Lorena Carpanchay: la primera bagualera trans está lista para cantarle a la Virgen Gaucha

Tiene 52 años, vive en un paraje rural de Cafayate y sueña con grabar un disco.

La artista de 52 años es de las primeras y únicas bagualeras trans del país, pero todavía no puede vivir de la música.
La artista de 52 años es de las primeras y únicas bagualeras trans del país, pero todavía no puede vivir de la música.

A diez kilómetros de Cafayate, en el apacible paraje San Luis, se encuentra una típica casita de los Valles Calchaquíes. Pasa por ese terreno un hilo de río que inspira diariamente a Lorena Carpanchay a componer bagualas y coplas, al ritmo de su caja. Nacida y criada en el campo, a sus 52 años Lorena es una de las primeras y pocas bagualeras trans de toda la Argentina.

Como cuenta en diálogo con El Tribuno, dedicarse al folclore no fue un camino fácil: “Aún persisten muchos prejuicios en el interior, sobre todo en los pueblos. Ser trans, lesbiana o tener cualquier inclinación sexual es mal visto”, comentó. “Siempre está la discriminación presente”. Con el tiempo, sin embargo, se fue abriendo camino en el ámbito con amigos, conocidos y más gente que fue conociendo a lo largo de la provincia y el país, que llegó a recorrer de punta a punta.

La artista de 52 años es de las primeras y únicas bagualeras trans del país, pero todavía no puede vivir de la música.
La artista de 52 años es de las primeras y únicas bagualeras trans del país, pero todavía no puede vivir de la música.

Aunque ya ganó muchos espacios y reconocimiento, Lorena sostiene que la lucha por ganar su lugar todavía continúa. Es una luchadora decidida, y sostiene que “hay que pensar en uno y seguir para adelante, es la única forma de progresar”. Lorena trabaja especialmente en espectáculos de instituciones civiles, pero a causa de la pandemia es de los artistas que vieron sus eventos suspendidos.

Este año, Lorena se enfrenta no solo a un nuevo desafío, sino al cumplimiento de un sueño: cantarle a la Virgen Gaucha, al Perpetuo Socorro. Ya está preparando una baguala en su honor, y espera encarecidamente que la pandemia le permita rendirle culto como se merece.

La artista de 52 años es de las primeras y únicas bagualeras trans del país, pero todavía no puede vivir de la música.
La artista de 52 años es de las primeras y únicas bagualeras trans del país, pero todavía no puede vivir de la música.

A pesar de que su nombre es reconocido en distintos festivales y ambientes folklóricos de todo el país, la música no es todavía su principal sustento económico, por lo que se dedica a la comercialización de artesanías. En la zona son muy reconocidos sus productos en telar, que incluyen ruanas, alfombras, pies de cama, chalinas y peleros; los últimos están de moda y tiene actualmente mucha demanda.

Lorena no se viste de gaucho porque no lo siente propio, y busca siempre la honestidad. Usa vaquero y camisa, con un poncho salteño y sombrero de ala ancha, aunque a veces también la acompaña una ruana con los siete colores andinos para celebrar la diversidad. “Mis coplas en bagualas giran en torno a la temática que me toca de cerca, con la lucha de las chicas en la calle, con su lucha”, sostiene, y agrega que “no me identifico como una señora tradicional, soy trans, travesti”.

La artista de 52 años es de las primeras y únicas bagualeras trans del país, pero todavía no puede vivir de la música.
La artista de 52 años es de las primeras y únicas bagualeras trans del país, pero todavía no puede vivir de la música.

Sus temas también incluyen la cotidianeidad de los pueblos, lo bucólico y la vida común y diaria de la gente. Sueña con grabar un disco, que mucha gente se lo pide; cantar con otros artistas, hacer giras y cantar en público cuando la pandemia lo permita. Su próximo espectáculo es el viernes 28 de mayo en el evento Damas del Folclore Salteño a las 21.30 en la Casa de la Cultura (Caseros 460). La capacidad es limitada, con entradas anticipadas al 3874527109.

La artista de 52 años es de las primeras y únicas bagualeras trans del país, pero todavía no puede vivir de la música.
La artista de 52 años es de las primeras y únicas bagualeras trans del país, pero todavía no puede vivir de la música.