La Facultad de Medicina a través de un comunicado informa que no habrá clases presenciales hasta agosto

Existe una certeza: primero la vida y la salud, después el progreso académico, aseguro el establecimiento educativo.

Facultad de Medicina UNT.
Facultad de Medicina UNT.

Ante la crisis epidemiológica del coronavirus, donde en la provincia hasta el momento ya presenta 27 casos confirmados, la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional de Tucumán a través de un comunicado confirmó que las clases presenciales quedarán suspendidas hasta agosto.

Desde el establecimiento "señalan que las tasas de incidencia de infección por Covid-19, crecerán hasta llegar a una cantidad significativa de enfermos y circulación viral comunitaria en Tucumán, durante los meses de abril y mayo, con posibilidades de descenso, recién para junio o julio de 2020".

A su vez, informan que "la Facultad considera que el sector educativo universitario puede esperar un poco más para retomar actividades educativas presenciales".

A continuación, el comunicado completo:

"Se vive un presente cargado de incertidumbres y riesgos, pero aun así existen probabilidades estadísticamente fundadas, que permiten enunciar los siguientes conceptos: Estimaciones epidemiológicas razonables, señalan que las tasas de incidencia de infección por Covid-19, crecerán hasta llegar a una cantidad significativa de enfermos y circulación viral comunitaria en Tucumán, durante los meses de abril y mayo, con posibilidades de descenso, recién para junio o julio de 2020.

El cuadro general de situación se compondría así con una epidemia de alta transmisibilidad y un doble riesgo: una crisis humanitaria por los componentes socioeconómicos de la epidemia; y/o un colapso sanitario por sobrecarga de los servicios de salud.

En esta delicada situación, la OMS alertó sobre los riesgos de la "infodemia", noticias no oficiales que, más allá de su intencionalidad, incrementan la incertidumbre generando más angustia y perjudicando los planes de lucha institucionales.

La Facultad considera que se está lejos de escenarios apocalípticos, pero también que se vivirá una etapa en que deberemos cuidarnos entre todos y mucho.

Es probable que el país transite desde el 13 de abril desde esta cuarentena dura a una menos restrictiva, por la necesidad de activar el sistema de producción de bienes de consumo y productos estratégicos (alimentos medicamentos, tecnología crítica), así como el de servicios públicos esenciales (seguridad, salud, transporte), Como consecuencia de eso se vivirá una etapa de cuarentena de menor intensidad en plena epidemia, con más tránsito de personas y mayor presencia viral. Se dibujarán así nuevos escenarios –y riesgos- para la educación universitaria.

Por ello esta Casa ratifica que su único canal de comunicación para difundir decisiones y tomas de posición es su sitio web, redes sociales oficiales y comunicados de prensa.

La Facultad considera que el sector educativo universitario puede esperar un poco más para retomar actividades educativas presenciales.

La crisis provocada en el sistema de salud por el COVID-19, impacta también y fuertemente, sobre el sistema de educación médica que rige en esta Unidad Académica, basado en evidencias científicas y en prácticas con personas.

El análisis realizado sobre las etapas de las diversas carreras de esta Facultad, muestran que los estudiantes de los ciclos preclínicos podrían no verse muy afectados ya que parte de sus aprendizajes se pueden transponer a modalidades on líne y que la dificultad mayor está en las posibilidades de completar las prácticas clínicas y las prácticas finales obligatorias, en forma segura y efectiva para estudiantes y pacientes.

Se debe asumir que carreras como Medicina, Enfermería o Kinesiología, al no poder desarrollarse en entornos biológicamente seguros, verán enlentecida su dinámica con el consecuente perjuicio al progreso académico del estudiante.

En el marco descripto, se configuran hoy para la Facultad de Medicina, dos dilemas que movilizan la ética institucional:

  • Primero: un conflicto entre la responsabilidad social universitaria de una Facultad de Ciencias de la Salud, que la lleva a aportar todo lo mejor que tiene para la sociedad; versus la responsabilidad académica de la institución que la induce a proteger los intereses académicos estudiantiles
  • Segundo: la responsabilidad de actuar haciendo tabula rasa para todos los alumnos tomando medidas –benéficas o no- que les incluyan por igual o, por el contrario, adoptar decisiones que permitan salvar el desarrollo de espacios curriculares que no generan un riesgo biológico incremental al estudiantado.

La Facultad está persuadida que lamentablemente no habrá, en el período señalado, condiciones seguras para un desarrollo, como era habitual, de actividades educativas masivas en la fase pre-clínica, ni presenciales en las fases clínica y de práctica final obligatoria por, entre otras razones, las dificultades existentes para acceder a dispositivos de protección personal.

Más allá que entre abril y julio no habría un contexto para el desarrollo de actividades educativas en condiciones de razonable normalidad, aún en esa incertidumbre, es responsabilidad de la Facultad ofrecer una "hoja de ruta" para su comunidad educativa, para que ella conozca el rumbo que lleva esta Casa, la que se sintetiza en: Intensificará su cooperación con la autoridad sanitaria con acciones orientadas a minimizar riesgos de colapso sanitario; y esto, más allá de nuestra participación en comisiones, del asesoramiento que se brinda, de las gestiones y los voluntariados que se desarrollan, apunta a: seguir promoviendo un incremento de la distancia entre las personas, el aislamiento de grupos de riesgo y la intensificación de las medidas de protección personal, tanto en ámbitos laborales, como en los sociales y domésticos.

Adoptará medidas internas orientadas a mitigar el inevitable daño sobre las carreras académicas del estudiantado (ver Res. 120/2020). Es por ello que las Carreras y Cátedras deben:

  1. No desarrollar actividades presenciales durante abril-julio
  2. Culminar en abril y en lo posible, el año académico 2019 tomando los exámenes faltantes en modalidades que no pongan en riesgo a las personas
  3. Desarrollar desde mayo a julio y en forma no presencial, toda la actividad académica del calendario 2020 que el carácter de su asignatura permita
  4. Programar el desarrollo de la formación práctica en entornos clínicos, para su desarrollo a partir de agosto.

Como corolario, la Facultad expresa que tiene esperanza en los efectos de la cuarentena sobre la curva epidémica; así también cree en lo valioso de la preparación a que están abocados el Estado y la Sociedad para un mejor control epidémico; más prefiere equivocarse exagerando la ponderación de riesgos, pero no exponer a docentes, nodocentes y estudiantes a daños evitables, los que contribuirían a complicar aún más, el funcionamiento del sistema de salud. Finalmente, preservará su obligación de cumplir las exigencias académicas previstas y los estándares de competencias exigidos por la norma vigente, para que los títulos que se entreguen en su momento, posean aceptables garantías de seguridad en razón que se trata de carreras de riesgo social incluidas del Art. 43.

Existe una certeza: primero la vida y la salud, después el progreso académico. Decanato Facultad de Medicina".