Hermetismo en el Gobierno sobre los vencimientos con el FMI

Son U$S 2.700 millones que se deben pagar entre miércoles y jueves. Desde el organismo también mantienen el silencio.

Negociaciones. Tras las gestiones en China, el ministro de Economía, Sergio Massa, apunta ahora a lograr el adelanto de desembolsos del FMI. (Telám/Archivo)
Negociaciones. Tras las gestiones en China, el ministro de Economía, Sergio Massa, apunta ahora a lograr el adelanto de desembolsos del FMI. (Telám/Archivo)

El Ministerio de Economía y el Fondo Monetario Internacional (FMI) mantienen hermetismo sobre cómo se encararán los vencimientos por U$S 2.700 millones que operan en los próximos dos días y que ponen en riesgo la continuidad del acuerdo de Facilidades Extendidas en curso.

La suspensión del viaje de la delegación del Palacio de Hacienda y la continuidad de las negociaciones de manera virtual dan cuenta de una situación que dista de estar cerca de un entendimiento.

El silencio de ambas partes aumenta la incertidumbre sobre la resolución de las conversaciones, pero a juzgar por el comportamiento de los activos argentinos en la rueda de hoy en Wall Street los inversores apuestan a un entendimiento.

La mayoría de los ADRs argentinos que cotizan en la bolsa de Nueva York lo hacen en alza.

El FMI podría pronunciarse acerca de la situación argentina cuando el jueves se realice la habitual conferencia de prensa quincenal.

El cronograma oficial fija que Argentina debe pagarle al FMI U$S 2.700 millones, en dos vencimientos: U$S 927 millones el miércoles 21 y U$S 1.787 millones el jueves 22.

Para hacer frente a estos pagos el gobierno contaba con un desembolso de U$S 4.200 millones que el organismo debiera haber enviado a principios de mes.

Ese giro no pudo completarse dado que Argentina no cumplió con las metas al cierre del primer trimestre de este año.

Esta situación ya se había observado sobre el final de ese período y en consecuencia se abrió una ronda de negociación para redefinir el programa.

El FMI reconoció que la sequía generó un fuerte impacto en las cuentas públicas argentinas y aceptó un cambio en las metas de reservas.

Sin embargo, cuando el gobierno le planteó que se adelanten los desembolsos de 2023 para suplir la falta de unos U$S 20.000 por la falla hídrica, el FMI comenzó a ampliar la lista de exigencias.

En consecuencia, en este momento Massa se encuentra tironeado por la política interna dado que uno de sus compromisos con Cristina Kirchner es evitar una devaluación brusca, y del otro lado el organismo lo presiona para una marcada corrección del tipo de cambio.

El organismo a cargo de Kristalina Georgieva no parece dispuesto a desembolsar más dólares para que se financie un tipo de cambio oficial que mantiene una brecha de entre 80% y 90% con las cotizaciones financieras y la informal.

Mañana el Ministerio de Economía tiene en agenda informar el resultado de las cuentas públicas de mayo, que mostraría una ampliación del déficit fiscal.

Este es uno de los indicadores macroeconómicos que sigue el FMI para negarse a adelantar fondos.

Si bien Massa está ejecutando un ajuste sobre jubilaciones, pensiones, planes sociales y subsidios energéticos, la magnitud del recorte o es suficiente para compensar la pérdida de ingresos por la sequía. Sólo por retenciones la caída de la recaudación es de uno U$S 4.000 millones.

En abril el déficit fue de $ 331.000 millones, cuatro veces más que en igual mes del año pasado. De esta forma, el primer cuatrimestre cerró con un rojo fiscal fue de $1.021.300,6 millones, que equivale a 0,6% del PBI.

Para el segundo trimestre el déficit no debía superar los $ 739.000 millones, tope que obviamente mañana se confirmará que fue quebrado.