Cerca de treinta personas con pecheras rojas 'saquearon' una avícola de Guaymallén

Entraron al salón de ventas, exigieron la entrega de pollos y amenazaron con volver antes de las fiestas. Alerta en la zona.

Avícola saqueada en Guaymallén
Avícola saqueada en Guaymallén

Un grupo de personas ingresó al salón de ventas de una avícola en Guaymallén y exigió la entraga de pollos. La propietaria del local, Nieves del Carmen Rodríguez, dijo que eran más de 30 las personas que se acercaron a su comercio. Algunos lograron ingresar, exigían productos y decían pertenecer a movimientos sociales.

"Ingresan al salón de ventas donde generalmente hacemos ingresar de a una persona por normas de seguridad. Afuera quedaron diez personas pero en las calle habían unas veinte o treinta personas más, todos con pecheras rojas nuevas. Ingresaron, ni siquiera pidiendo, exigiendo que era responsabilidad del empresario donarles mercadería", contó en declaraciones a radio Nihuil.

"Lo que me llamó la atención es que todos estaban con pañuelos. Parecen que están muy organizados porque empezaron a colocarse los pañuelos rojos, incluso cuando se retiraron nos dijeron que para las fiestas nos van a cortar los accesos para que no podamos vender nada".

Cerca treinta personas con pecheras, en la puerta de la avícola de calle Pedro Molina, de Guaymallén.
Cerca treinta personas con pecheras, en la puerta de la avícola de calle Pedro Molina, de Guaymallén.

Rodríguez agradeció a los empleados vecinos y a la policía por intervenir para evitar un saqueo. Agregó que en años anteriores también sufrieron este tipo de ataques que se tornaban muy violentos: "Años anteriores tuvimos saqueos, eran saqueos que estábamos librados a la buena de Dios porque no nos pasó nada. Ingresaron rompiendo las cosas, eso no era hambre, era destrucción porque rompieron todo y no se llevaron nada. Es decir, lo poco que se llevaban en aquel momento lo tiraban a la calle. O sea, en esta época tienen hambre, los meses anteriores no, porque esto pasa siempre para este época".

La propietaria dijo que los negocios de la zona están en alerta y se comunican entre ellos cuando hay movimientos extraños