Suicidio en Córdoba: la mujer que asfixió a su madre en Capilla del Monte se quitó la vida en la cárcel

Según confesó, la detenida habría matado a su progenitora al no encontrar salida para su enfermedad. La señora de 59 años estaba muy grave de salud, y su hija era la única que se encargaba de ella.

Celeste Rodríguez, la mujer que asfixió a su madre, se quitó la vida en la Cárcel de Mujeres de Córdoba.
Celeste Rodríguez, la mujer que asfixió a su madre, se quitó la vida en la Cárcel de Mujeres de Córdoba.

El pasado domingo 2, la cordobesa de 30 años Celeste Rodríguez decidió quitarse la vida en la cárcel. La misma se encontraba detenida hacía dos meses por asfixiar a su madre, una señora de 59 años con una enfermedad terminal muy avanzada.

La imputada había confesado el homicidio de su progenitora, quien estaba postrada desde hacía dos años en una cama. A través de una publicación por Facebook -previo al crimen-, Rodríguez lanzó un gran descargo: “Si esto es vivir, ya no quiero”.

En ese mismo mensaje, sumó: “Mi vieja re mil enferma es peor que una nena de dos años”. Insistió en que no aguantaba más el estrés de la situación, pues se estaba ocupando ella sola, y a eso le sumaba tener que cuidar de sus hijas.

Rodríguez asesinó a su madre, María Rosa Ravetti, en su vivienda de Capilla del Monte.
Rodríguez asesinó a su madre, María Rosa Ravetti, en su vivienda de Capilla del Monte.

Sin poder lidiar más con su realidad, decidió asfixiar a la madre y posteriormente quitarse la vida. La cordobesa estaba presa en la Cárcel de Mujeres, en el Complejo Carcelario Padre Lucchesse, imputada por homicidio calificado.

Celeste Rodríguez recibía ayuda psicológica desde la cárcel

Se encontraba recibiendo tratamiento psicológico allí dentro, motivo por el cual su defensa intentó cambiar la carátula del crimen para que eventualmente obtenga su libertad. Aún así, y a tres meses del matricidio, decidió quitarse la vida.

Y aunque las autoridades judiciales se encuentran investigando su muerte, en base a lo que informó La Voz, todo apuntaría a una autodeterminación. En otras palabras, nada hace presuponer otra hipótesis criminal.