Colorinches tresarroyenses: Vermouth con papas fritas

Desde Vía Tres Arroyos te invitamos a esta recorrida por alguno de esos bares representativos del viejo centro tresarroyense.

Bar "El Munich" Tres Arroyos (foto: colección privada Andrés Errea)
Bar "El Munich" Tres Arroyos (foto: colección privada Andrés Errea)

Los encuentros sociales, la necesidad de reunirse, relajarse y disfrutar de un momento de ocio, existen desde que el mundo es mundo.

Los lugares destinados a esos encuentros, un poco más acá en la historia de la humanidad.

El antepasado directo de los bares puede encontrarse en el Imperio Romano. Allí existían las “Thermopolias” y las “Cauponae”.

Las “Thermopolias” vendían bebidas y comidas rápidas para consumir en el lugar o para llevar. Durante el verano vendían bebidas frías y calientes durante el invierno, como vinos, vinos especiados e hidromiel y se degustaban empanadas saladas de salchicha y cocas de verdura antecedentes de las pizzas y empanadas, tal cual hoy las conocemos.

Por su parte en las Cauponae era un establecimiento de comidas y bebidas al paso que tenía un mostrador sobre la calle que hacía a su vez de barra. Este tipo de establecimientos estaba apuntado a los artesanos y comerciantes que paraban su actividad para alimentarse. Tenía la particularidad de contar con un sector exclusivo y colectivo para tirarse a dormir, luego de la comilona.

Ya durante la Revolución Industrial en Inglaterra surgen los llamados PUB, una abreviación de Public House, en los barrios obreros de Londres.

La palabra Bar propiamente dicha, procede de la palabra inglesa “barriere” que significa barra o barrera ya que en las tabernas se separaba las zonas donde se vendían bebidas alcohólicas del resto del local con una barra.

En Capital Federal existen los denominados bares notables, aquellos que por su arquitectura, historia y duración en el tiempo se han convertido en verdaderos clásicos.

En Tres Arroyos, sin llegar a tanto, hubo bares emblemáticos que marcaron tendencia en su época y acompañaron el incesante pulular de una sociedad ya perdida en el tiempo.

Desde Vía Tres Arroyos te invitamos a esta recorrida por alguno de esos bares representativos del viejo centro tresarroyense.

BAR COLÓN

El Bar y Confitería Colón, se encontraba en la intersección del Boulevard Moreno y calle Independencia (actual Av. Moreno e Hipólito Yrigoyen) y era propiedad de Melquiades García y Luis Gioncada.

Fue inaugurado el 12 de Octubre de 1921, Durante tres meses, García lo administró por su cuenta y riesgo, asociándose en Junio del año 1924, a Gioncada.

Sin duda alguna fue uno de los lugares predilectos de la sociedad tresarroyense . El local contaba con un sector exclusivo para las familias, además de secciones para el juego de cartas, una Academia de billares con 12 mesas, una sección para la confitería y despacho de masas y un salón con capacidad para 700 personas.

Bar Café Colón, Tres Arroyos
Bar Café Colón, Tres Arroyos

Benito García, hermano de Melquiades era el encargado del lugar, tenía bajo su supervisión siete mozos, tres empleados de la sección confitería, primer confitero, segundo confitero y dos ayudantes, cuatro lavaplatos, un coctelero, un cafetero, dos mozos de mostrador y un cantador.

Además durante los fines de semana y feriados se amenizan también las tertulias de los parroquianos con orquestas que iban rotando sus presentaciones semana a semana.

BAR TORTONI

Fue uno de los primeros y el más emblemático Bar de Tres Arroyos durante muchos años.

El Bar Tortoni fue fundado por don Pedro Raposo, en 1906, donde hoy se encuentra los locales de Carranza Medias y Regalos Rigó.

En aquella época la confitería estaba dividida en una sección para hombres y otra para damas.

En 1908 nació el Cine Tortoni, también por iniciativa de Pedro Raposo y un grupo de amigos que lo acompañaron en el emprendimiento. En sus comienzos funcionó en un local situado en la primera cuadra de la calle Hipólito Yrigoyen.

Don Sebastián Costa, que era el suegro de Raposo, decidió colaborar con la empresa y en 1918 cedió los terrenos que el cine ocupa en la actualidad sobre la calle Colón donde se mudaron tanto el cine como la confitería del mismo nombre. Hasta 1930 la empresa la administraba la firma Pedro Raposo y Cía. Fue justamente ese año cuando se creó la firma Cinematográfica del Sud S.A de Félix y Pedro Rodríguez.

Bar Tortoni, Tres Arroyos
Bar Tortoni, Tres Arroyos

La Confitería del Bar Tortoni, fue explotado por varias firmas y alcanzó su momento de mayor esplendor a mediados de los años 30 con la llegada de Los Rodríguez.

Pedro Rodríguez, socio principal de la firma, nació en España, en la provincia de León, llegó a la Argentina en el año 1905

En 1909 empezó a trabajar como empleado en el Bar Tortoni, cargo que desempeñó hasta mil novecientos veintiocho. Fue en aquel año que se asoció con Félix Rodríguez quien completó el capital necesario para hacerse cargo de la confitería.

El establecimiento era atendido por un personal formado por doce empleados y dirigido por sus propios dueños. También contaba con una sección bar exclusiva de la sala del cine.

BAR EL FLORO

Fue uno de los bares céntricos que más sobrevivió . Se inauguró en el año 1944 en la muy céntrica calle Hipólito Yrigoyen y permaneció abierto hasta bien entrado los años `80.

Nació con el aporte de 800 pesos de Pedro “Perico” Fernández cantor y guitarrero de la ciudad que murió trágicamente y Florentino “Floro” Silvestre quien le prestó su sobrenombre al bar.

Paseo casi obligado luego de “la vuelta del perro” por 40 centavos de aquellos años podía disfrutarse de un vaso de vino y un sándwich de milanesa.

Bar Floro, Tres Arroyos
Bar Floro, Tres Arroyos

Iniciaba sus actividades a las 6:30 de la mañana y el vermouth del mediodía era casi casi un ritual diario para muchos transeúntes y trabajadores, luego de salir del trabajo y como paso previo al almuerzo en sus respectivos domicilios.

Los fines de semana a partir de las 18 horas y hasta llegada la medianoche era casi imposible conseguir una mesa. Sus instalaciones eran el “after hours o la previa” de aquellos años, lugar donde concurría la gente antes de salir de recorrida por los bailes de la ciudad.

En “El Floro” era ya una tradición las largas y peliagudas partidas de truco, siempre y cuando se respetara una regla establecida por su dueño: Estaba prohibido jugar por dinero, tal como rezaba un viejo cartel colgado en la pared, que perduró colgado tanto como el mismo bar.

Ignorado por las nuevas generaciones, y con los cambios sociales y mayores espacios para el entretenimiento, “Bar el Floro” cedió su espacio en la ciudad.

BAR YO-YO

Alejado del centro pero por ello no menos importante, se inauguró en 1943 en un antiguo edificio en la esquina de Liniers y Reconquista.

Tomás “El Paisano” Clak era el propietario junto a su esposa, y el nombre alude al juguete favorito de una de sus hijas, María del Carmen, quien también heredó ese sobrenombre.

Aún continúa activo, atendido por María del Carmen.

Bien entrada la tardecita, los parroquianos se acercan al bar, para degustar algún vermouth.

Bar Yo-yo, Tres Arroyos
Bar Yo-yo, Tres Arroyos

Al ingresar parece que el tiempo se ha quedado detenido, basta observar los estantes con viejas bebidas de marcas ya desaparecidas, que adornan el lugar.

Lugar de encuentro y filosofía de barrio, de tangos y charlas futboleras, de naipes y mesa de pool impecablemente conservada.

El cartel indicativo que antaño identificaba al bar, bien alto sobre las puertas de madera de ingreso al establecimiento, hoy se encuentra ilegible, borroso y descolorido, sobre el vidrio derecho en brillantes letras amarillas se lee la palabra Pool, escrita hacia abajo único signo de modernidad del bar Yo Yo, que conserva su mística y sus recuerdos de otros tiempos casi inalterables.

BAR, CONFITERÍA Y SALÓN DE BAILE “EL MUNICH”

Don Juan León fue el propietario de este mítico bar tresarroyense, que sirvió también de confitería y local bailable, copando la escena nocturna de la ciudad durante las décadas del ’50, ’60 y ’70. Comenzó con una barra y unas 20 mesas y poco a poco se convirtió en el sitio preferido por muchos para distenderse y disfrutar con sus amigos y familiares.

Bar "El Munich" Tres Arroyos (foto: colección privada Andrés Errea)
Bar "El Munich" Tres Arroyos (foto: colección privada Andrés Errea)

Todavía hoy, los más veteranos recuerdan los bailes masivos que allí se organizaban, amenizados por las orquestas más representativas de aquellos años, como la Manhattan y Anabacoa.

La modernidad dio paso a los discos de vinilo y los primeros Discjockey de la ciudad hicieron sus primeras armas, pasando música en el emblemático Bar “El Munich”.

Durante los veranos toda la primera cuadra de 9 de julio de Moreno hasta Colón, era ocupada por las mesas al aire libre, que la confitería distribuía para su clientela.

Bar "El Munich" Tres Arroyos (foto: colección privada Andrés Errea)
Bar "El Munich" Tres Arroyos (foto: colección privada Andrés Errea)

Era incesante, casi maratónico el ir y venir de los mozos, con las bandejas repletas de “Carlitos” “Marcianos” Tostados, picadas y bebidas de toda índole.

En el salón de baile nunca faltaban las mesas reservadas a los habitué del lugar.

Bar "El Munich" Tres Arroyos (foto: colección privada Andrés Errea)
Bar "El Munich" Tres Arroyos (foto: colección privada Andrés Errea)

En nuestra recorrida podemos mencionar también al Bar Oriente en Pueyrredón y Maipú, que funcionó hasta hace algunos años y fue tristemente célebre en septiembre de 2015 cuando su propietario Aldo Burgueño fue ultimado en el bar, de una cuchillada, tras una pelea.

“El Bodegón” del señor Grassi que funcionó en Colón 402 como bar y confitería y contaba con mesas de billar, “El Fogon” de Rodolfo Balbuena, en 9 de julio y 25 de mayo, donde además de bar, según dicen, se comían las mejores parrilladas de la ciudad.

Bar "El Bodegón" Tres Arroyos
Bar "El Bodegón" Tres Arroyos

Mención aparte merece el Bar Americano “Marin” un comedor familiar al mejor estilo americano que fue el primero de su estilo en Tres Arroyos. Si bien no se trataba de un bar propiamente dicho, durante varios años fue uno de los establecimientos gastronómicos más frecuentados de la ciudad. Se presentaba como el palacio de los helados, licuados, churros, panchitos, pollos, lechones y minutas que salían sin cesar de su cocina a toda hora del día. Su slogan “Marin, donde el gusto más exigente queda satisfecho”.

Bar Marin, Tres Arroyos
Bar Marin, Tres Arroyos

Si hablamos de este tipo de establecimientos debemos mencionar también al Bar Americano Stop de Roque Di Virgilio ubicado en calle Colón 451, frente a la estación de servicio del Automóvil Club Argentino.

Abrió sus puertas en 1969 para luego mudarse hacia el 542 de la misma calle.

Famoso por sus especiales de Jamón crudo, este emprendimiento familiar estuvo activo hasta el año 1981, siempre atendido por su propietario Don Roque quien, antes de independizarse, fue durante muchos años mozo del Bar Colón, de La Perla y cantinero del Club Colegiales; colaboraban en la atención en los horarios diurnos, su esposa y su hija.

Una curiosidad: era visitado asiduamente por quien fue presidente de facto de la Argentina, Alejandro Agustín Lanusse cada vez que, con su yerno, visitaba los campos que tenía por la zona.

Otras épocas de un Tres Arroyos ya desaparecido.