Tras el cierre de Falabella, en San Juan hay preocupación por el futuro de dos casas de electro

Las empresas manifestaron que atraviesan una situación económica difícil. Qué dicen en el Sindicato Empleados de Comercio.

La situación tiene en vilo a cientos de trabajadores.
La situación tiene en vilo a cientos de trabajadores.

El comercio sanjuanino atraviesa una fuerte crisis como consecuencia de la pandemia de coronavirus. Después del cierre de Falabella y venta de local de Ribeiro, ahora hay incertidumbre por el futuro de dos conocidas cadenas de venta de electrodomésticos. Se trata de Garbarino y Compumundo, que acaban de tener una audiencia por la situación de ambos negocios en la Subsecretaría de Trabajo.

“Venimos con dificultades pero nos llamó la atención algo que mencionó el encargado de Compumundo, quien dijo que existía la posibilidad de que cierren el local. Con lo que inmediatamente cuando hablamos de ellos hablamos de Garbarino, porque es la misma empresa con diferentes nombres”, sostuvo Mirna Moral, secretaria general del Sindicato Empleados de Comercio.

La gremialista sostuvo que las empresas explicaron que están atravesando situaciones económicas bastantes preocupantes. “Igual explicaron que no han pensado en cerrar, lo que nos tranquiliza un poco. Ya voy a ver si en estos días me puedo acercar para ver cuándo se vencen los contratos porque ellos alquilan. Por lo que estuve conversando acá, en otras partes Garbarino se le venció el contrato y no lo renovó y la gente quedó automáticamente en la calle”, señaló.

Además, Moral comentó que con Garbarino ya hubo inconvenientes porque no pagaron un importe de 3.000 pesos a los trabajadores. “El mes pasado pagaron el 70% del sueldo a quienes están trabajando y los que tienen certificado COVID o que están de vacaciones no les liquidaron nada. Entonces esas y otras anormalidades nos puso en la obligación de pedir una audiencia”, agregó la titular del SEC en diálogo con Radio AM1020.

Esta situación se genera en medio del cierre definitivo de Falabella, que dejó a unos 80 trabajadores en la calle, y la preocupación por Ribeiro, que vendió el local que ocupó por muchos años en Avenida Libertador y Tucumán y en estos días debe entregarlo. Todavía no se sabe a dónde se mudará ni cuál será el destino de sus empleados.