico oftalmólogo.