Su padre le pegaba de chica, adoptó siete hijos y conmovió en "¿Quien Quiere ser Millonario?"

Victoria Lillia nació en Santa Fe y sorprendió con su historia en el envío de Telefe.

Victoria Lillia, mujer que participó en Quien Quiere Ser Millonario. (Archivo)
Victoria Lillia, mujer que participó en Quien Quiere Ser Millonario. (Archivo)

La historia de Victoria Lillia conmovió a todos en "¿Quién quiere ser millonario?". La mujer sufrió maltratos de chica, se crió un instituto de menores . Se casó y luego adoptó siete hijos para no separar a una familia.

A los siete años su vida transitaba normalmente en Paraná, Entre Ríos pero un día su madre falleció producto de una meningitis virósica. Esa situación provocó que tenga que mudarse a Santa Fe con su padre y madrastra.

Lo que parecía algo normal se transformó en una pesadilla: es que al tiempo comenzó a sufrir maltratos y a veces hasta el faltaba la comida. Advertidos de lo que sucedía, los vecinos la ayudaron a alimentarse y cuando reunieron pruebas de lo que sucedía en la casa de la menor hicieron la denuncia en la policía.

Al poco tiempo el padre de Lillia fue detenido y ella y sus hermanas entraron al sistema de cuidado de menores del Estado. Para ese entonces Victoria tenía 12 años.

No vio a su padre durante muchos años y luego de adulta volvió a convivir con él unos meses cuando él no estaba en condiciones de hacerlo solo. Pero esa es otra historia.

Victoria entró al Instituto de menores de la ciudad de Santa Fe. Allí convivió con otras 54 mujeres. "Llegó un momento en que decía: ¿qué era mejor: esta vida o la otra? Porque era un convento, te levantaban a las cinco de la mañana a baldear todos los patios y a rezar, no había agua caliente… Ahí no tenías sueños o ilusiones", recordó.

Sus abuelos, profesionales, de dinero, la fueron a ver sólo una vez luego de atender a personas en situación de calle en el lugar que residía. "Ese mismo día, a la noche, fue la primera y la última vez que me visitaron mis abuelos. Me acuerdo que me llevaron a comer al mejor restaurante de toda Santa Fe. En un día había comido como la más pobre y como la más rica, así que desde entonces aprendí que uno puede estar arriba o abajo de un momento a otro", reflexionó.

A los 16 años la trasladaron del Instituto de Santa Fe a uno en Buenos Aires. Al tiempo comenzó a trabajar de niñera con una familia. Los veranos los pasaba en Punta del Este con ellos, nuevamente en un círculo acomodado. Pasaron los años y se casó con Alejandro, su ex marido, que murió en 2018.

Una vez su marido le propuso adoptar porque no podía tener hijos de manera biológica y quería ser padre. Ella le dijo que sí. "Por mi historia, yo siempre había tenido la idea de adoptar", contó a Infobae.

Así fue como llegó Antonella. Con el tiempo se sumaron los hermanos Cristian y Valentín. Al enterarse de que éstos tenía otros cuatro hermanos por lo que tomaron la decisión de incorporarlos a la familia. Se trata de Mario (hoy 28 años), Soledad (27), Marlene (24) y Hernán (22).

Durante los primeros años se dedicó a cuidar a los chicos y sobre a Cristian quien padece un retraso madurativo. Ya con los chicos más grandes, empezó a trabajar limpiando casas. "A mi edad no había mucho para hacer. No tengo la experiencia que se necesita hoy, porque hay que saber de computadoras y qué sé yo… Entonces pensé: hago limpieza, que podía ir en mi auto y era fácil".

Sin embargo, Victoria padece de Lupus, una enfermedad autoinmune. "Hace que me duela todo", dijo.

"La casa la alquilamos gracias a sueldo de Valentín y Hernán. Yo gano solo seis mil pesos por mes y se me va todo en los medicamentos de Cristian. Y aquella quinta que teníamos no terminamos de pagarla porque cayó mi ex económicamente y se perdió todo", contó.

Un día su hija Antonella la anotó para ¿Quién quiere ser millonario? Fue a una entrevista y quedó. Dos días después salió al aire y ganó 180 mil pesos con los que piensa pagar varios meses de alquiler y conseguir medicamentos para su hijo Cristian.

"Es una guerrera, es la mejor mamá del mundo, es un ejemplo, es muy alegre, con ella nunca te aburrís", la describieron los hijos. Ella, pese a todas las adversidades, nunca aflojó ni miró para atrás. "Nunca me arrepentiría de mis hijos", cerró.