Un conductor alcoholizado se incrustó de lleno en un kiosco y no hubo víctimas milagrosamente

El conductor incluso tardó unos minutos en salir del auto porque, al parecer, estaba dormido. SE constató que estaba borracho.

El conductor tenía 2,20 gramos de alcohol por litro de sangre.
El conductor tenía 2,20 gramos de alcohol por litro de sangre. Foto: Télam/Gustavo Amarelle

Un conductor alcoholizado protagonizó un violento accidente esta madrugada de viernes en el barrio porteño de Almagro, al incrustarse de frente con su vehículo en un kiosco, y terminar con el mismo totalmente adentro del local.

Tras los primeros peritajes, se comprobó que el conductor tenía 2,20 gramos de alcohol por litro de sangre, lo que evidencia que superaba por cuatro veces el límite legal, que es de 0,50 gramos.

Afortunadamente, no hubo víctimas por el siniestro. En el instante en que chocó, dentro del kiosco estaba un empleado, que atendía a un cliente. Este último atinó a saltar para ponerse a resguardo del auto que se incrustó a gran velocidad.

Lo sucedido tuvo lugar a las 2.30 de la madrugada, en la esquina de Castro Barros y Belgrano. El protagonista del accidente fue u Peugeot 307 rojo.

El testimonio de los testigos refleja que el hombre que manejaba se habría quedado completamente dormido al volante, y según informaron, se bajó del auto “recién dos o tres minutos después” del choque.

El conductor, de 41 años, también resultó ileso.

Qué dijo el empleado del kiosco, que se salvó de resultar herido

Marcos, el empleado del local, dialogó con la prensa y comentó: “Estaba despachando un cigarrillo y cuando volteo tenía el auto encima, pude retroceder un poco, pero quedé atrapado por las tablas”.

“Fue cosa de Dios. El cliente se apartó. Fue una milésima de segundo, no me dio chance de nada”, comentó.

Además, resaltó que tras el impacto, quedó “un poco golpeado en los hombros y en el pecho”, pero “pudo salir solo a pesar de estar presionado”.

Respecto del conductor, dijo que “cuando caminaba se notaba que estaba alcoholizado”.

El negocio del kiosco quedó completamente destrozado y su dueño, Félix, mostró su preocupación al respecto: “No sabemos qué vamos a hacer, vivimos de esto. Mi familia depende de este negocio. Pasaré el 31 a la noche cuidándolo”.

Por la causa intervino la Comisaría Vecinal 5 B y del Gabinete Científico la Unidad Área I Este de la Policía de la Ciudad. El auto y la licencia de conducir del hombre fueron secuestrados.