Es docente, actor y modelo pero ahora fabrica barbijos en su casa

El joven concordiense los entrega gratuitamente a la comunidad. "Me preocupa e indigna el abuso de algunos comerciantes", expresó.

Joaquin Meyer Concordia
Joaquin Meyer Concordia

A medida que pasan los días se siguen multiplicando las acciones de solidaridad y cooperación entre todas las personas que saben que la única manera de superar esta situación general es con empatía y ayuda hacia los demás. Joaquín Meyer así lo entiende y por eso decidió poner manos a la obra y confeccionar desde su casa barbijos que luego entrega, de manera gratuita, entre la comunidad.

El joven concordiense es docente, actor y modelo; "debido a la suspensión de las clases un día me encuentro en mi departamento, que no es tan habitual, y comencé a buscar un molde, porque soy, además, diseñador de moda y cuento con los elementos para trabajar", narra Joaquín a Diario El Sol en referencia a como comenzó con la iniciativa.

El diseñador concordiense difundió la idea a través de su página de facebook y en cuestión de minutos recibió miles de reacciones de personas que celebran su buena predisposición y otras que decidieron sumarse a la causa. "Hoy me solidarizo con la gente de mí ciudad de Concordia. Si necesitas un barbijo no lo compres yo te lo hago GRATIS para vos", indica Joaquín en su publicación.

La producción que actualmente está realizando el joven está destinada a personas que están al servicio de comunidad, como "enfermeras, policías, prefectura, personal de la caminera. Lo único que pido es paciencia, porque lo estoy realizando solo y con una sola máquina de coser, y no alcanzo a cumplir con todos", dice Joaquin.

La indignación como potenciadora del cambio

En situaciones extremas como las que estamos atravesando a nivel mundial quedan en evidencia lo más noble de las acciones de solidaridad humana, pero también todas aquellas actitudes miserables que lejos de sumar empeoran el escenario.

Precisamente una de estas acciones es la que indignó tanto a Joaquin que decidió poner el cuerpo, y su tiempo, para ayudar a contrarrestar la situación. "Esto tiene un fin solidario para quienes lo necesiten y no pueden comprarlo, pero, además, porque me siento indignado por el abuso de algunos comerciantes, ya que un barbijo pasó a costar de $ 20 a más de $ 130", expresó.

En una de sus publicaciones, Joaquín expresa: "Individualmente somo una GOTA, juntos somos un OCEANO", y esto es así.