Historias y leyendas de Salta: trapito de nube oscura, va el fantasma de la Viuda

El espectro femenino que se sube al anca del caballo para espantar a los gauchos o en asiento de atrás de los autos en los caminos más oscuros. Un clásico de las leyendas de Salta y el norte argentino.

La Viuda (Ernestina Driollet para VíaSalta)
La Viuda (Ernestina Driollet para VíaSalta)

A los hombres de diferentes regiones de Salta, en puentes, caminos y senderos solitarios durante la medianoche, se les congela la sangre a verla. En el Chaco salteño es joven, bella y de piernas esbeltas. En los valles de Lerma y Calchaquí, es una ancianita baja envuelta en harapos oscuros de pies a cabeza. Siempre de negro, con el rostro cubierto, la Viuda busca venganza.

Sale en busca de hombres, con relatos y mitos distintos sobre los motivos que la impulsan. Algunos susurros hablan de una muerte trágica por un engaño amoroso, por su amante o la mujer en discordia. Otros, hablan de un hombre que no cumplió su juramento de fidelidad de no volver a casarse tras su muerte. En estos relatos, la Viuda busca venganza de los hombress infieles, atacándolos por su traición.

La Viuda (Ernestina Driollet para VíaSalta)
La Viuda (Ernestina Driollet para VíaSalta)

La Zamba para la Viuda, clásico de Miguel Ángel Pérez y Gustavo "Cuchi" Leguizamón, cuenta de su penar por la muerta de su marido, quien no fuera sepultado.

"Por su domador se apena
el de la voz corajuda
el que habiloso llenaba
de escozores su cintura
pena por el rubio Soria
​difunto y sin sepultura."

En esta versión, la Viuda mendiga el amor de los hombres que se le cruzan, pero cuando estos se asustan los ataca, directo al corazón.

"Tiemblan caballo y jinete
cuando se enanca la viuda
es pedigüeña de amores
y si el hombre se le asusta
le clava en medio del pecho
​mismo que garras las uñas."

Los cuentos santiagueños cuentan de una mujer joven, bella que con una sonrisa cautiva a los hombres en medio de la noche. Tras el mantón que cubre su rostro, los invita a seguirla al monte, donde los envuelve en un abrazo cálido que se vuelve mortal.

Por Cerrillos, se habla de una noche de tormenta en la que apareció don Lobo, dueño de una calera en La Merced, que huía aterrado de la Viuda: venía desde Salta, y en la recta de Cánepa se cruzó con una viejita vestida de negro. Por la tormenta, intentó acercarla al pueblo pero ésta no lo escuchó. Al rendirse, el hombre aceleró, pero antes de dejarla atrás logró ver, con la luz de los rayos, que la cara de la señora era ahora una calavera.

También se habla de la Viuda en Amblayo, donde pasaba horas llorando sentada en la peña en la que, se cuenta, la habían matado. Su llanto suena como un pájaro, y puede durar varios días.

La Viuda, también conocida como la Viuda Negra, se le aparece a los hombres que transitan a caballo, en moto o en auto por caminos y rutas, por lugares oscuros y solitarios. Algunos testigos cuentan que a caballo, la Viuda se sube al anca del equino, y el hombre tiene que tragarse el miedo e ignorarla. Lo mismo sucede en la moto, en donde conductor y espectro deben llegar a un acuerdo tácito en donde ninguno debe reaccionar, hasta que el alma en pena se baja y deja en paz al hombre.

Si el hombre se le asusta
le clava en medio del pecho
​mismo que garras las uñas.
(Ernestina Driollet para VíaSalta)
Si el hombre se le asusta le clava en medio del pecho ​mismo que garras las uñas. (Ernestina Driollet para VíaSalta)

Solo pensar en mirar por el espejo retrovisor y encontrarse a la inconfundible Viuda sentada en el asiento de atrás hiela la sangre, y por eso, si bien es una leyenda fuerte en el norte argentino, la Viuda es un espectro arquetípico en todo el país, que lo encarna el dolor de las mujeres, ya sea por la soledad, la infidelidad, la violencia o la pérdida del ser amado.