En busca de coherencia y libertad interior, un sacerdote puntano deja los hábitos

Tiene 37 años y 20 al servicio de la Iglesia. A partir de febrero se instalará en Mendoza para vivir una vida laica.

Padre Alan
Padre Alan

El párroco Alan Sosa Tello, de 37 años, anunció el sábado que dejará los hábitos a partir de febrero para instalarse en Mendoza y vivir una vida laica. Sirve a la Iglesia Católica desde sus 17 años y a los 27 empezó su carrera ministerial con el diaconado. "Mi decisión está basada en la honestidad conmigo mismo, con Dios y con la gente", dijo.

El querido párroco y reconocido por su gran compromiso social aseguró a Radio Popular que esta decisión le tomó tres años de reflexión. "Luego de tres años de discernimiento me decidí y no hay delitos, ni amores. Solo el objetivo de buscar la felicidad en otro camino".

El pasado sábado al hacer el anuncio los fieles de la parroquia San Antonio aplaudieron y le agradecieron la labor que ha desarrollado. El 2 de febrero celebrará su última misa y luego partirá para Mendoza a vivir una vida laica.

"Es un discernimiento en búsqueda especialmente de la honestidad y la coherencia, de poder vivir mi libertad interior sin ninguna estructura que supone el ministerio y que es correcto que la tenga", confesó sobre su decisión a El Chorrillero.

Y amplió: "Ya no me siento cómodo en eso y el modo de llevar adelante mi tarea se fue desgastando de a poco. Antes que nada, soy cristiano. Es allí que me replanteo si es mi lugar en el mundo o si es una vocación sacerdotaria. Este último punto es lo que llamamos discernimiento, un trabajo interno y espiritual donde hay acompañantes que van ayudando".

"No decido cambiar de vida por hechos internos o externos. Me voy libremente, decido hacerlo en busca de una nueva perspectiva. Me voy sin delitos y con la frente en alto", aseguró.

Foto: El Chorrillero.