Internos de máxima seguridad piden mejores condiciones de detención

Unos 50 detenidos del Penal Almafuerte, entre ellos el “Gato” Araya, presentaron un habeas corpus ante la Justicia. Denuncia que ven el sol 3 horas cada 15 días.

Una de las celdas que según el escrito cumple con las condiciones mínimas en cuanto al tamaño, que no cuentan con luz natural. Gentileza
Una de las celdas que según el escrito cumple con las condiciones mínimas en cuanto al tamaño, que no cuentan con luz natural. Gentileza Foto: gentileza

Medio centenar de internos del complejo Almafuerte que estaban en un pabellón de “máxima seguridad” presentaron un habeas corpus colectivo porque desde hace más de un año están alojados en otro pero del sector de admisión y sus condiciones de detención se han agravado.

Entre los que reclaman se encuentra el célebre Marcelo “El Gato” Araya que cuenta con dos condenas a perpetua y otra por 15 años. A éste se le suman 48 personas que se encuentran distribuidos en 22 celdas con dos camastros cada una. Los reclusos reclaman que tiene problemas con la alimentación, pasan largas horas sin poder ver la luz solar, los baños no se pueden usar. Además se quejan, de las visitas restringidas, de la falta actividades recreativas, culturales, laborales, religiosas y espirituales.

La imagen muestra el patio interno, sin luz solar que utiliza el grupo de detenidos de Máxima Seguridad. Gentileza
La imagen muestra el patio interno, sin luz solar que utiliza el grupo de detenidos de Máxima Seguridad. Gentileza

Detallaron algunos ejemplos, en cuanto a las horas que pueden tomar sol, aseguran que de 360 horas que le corresponderían solo pueden acceder a 3. Otro ejemplo es que de los 26 presos que han empezado a estudiar esta año, solo han recibido 11 lápices de colores, 4 lapiceras, 4 gomas de borrar y hojas, según se puede leer en el habeas corpus presentado por la abogada María Elena Quintero.

Según se detalla esta situación comenzó en enero del 2020 cuando este grupo de detenidos fue trasladado del modulo V del ala IV, al sector de Admisión II por orden de la Dirección del Complejo penitenciario Almafuerte II, ubicado en Cacheuta.

El traslado, en un principio iba a ser transitorio, pero lo cierto es que llevan allí 65 semanas por lo que la mudanza parece ser permanente, “agravándoles en forma evidente las condiciones de detención”.

Cabe destacar que el penal Almafuerte cuenta con cinco módulos y dos aéreas de admisión, creadas para los internos que van ingresando y cuyas condiciones edilicias son distintas a la de los módulos: tienen celdas 2,90 x 2,20 y cuenta con un patio interno 2,70 x 5,80, que “cumplen con un estándar mínimo en cuanto al tamaño, pero al no tener luz natural, perímetros ni patios abiertos, incumplen las condiciones de habitabilidad permanente”, dice el escrito.

Esta es una vista del pabellón de admisión II, donde fuero trasladados el grupo de detnidos que presentó el Habeas Corpus. Gentileza
Esta es una vista del pabellón de admisión II, donde fuero trasladados el grupo de detnidos que presentó el Habeas Corpus. Gentileza

También detallan que cuando estaban en el módulo V, de máxima seguridad, manejado por grupos especiales tenían 17 celdas con un camastro cada una y un patio abierto donde podían estar 12 horas por día.

En este sitio contaban con terapia laboral, salidas grupales a un espacio abierto sin custodia y podían criar pequeños animales de granja y cultivar hortalizas y verduras. Alli también ellos mismos habían armado una cancha de fútbol donde jugaban los martes a la tarde.

Las visitas eran los miércoles de 9 a 17, tenían taller de carpintería e iban a la capilla, entre otras actividades que realizaron durante los últimos años hasta que fueron cambiados de lugar. Esto consolidó al grupo humano en beneficios de todos ya que no registraron problemas ni peleas entre ellos ni con los penitenciarios.

Situación actual

Todo cambió en el último año. Ahora no cuentan con patio con luz solar ni espacios de esparcimiento al aire libre. Y toda las actividades que tenían ya no las pueden realizar.

Ahora tienen una hora de sol por semana y los miércoles cuando realizan deportes, es decir tres horas de sol cada quince días. Esto le ha traído consecuencias para la salud: trastornos oculares, faltantes de vitamina D y problemas respiratorios, entre otros.

También denuncian que la alimentación es escasa y deficiente: el desayuno es una tortita “de ayer”, un sobre de leche en polvo y dos de azúcar; respecto al almuerzo -por lo general guiso de arroz, tallarines, empanadas y una fruta- se produce a las 12 y llega a las 14, en manos de los propios internos.

Cambios en las visitas

En la demanda también aseguran que antes de la pandemia, podían ser visitados una vez por semana por dos adultos y por todos sus hijos. Luego de pasar 9 meses sin visitas por el coronavirus, ahora el régimen es el siguiente: una visita cada 15 días pero solo para un mayor y un solo hijo. Estos desvincula a las familias y van contra los Derechos de los Niños y Niñas. Por ejemplo, si un interno tiene tres hijos, para verlos a todos tendrán que pasar 45 días.

En cuanto a las celdas, unas 15 tiene problemas con el agua y los inodoros no funcionan y tienen problemas de electricidad. Fuente Los Andes