Ascárate analizó la situación del bioetanol y biodiesel en el país

Los alcances de las medidas del presidente Javier Milei para el sector

El Secretario de Energía y Servicios Públicos de la provincia, José Ricardo Azcarate.
El Secretario de Energía y Servicios Públicos de la provincia, José Ricardo Azcarate. Foto: Cedida por J. Ricardo Azcarate

El ingeniero José Ricardo Ascárate habló sobre la situación del bioetanol en la República Argentina y trazó un cuadro de lo que está pasando en las distintas provincias azucareras, de igual manera que con Rosario, Santa Fe, con el biodiesel. En el programa Primer Plano, que se emite por Canal 10, en dúplex con Radio 21, esto dijo el funcionario provincial:

--Ingeniero ¿nos puede decir cuál es la resolución a nivel nacional sobre el bioetanol?

--Han hecho un artículo, dentro de este “decreto ómnibus” de necesidad de urgencia, en el cual se libera. Y al liberar el mercado del bioetanol, se saca la restricción que había para todas las petroleras que tenían que mezclar al 12 por ciento, como contenido mínimo. El norte argentino y las provincias centrales (me refiero a Santa Fe, Entre Ríos, Córdoba, Tucumán, Salta y Jujuy en el norte), son los principales productores de biocombustibles en la República Argentina. A nosotros, más los cordobeses, nos toca colocar el 12 por ciento de alcohol que va en todas las naftas. Santa Fe es la principal productora y te diría casi mundial, porque en la zona entre Santa Fe y Puerto Rosario, el sistema “Rosafé”, es un sistema de centrales que tienen capacidad para procesar más cantidad de biocombustible que todas las centrales del puerto de Tampa, Estados Unidos o de los mejores lugares del mundo. Me estoy refiriendo a biodiésel. Desregular este sistema es desconocer dos cosas: primero, la incidencia que tiene el seguir utilizando combustibles derivado de petróleo en la economía mundial y en el desastre que está generando ambientalmente en el mundo. El haber recurrido a los biocombustibles, precisamente, era una medida ambiental. Y lo segundo, es la modalidad que todos los países en el mundo están utilizando cortes de bioetanol. Por ejemplo, Estados Unidos utiliza entre un 15 y un 25%; Brasil está utilizando en promedio un 25% y tiene combustibles en vehículos con alcohol puro, con 80% arriba de bioetanol, y nosotros, tenemos que aspirar a esto: a no importar más combustibles derivados de petróleo y reemplazarlos completamente con biocombustible. Además, lo generamos año a año, con el sol y la caña de azúcar o con el sol y el maíz que son nuestros generadores de energía. Así que no entendemos muy bien. Ya el Centro Azucarero Argentino ha emitido una nota y una opinión y la Cámara Argentina de Empresarios de Maíz, han emitido una opinión diciendo que estamos yendo a contrapelo, a contramano de la historia del mundo, si es que a esta altura del partido le damos a las petroleras la capacidad de negociar los cortes de combustible y liberarlos. Porque lamentablemente significa un poder de negociación muy distinto el que tiene una petrolera al que tiene un Ingenio que produce alcohol.

--¿Esto significa que ya no se las obliga a las petroleras a usar bioetanol, biocombustibles?

--La obligación existe porque existen contratos y además existen decretos que están vigentes. El último decreto es del presidente (Mauricio) Macri que llegó al 12%.

--La ley también llevó mucho tiempo...

--La ley de biocombustible llevó mucho tiempo y lleva un plan de inversiones que ha sido formidable. Las industrias del Norte argentino y las industrias de Córdoba, las que generan todo el bioetanol argentino, han hecho inversiones que son tremendas. Mucho mayores que las que han hecho las petroleras en la República Argentina y sin embargo se las pone en igualdad de condiciones. Yo diría, no en desventaja de condiciones, porque ir a sentarse a negociar con una petrolera, sentarte a negociar con un tipo que maneja millones de dólares y que lisa y llanamente maneja el mercado, porque él tiene que incorporar de mi industria un 6%, del cordobés y otro 6%. Lo que nosotros queremos es lo contrario: aumentar la producción de biocombustible significa liberarnos de seguir importando derivado del petróleo, proteger al medio ambiente. Y, por otro lado, desarrollar las industrias regionales, en contra de la industria centralizada de las plantas petroquímicas, que están todas ubicadas en el cinturón de Buenos Aires.