Jardines de enero en mi corazón: un viaje a los frutales y rosales de la infancia.

El calor despierta perfumes y evocaciones en esta época.

Tips de Grimoldi para cuidar nuestro jardín, de norte a sur.
Tips de Grimoldi para cuidar nuestro jardín, de norte a sur. Foto: Anna Chaplygina

El jardín en enero me lleva hacia recuerdos entrañables llenos de aromas: la Dama de Noche en casa de alguna novia de infancia y aquellas canciones de Sui Generis que guitarreábamos desafinados con amigos, en noches cálidas, bajo el perfumadísimo rosal “Papa Meilland” de mis padres. Un enero de infancia aprendí, con tierna inocencia, que al tapar el extremo del pimpollo de las campanillas –entre índice y pulgar– y soplando, las hacía explotar.

Evoco el aroma a geranios de la casa de mi abuela en Bell Ville, donde tomé conciencia de que los jardines se respiran profundamente. Disfruté mucho la infancia comiendo ciruelas y duraznos del patio de mi abuela Adelia; y exquisitos damascos, higos y uvas en lo de mi otra abuela Helena, a orillas del río. Qué lindos son los jardines en enero... Disfrutémolos y guardémolos para siempre en la memoria y el corazón.

+ Tips por regiones

Centro + A transplantar palmeras. Si tenés que trasplantar palmeras, aprovechá estas semanas, que las condiciones son óptimas para esta tarea. Si son grandes, procurá ponerles tutores que las sostengan bien, porque sino un viento fuerte podría moverlas o tumbarlas, y hará que fracase el trasplante.

Norte + Bananas verdes. Si tenés bananeros, cortá las bananas aún verdes y ponelas en un sitio oscuro, fresco y lejos de frutas maduras. Cuando quieras una, sacala y colocala en bolsa de nylon junto a una fruta madura: liberará una hormona gaseosa que la hará madurar en 24 hs.

Patagonia + ¡Alerta Araucarias! Si tenés Araucarias grandes, buscá cañas largas y atá un serrucho en su punta para cortar sus frutos; o bien conseguí en una casa especializada unas pértigas que vienen con cuchilla en la punta. Los frutos puede llegar a los 7 kg de peso, y al caer son un peligro para las personas o los techos de las casas circundantes.