Los documentos de identidad de los bovinos

Los Libros Genealógicos iniciales, llevados a mano con tinta y pluma, han sido reemplazados por bases de datos on line y verificados por pruebas de paternidad aplicando tecnologías de genética molecular.

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ViaCampo Foto: Fernando Principi/Coordinacion de Comunicacion Institucional/Senasa
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El número de inscripción de un animal en el Registro Genealógico de la raza, llamado HBA (Herd Book Argentino) en nuestro medio, constituye el equivalente a su DNI. Parece simple, identificar el animal y sus padres y asignarle un número, pero mantener la integridad de la información, incluyendo las generaciones anteriores, representa un enorme esfuerzo que va desde el campo a los servidores del sistema, involucra desde el personal de la cabaña a analistas de sistemas. Toda una cadena de trabajo, casi una línea de montaje.

El progreso ha sido continuo, así como en el comienzo la información se llevaba con pluma y tinta, en el presente el pedigree ha incorporado mediciones objetivas de la capacidad productiva de los animales. Las Asociaciones de Criadores desarrollaron programas de toma de datos productivos, que son utilizados en la evaluación genética de los animales.

Más recientemente, los programas de evaluación genética han incorporado los avances de la genética molecular, la selección genómica ha expandido las fronteras del mejoramiento posible, pedigree, datos, computadoras, metodología estadística, genotipado, nos brindan DEP cada vez más precisos y nuevos rasgos para el futuro. Como se puede observar, en toda esta cadena de progreso, el pedigree sigue vigente, los avances han sido logrados en base a su información, brindando el parentesco entre los animales evaluados genéticamente, siendo útil aun con la incorporación de la selección genómica.

A pesar de su valor y de su historia, en el mundo del pedigree subsisten unos pocos interrogantes: el pedigree “cerrado”, es decir un registro donde solamente se pueden inscribir hijos de animales inscriptos, se presenta a debate; la oferta de servicios de genotipado comerciales, que prometen un mejoramiento sin el esfuerzo de identificar ni tomar datos de los animales se suma a la lista, entre otros. No hay dudas de que requieren discusión, pero lo que no está en discusión es que la Argentina cuenta con un sólido sistema de Registros Genealógicos y Evaluaciones Genéticas, respetado internacionalmente y que permite certificar la calidad de una genética que se destaca productivamente a nivel mundial.