Rompió el silencio la mujer que fue sorprendida en un cajero con más de 50 tarjetas

Se llama Delia Tevez y es propietaria de un negocio de ropa. “Las personas me dan su tarjeta para que me cobre sus deudas”, se defendió.

La mujer está con prisión domiciliaria
La mujer está con prisión domiciliaria

Tremendo revuelo se armó el miércoles en la noche cuando una mujer fue sorprendida en un cajero con más de 50 tarjetas de débito y 200 mil pesos en efectivo. La sospechosa, identificada como Delia Lidia Tevez, de 50 años, quedó inmediatamente detenida y vinculada a una causa por presunta estafa. Sin embargo a las pocas horas recibió el beneficio de prisión domiciliaria y, ya en su casa, se defendió y explicó lo ocurrido en una entrevista con Tiempo de San Juan.

“No soy una estafadora ni lucro con tarjetas de planes sociales… No soy puntera política. Gracias a Dios no tengo nada que ver con la política. Pueden sospechar que hay algo turbio, pero no lo hay. Soy una comerciante que da crédito a personas que confían en mí y me dan su tarjeta para que me cobre sus deudas”, comentó de antemano la sospechosa.

La mujer, propietaria de la tienda de ropa “El Porteñito”, cayó presa cuando retiraba dinero de un cajero del departamento Rawson. Según fuentes policiales tenía en su poder 40 tarjetas de débito del Banco Nación y San Juan, y 200 mil pesos en efectivo. En su camioneta 4x4 hallaron también otras 15 tarjetas, algunas del plan Ellas Hacen, de otros planes sociales y hasta de pensiones y sueldos.

Más tarde allanaron también su casa en el Barrio Los Plátanos y su negocio, ubicado en Boulevard Sarmiento, en Villa Krause. “Se llevaron hasta el dinero de la recaudación de la venta de mi local de ropa”, dijo la mujer.

La mujer está con prisión domiciliaria pero sigue siendo investigada por el Tercer Juzgado de Instrucción. “Estoy mal porque me escracharon, me hacen ver como que soy una estafadora. Fui muy maltratada por la Policía, que me detuvo y me humilló. Hay una confusión, no engaño ni me quedo con la planta de nadie”, aseguró. Y agregó: “Esto lo hago desde hace años y no lucro con la gente. No obligo ni extorsiono a nadie. Yo doy crédito. Y los clientes, como garantía, me dejan su tarjeta. Hay gente que aparece en el Veraz o no puede comprar en crédito en otras tiendas”.

La comerciante reconoció que “no es lo correcto como trabajo, pero es la manera de asegurar mi bolsillo”. Y continuó: “Lo hacen voluntariamente. Nunca he retenido una tarjeta a la fuerza. Es como un trato que hacemos con el cliente y lo hacen porque me vienen a pedir fiado, además surge de la confianza. Los conozco a todos y es una forma de ayudarlos y yo vendo. Acá no hay ninguna estafa ni hay ninguna comisión aparte”.