Mujeres de El Espinal fabrican habanos artesanales

Estas productoras tabacaleras de Salta sueñan con vender a gran escala en un futuro.

Las seis mujeres sueñan con vender su producto a gran escala.
Las seis mujeres sueñan con vender su producto a gran escala. Foto: INTA

A 15 kilómetros de El Jardín se encuentra el paraje El Espinal, reconocido por sus característicos y diversos tonos verdosos, cerca de la cima de los cerros sureños. Con alrededor de 300 habitantes, seis mujeres se destacan por su producción tabacalera, y su sueño de vender a gran escala. Ellas se dedican pacientemente al proceso de secado y producción de habanos artesanales. El grupo está constituido por las tabacaleras Raquel Ramos, Blanca Balderrama, Teresita Ramos, Trinidad Ramos, Patricia Flores y Marilyn Apaza.

Toda la zona es casi completamente tabacalera, usualmente una actividad desarrollada por hombres. El grupo de mujeres se capacitó originalmente con un proyecto del INTA, con dirección de Agricultura Familiar de la Provincia, y junto a la Cámara de Tabaco de El Jardín. Además, en sus inicios buscaban probar la variedad de tabacos en la zona para analizar qué resultados tenía, como comentó Patricia Flores en diálogo con El Tribuno.

Las seis mujeres sueñan con vender su producto a gran escala.
Las seis mujeres sueñan con vender su producto a gran escala.

Tras esta primera etapa, se empezó a almacenar el producto, el cual es parecido al tabaco Virginia pero sin el proceso de estufado. Luego de la capacitación para el armado y procesamiento usando hojas de tres años de estacionamiento, tuvieron la idea de empezar a comercializar este producto. Como detalla Flores, la actividad inició como una rama de la Asociación de Mujeres del Espinal, la cual también contiene otras actividades como la apicultura.

Puesto que la zona es casi completamente tabacalera con más de 80 años de experiencia, Flores indica que “esta actividad se aprende desde la cuna”. En este contexto, sin embargo, no está realmente conocido el trabajo de la mujer rural, a pesar de ser las que tienen más experiencia con el cultivo. El tabaco que usan, salva el proceso de estufado y el cargado de las hojas: las mismas se secan, se encañan de forma tradicional y luego se cuelgan. Es un trabajo completamente artesanal, cada hoja se plancha con las manos, luego se seleccionan y clasifican, una actividad que históricamente hacen las mujeres.