Perdieron todo en un incendio y piden ayuda

Una madre soltera con sus cuatro hijos y una nieta llegaron a San Luis, desde Mendoza, hace un año y medio.

La familia perdió todo en un incendio.
La familia perdió todo en un incendio.

El jueves pasado una familia oriunda de la provincia vecina de Mendoza perdió todo en un incendio en su vivienda ubicada en Marcelino Poblet al 1200, del barrio Jardín Aeropuerto de la capital puntana. Ahora piden la colaboración a todas las personas.

Estela Barroco es madre soltera y llegó a San Luis con sus cuatro hijos y su nieta de 5 años hace un año y medio.

La familia se llevó un gran susto durante la mañana del jueves pasado cuando se dio cuenta que desde una de las habitaciones salía humo. Sin mucha presión de agua, intentó apagar el incendio, pero no lo logró, el techo se derrumbó y el incendio se propagó hacia la habitación de al lado.

El fuego dañó los artefactos de la cocina, pero no pueden comprobar si funcionan ya que, por seguridad, no tienen ni luz ni gas.

Los Barroco fueron asistidos inmediatamente por vecinos y ciudadanos, les colaboraron con ropa, colchones y comida. Pero ahora necesitan calzados y ayuda económica para arreglar la casa.

Afortunadamente ningún miembro de la familia sufrió heridas por el siniestro.

"Nos ayudó un vecino hasta que llegaron los bomberos. Ahora personas de diferentes puntos de la ciudad nos ofrecieron ropa, comida y colchones que vamos a buscar a pie. Pero el daño material es grande, sobre todo en la casa y no contamos con los recursos para arreglarlo", detalló a El Diario de la República y añadió que hasta la dueña de la propiedad que alquilan se ofreció a ayudarlos con una rifa.

"Desde el viernes mi nieta está con la misma ropa y hasta el momento nadie nos acercó algo para ella" lamentó Estela y luego pidió: "Sería de mucha utilidad calzado para mis dos hijas".

Mayra tiene 21 años, es una de las hijas mayores de la mujer, y logró continuar sus estudios secundarios en San Luis, pero ahora perdió toda su ropa y sus útiles. Enojada aseguró que iba a dejar la escuela pero con la ayuda de sus compañeros y la solidaridad de la gente la joven seguirá luchando por llegar a su sueño: ser contadora. 

Por el momento la familia duerme en el comedor, todos juntos y con la esperanza de recuperar nuevamente lo necesario para vivir con dignidad.