Hablaron los papás que adoptaron a dos hermanitos correntinos: "No duermen sin un abrazo"

David Torres y Mario Palma son dos sanjuaninos que recibieron la guarda de dos nenes de 13 y 14 años. Su historia.

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La noticia de una pareja gay que adoptó a dos hermanitos correntinos conmovió a toda la provincia de San Juan. Fue tal la repercusión que los propios protagonistas, David Torres (50) y Mario Palma (39), quisieron contar públicamente su historia a Diario de Cuyo. Acompañados de los jóvenes de 13 y 14 años, los papás se mostraron felices y orgullosos de la familia que formaron y contaron detalles de la adaptación de los chicos a su nueva vida.

"Cuando leímos la noticia decidimos hablar porque nos parece que podemos contagiar a la gente para que se anime a adoptar chicos grandes. Hay muchos que esperan tener una familia", señaló David a principio de la entrevista.

La pareja recibió la guarda provisoria de los hermanitos por orden de la Justicia de Corrientes. Los chicos estaban viviendo en el hogar estatal Domingo Savio y llevaban diez años buscando una familia. Este año, mediante una Convocatoria Pública Nacional, fueron varias las familias que pidieron adoptar a los chicos. Finalmente ellos eligieron a la pareja sanjuanina.

"Cuando hablamos por teléfono con el secretario de la jueza nos dijo que los niños nos habían elegido porque les habían presentado 4 posibles familias: una pareja heterosexual, una mamá sola, un papá solo y nosotros. En el Juzgado nos dijeron que les dieron la posibilidad de que eligieran, por todos los años que estuvieron institucionalizados y porque pasaron por 5 familias. La última pareja que los tuvo les dijo que ya volvían y los dejaron en el hogar", contó Mario.

"Nos dan mucho cariño. En las noches no se duermen si no les damos un abrazo", expresó la pareja.
"Nos dan mucho cariño. En las noches no se duermen si no les damos un abrazo", expresó la pareja.

El trámite se llevó a cabo en pocos días. Los sanjuaninos y los chicos correntinos se conocieron un lunes, y al día siguiente ya estaban viviendo juntos. "Cuando estábamos allá nos pidieron que los acompañáramos a la escuela. Tenían la necesidad de mostrar que tenían papás. A ellos, desprenderse de su vida no les costó. Al venirse sintieron que era más lo que ganaban que lo que perdían", agregó David, con una sonrisa enorme.

Hoy la vida es completamente distinta tanto para la pareja como para los hermanitos. N y R (se reserva el nombre de los menores) contaron que desde que están en San Juan van a la escuela, a fútbol, a natación y que se unieron a un grupo Scout. Además todos los domingos asisten a misa. "Nos pidieron tener esa conexión con la Iglesia y nosotros no se la vamos a sacar. Cuando empezaron los Scout hablamos con el sacerdote y le dijimos que somos una familia tranquila y que no buscamos cambiarle la cabeza a nadie. Nosotros respetamos la postura de la Iglesia y respetamos que nuestros hijos quieren estar cerca", señaló David.