Guillermo Juárez, el veterano de Tucumán que le salvó la vida a un compañero en Malvinas

A 40 años del conflicto bélico en las Islas Malvinas, el veterano oriundo de Tucumán cuenta como fueron esos días de incertidumbre, cansancio y dolor.

La historia del héroe de Malvinas de Tucumán que le salvó la vida a un compañero en la guerra. (Compañía de Ingenieros Anfibios)
La historia del héroe de Malvinas de Tucumán que le salvó la vida a un compañero en la guerra. (Compañía de Ingenieros Anfibios) Foto: Gentileza

Cada veterano de Malvinas tiene su propia historia, con sus propias experiencias y vivencias. Ninguna es igual a la otra. Guillermo Antonio Juárez acababa de cumplir 18 años cuando lo enviaron a combatir en la Guerra de Malvinas. Le tocó servir como comunicante, encargado de vigilar y proteger la espalda de los argentinos. Por primera vez y en diálogo con Vía País el tucumano reconoció su logro más importante: salvarle la vida a un compañero en la batalla.

A Juárez y su equipo les tocó asentarse en la salida de Puerto Argentino durante los primeros días de abril de 1982. Integraba la Compañía de Ingenieros Anfibios, una unidad que daba apoyo logístico en el combate. Mientras se ponían las trampas y se hacían los campos minados, ellos se encargaban de cuidarle la espalda a sus compañeros.

Días después fueron trasladados al punto más alto de Tumbledown para dar apoyo al Batallón de Infantería de Marina N°5. Sin embargo, durante la noche del 8 de junio de 1982 pasó algo particular, algo que quedó grabado para siempre en Guillermo y que se animó a contar por primera vez.

Malvinas
Malvinas Foto: Gentileza

“Eran las dos de la madrugada cuando sentimos que uno de los compañeros lloraba. Yo estaba con la radio y oía sus sollozos. No sabíamos si lo habían tomado prisionero o qué estaba pasando con el soldado”, relató Guillermo. Acto seguido bajaron al refugio para ver que sucedía.

Fue ahí cuando se encontraron con el veterano Enzo Toledo en una terrible situación de angustia. “Estaba en medio de una crisis de nervios: o se hacía volar la cabeza o se arrancaba los pies”, contó Guillermo. “Yo le pedía que no cometiera ninguna locura y que parara de llorar porque nos iba a delatar la posición. Fue entonces que decidí quitarle el fusil y evitar que se matara”, recordó.

Malvinas: vista desde monte Tumbledown.
Malvinas: vista desde monte Tumbledown. Foto: Gentileza

Ojeda contó que sus hijos siempre le preguntan qué fue lo más importante que hizo en Malvinas. Su respuesta es clara y segura: “Lo más grande que hice en la Malvinas fue salvarle la vida a un compañero”.

Una lucha sin fin con sabor amargo

“Nosotros combatimos hasta el final y nunca nos rendimos. Dimos todo lo que teníamos hasta el último instante, pero nos sentimos entregados y traicionados. Cuando volvimos nos hicieron pasar por la puerta de atrás y ahí comenzó el combate de la posguerra”, aseguró.

Malvinas
Malvinas Foto: Gentileza

Hoy Guillermo trabaja en PAMI, donde continúa velando por sus compañeros. Además, lleva adelante un proyecto para rendirle homenaje a los argentinos que murieron en la batalla. Cada una de las viudas la entrega la fecha en la que nació y murió su marido, para reconocerlos y nunca olvidarlos.

“A 40 años de la guerra, todo lo que tenemos lo conseguimos luchando. La causa de Malvinas no es solo el 2 de abril, sino los 365 días del año”, finalizó el veterano.

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